entrevista
Alfonso Bullón de Mendoza: «El Estado está imponiendo una concepción de la historia de España. Es lo que hizo Stalin»
Alfonso Bullón de Mendoza, presidente de la Fundación Universitaria CEU y catedrático de Historia Contemporánea, alerta contra el revisionismo alentado en las aulas desde el Gobierno
«Queremos que de nuestras universidades salgan buenas personas que sean capaces de ponerse en el lugar del otro»
El catedrático de Historia Contemporánea Alfonso Bullón de Mendoza ha sido rector de la Universidad CEU Cardenal Herrera de Valencia y de la Universidad CEU San Pablo de Madrid, Académico de la Real Academia de la Historia y de la Real Academia Sevillana ... de Buenas Letras, es autor de numerosas publicaciones centradas en historia del carlismo, la II República y la Guerra Civil española. También es presidente de la Asociación Católica de Propagandistas y presidente de La Fundación Universitaria San Pablo CEU
-¿No le recuerda el ambiente político actual al de la II República que dio origen a la Guerra Civil?
-Sí, pero hay una diferencia fundamental entre la España actual y la España de 1931. Entonces las diferencias sociales eran inmensas y eso generaba un caldo de cultivo potencialmente explosivo. Hoy España es un país mucho más nivelado socialmente, donde la gente vive mucho mejor que hace 90 años y en ese sentido la sociedad es más inmune a llegar a los extremos de la II República.
-Pero los discursos políticos se han radicalizado mucho.
-Hay una cosa curiosa en el momento actual. En la España contemporánea ha habido grandes crisis provocadas por la guerra de la Independencia con los franceses, por guerras de carácter dinástica, por el enfrentamiento en la II República y por una guerra civil. Y en este sentido creo que ahora en España estamos en una crisis innecesaria. Las cosas funcionan aceptablemente bien y entonces algunos partidos han empezado a cuestionar cómo estamos. Y han empezado a cuestionar la Transición y también a revisar la historia, especialmente, la de la Guerra Civil, para decir quiénes fueron los buenos y quiénes los malos. Esto no ayuda a construir un país unido.
-Y esto se está llevando a los colegios.
-La memoria histórica condena a uno de los bandos y esto se lleva al campo educativo. En vez de hacer hincapié en la Transición, que es una historia de éxito con el deseo de todos de reencontrarse. Me parece absurdo dividir a la sociedad española.
-¿Desde cuándo percibe ese intento de dividir a la sociedad española?
-Con Rodríguez Zapatero eso pasó a ser política de Estado. En la Transición recuerdo que organicé una mesa redonda en la que tenía al lado a Santiago Carrillo y a otro a Rodrigo Martín Villa. Y recuerdo que cuando entregamos los diplomas de los cursos, le di uno a Carrillo con una viñeta de Serrano Suñer, el cuñadísimo de Franco. Y todo el mundo estaba encantado de que sesenta años después de una Guerra Civil la gente se reencontrara respetando las ideas del contrario. Y pensando en mirar hacia delante, no hacia detrás.
-¿No es curioso que los que más lejana tienen la Guerra Civil sean los que más quieran hablar e ella?
-Los que vivieron la Guerra Civil son los que más estuvieron por la reconciliación. Y los que tuvieron más narración directa de la guerra por sus padres, también. Y los nietos, que menos saben de ella, son los que parece que más quieren ahondar ahora en la división. Es absurdo. Se podrían llegar por esa vía hasta las guerras carlistas e incluso a las luchas entre Pompeyo y César, que en España fueron importantes.
-¿Esto le preocupa?
-Sí, porque el Estado está tratando de imponer una determinada visión de la Historia y en una sociedad libre no puede suceder. Para eso están los historiadores, no los políticos. Los historiadores tenemos disensiones, por supuesto, pero eso es una cosa y otra que el Estado imponga a la sociedad una concepción de la historia. Eso no es un propio de una democracia. Eso lo hacía Stalin.
-¿Y no se ha podido revertir eso durante los gobiernos del PP?
-Sí, pero los temas culturales siempre le han importado más a la izquierda que a la derecha. Se podrían haber abolido esas leyes pero no se hizo, simplemente se las dejó inactivas y cuando regresó la izquierda al poder las activó.
-La ley del aborto también se dejó como estaba...
-Lo que fue llamativo es que el PP no volviera siquiera a la ley anterior socialista, del gobierno de Felipe González. Y hubo mucha gente decepcionada. Los veinte parlamentarios del PP que no apoyaron esa pequeñísima reforma de la ley, por considerarla insuficiente, los depuraron de las listas al Congreso en la siguiente legislatura. No solo dieron marcha atrás sino que se castigó a los que se mantuvieron coherentes. En general, la derecha es más de administrar, y la izquierda da más importancia a los temas de la cultura. Y han conseguido que siempre parecieran que sus valores eran los correctos.
-¿La superioridad moral de la izquierda?
-Sí. Otra cosa curiosa es que en el mundo de la cultura, los que hacen más oposición a esos valores de la izquierda son personas que proceden del mundo de la izquierda, como Jiménez Losantos, Girauta o Savater, un intelectual que sigue siendo de izquierdas pero que es, por encima de todo, un hombre libre.
-¿Tratan de transmitir esa libertad de pensamiento a sus alumnos?
-Tratamos de fomentar su espíritu crítico y que piensen lo mejor posible. que no sólo se limiten a los saberes técnicos necesarios para ejercer su profesión. Queremos que nos ayuden a construir una sociedad mejor.
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