salud
El regalo de Primera Comunión en Sevilla: «En el colegio hemos retirado varios váper incluso a niños de 5 años»
Raúl Gómez Ferrete, director del colegio Ibarburu de Dos Hermanas, cuenta que los pediatras de los centros de salud de la zona han tenido que incorporar una pregunta sobre el consumo de váper en el protocolo de sus consultas, cuando les llega a un niño con fiebre o alguna afección pulmonar
Oncólogos, neumólogos y maestros de Sevilla le declaran la guerra al váper: «Contiene sustancias cancerígenes y produce asma y EPOC»
![Un adolescente vapeando con un dispositivo de cigarrilos electrónicos](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/12/04/vaper-ninos-recurso-k9AB-RVngN9ZOEPU9CnuDuMMGUaN-758x531@diario_abc.jpg)
Raúl Gómez Ferrete dirige el colegio Ibarburu, situado en Los Montecillos, una barriada marginal de Dos Hermanas, donde no es raro que los padres den cigarrillos electrónicos a niños de Infantil. «Hemos retirado váper a niños de 5 años. Cuando se lo dijimos a ... los padres, nos dijeron que eso no es tabaco. Y que como no es tabaco, no hace daño. Entienden estos dispositivos como una especie de juguete para los niños y no lo es. No es ningún juego».
Los maestros de este colegio hablaron con el centro de Atención Primaria Los Montecillos, donde los profesionales sanitarios explicaron a los padres que esos dispositivos tienen efectos perjudiciales para la salud y, más aún, para niños y adolescentes. «Sacamos un escrito diciendo que los niños no podían traer vápers al colegio y que esos dispositivos son malos para la salud. Hemos dado charlas explicativas pero algunos niños, ya no de 5 años, pero no mucho más mayores, siguen trayéndolos«.
Explica el director de este colegio que «ahora se han abaratado los precios y se venden dispositivos desechables, de usar y tirar, y no les importa mucho que se los quitemos porque pueden comprarse otros«.
Los pediatras de los centros de salud de la zona han tenido que incluir el consumo de cigarrillos electrónicos dentro de su protocolo de preguntas habituales cuando les llega un niño con fiebre o alguna afección pulmonar. Aunque el caso de los alumnos de Ibarburu puede no resultar extrapolable a a todos los colegios de Sevilla por las especiales características de su alumnado infantil, el consumo de cigarrillos electrónicos está muy extendido entre preadolescentes y adolescentes en otros muchos centros educativos de la provincia. Un estudio al que alude el doctor Agustín Pulido, jefe de Neumología del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, habla de un 46 por ciento de consumidores de cigarrillos electrónicos en la población entre 14 y 18 años.
El consumo de tabaco está restringido desde hace años en todos los lugares públicos y espacios laborales y esas restricciones se han ido extendiendo a determinados espacios al aire libre. Fumar es percibido por casi todo el mundo como una actividad peligrosa para la salud, pero no pasa lo mismo con vapear. «La industria del tabaco ha conseguido algo que nunca había logrado antes: entrar en los colegios y convertir a los alumnos en clientes«, dice el doctor López Guerra, jefe de Oncología Radioterápica del Virgen del Rocío de Sevilla. «Es un fenómeno que no deja de crecer, lo empiezan a practicar niños de 10 años y estamos llegando al extremo de que se están entregando vápers como regalos en la primera comunión».
Cuentan otros maestros sevillanos que los váper se está utilizando por los alumnos de colegios e institutos como elemento de entretenimiento. «La industria del tabaco sabe perfectamente que con los cigarrillos electrónicos está creando un hábito en los adolescentes y que de ahí al tabaco hay un paso mínimo, de modo que se aseguran ya los consumidores del futuro«.
Ya existen varios estudios científicos hablan de daños pulmonares. «Se han reportado los primeros casos de enfermedades pulmonares asociados al hábito del vapeo, a pesar de que se trata de algo relativamente nuevo, con pocos años de actividad, y lo que más nos tememos es que con el paso de los años se reporten muchos más casos y con más efectos», dice el doctor José Luis López Guerra, que recuerda que en muchos de los casos de cáncer que trata en su unidad a causa del tabaco «cuentan con un historial de consumo de veinte o treinta años».
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