entrevista
«El casco histórico de Sevilla está perdiendo muchos vecinos y feligreses y convendría poner orden en el turismo antes de que sea tarde»
Francisco Román, el párroco de la Magdalena, cree que conviene actuar con medidas que hagan más cómoda la vida en el centro de la ciudad «antes de que se genere un sentimiento de turismofobia que sería suicida para Sevilla»
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![Francisco Román junto a la figura del retablo de San José de la Catedral de Sevilla](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/05/12/francisco-roman-parrocomagdalena2-k6gB-R8CcFAAO4HZDJDPELQ8NG5N-1200x840@diario_abc.jpeg)
Francisco Román es el párroco de la Magdalena y logró culminar con éxito un espectacular proceso de restauración del patrimonio de este templo sin un solo euro público, labor que le fue reconocida con su nombramiento como nuevo delegado de Patrimonio del Cabildo de ... la Catedral de Sevilla. Aunque no quiere hablar mucho de cuestiones alejadas de su labor como sacerdote, este sacerdote admite algunos daños que el turismo masivo y falto de orden está causando en el Casco Histórico de Sevilla. «El turismo ha vuelto con toda su fuerza a Sevilla después de la pandemia, para lo bueno y para o malo», asegura este licenciado en Derecho por la Universidad de Sevilla que con 23 años cambió la toga por el clériman y que observa con tristeza cómo se achica el número de vecinos y de feligreses de su parroquia, junto al cierre de comercios tradicionales y el auge de las viviendas turísticas.
-¿Cómo está afectando el turismo a su parroquia?
-El turismo está afectando a todo e centro de Sevilla y está haciendo perder muchos vecinos y feligreses. Mi parroquia está en una zona permanente de paso de Sevilla entre el centro histórico y Triana. Económicamente a la Parroquia de Magdalena el turismo le reporta relativamente poco. Dependemos mucho más de la generosidad de los feligreses. También nos afecta a la celebración de las misas porque muchos turistas entran a verla en esos horarios. Eso crea dificultades en el culto y desgraciadamente no tengo recursos para contratar a alguien que discrimine o guíe al turista durante esos horarios. Pero lo peor es la despoblación del centro porque se está convirtiendo en un lugar muy incómodo para vivir.
-¿Cómo afecta a esta despoblación la desaparición del comercio tradicional?
-Van de la mano las dos. Hemos perdido fruterías y comercios tradicionales, que se han sustituido por tiendas de souvenir para turistas. Quizá si una frutería o un comercio de este tipo tuviera un trato fiscal más favorable, no tendría que irse o podría venir alguien a abrir ese tipo de negocio, en vez de una tienda para turistas.
-¿Está a favor de la prohibición de licencias de viviendas turísticas en zonas saturadas como la de su parroquia?
-Soy más partidario de medidas que hagan que sea más cómodo y atractivo vivir en el centro que de prohibiciones. Se podría compensar con temas fiscales, el IBI, por ejemplo. Hemos perdido feligreses que vivían de alquiler y que tuvieron que irse porque ya no podían pagarlos. Hay que conciliar todos los intereses pero sobre todo hace falta poner un poco de orden porque vivir en el centro se ha puesto muy caro e incómodo. Y si no hacemos algo ahora, cuando la enfermedad ya está avanzada, puede que cualquier cosa que hagamos más adelante ya no sirva. Esto corre mucho de un año a otro y yo creo que hay que actuar antes de que se genere un sentimiento de turismofobia que sería suicida para Sevilla. Hasta ahora los sevillanos piensan ¡turismo, qué bien!, pero veo que eso empieza a cambiar. Y no debemos permitir que esa tendencia continúe.
-¿Los feligreses de su parroquia son los más ricos de Sevilla?
-No son los que tienen la renta per capita más alta de Sevilla. Hace diez años la situación económica de la parroquia era bastante compleja y eran los mismos feligreses. Lo que veo hoy em mi parroquia es mucha riqueza en ilusión y de recursos humanos. Allí viven muchos profesionales liberales que colaboran con nosotros y con Cáritas: médicos, abogados, etcétera. Esa es nuestra gran riqueza. En las catequesis contamos con más de 200 voluntarios que tienen una formación académica elevada. Y todo esto también repercute al final económicamente. No tenemos herencias ni pisos que alquilar sino feligreses a los que hay que ilusionar. Hay que tener una vida parroquial rica para tener fieles y para tener dinero. El 50 por ciento de nuestros ingresos de Cáritas se los damos a otras zonas donde la colecta de sus parroquias es mucha más reducida.
-¿Tienen pobreza vergonzante en el barrio?
-Sí, sobre todo en personas mayores que enviudan. Y también tenemos otro tipo de pobreza, que es la soledad, que en personas mayores es muy importante. Tenemos voluntarios que pasan la tarde con ellos.
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