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Lotería de Navidad: el año que no tocó el Gordo en España
Sevilla se llevó 8 millones de pesetas correspondientes a una serie del segundo en el sorteo de Navidad de 1931, pero el primer premio se lo quedó íntegro Hacienda, la única vez que ha sucedido
![Imagen de los agraciados en el sorteo de la Lotería de Navidad de 1931 publicada en ABC el 23 de diciembre](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/12/19/gordo-loteria-navidad-RtbH7FPzxw9g2BjP1vBDnZN-1200x840@diario_abc.jpg)
No puede decirse, como es costumbre, que el Gordo de la Lotería de Navidad del año 1931, el primero bajo el nuevo régimen republicano, estuviera muy repartido. De eso nada, los 30 millones de pesetas de las dos series tuvieron un único destino: la ... reserva. Es decir, el número no se había vendido y Hacienda fue la gran beneficiaria porque no tuvo que abonar ningún premio. Y eso que entonces, la probabilidad de que tocara era mayor que ahora, 1 entre 40.000, pues esos eran los números que entraban en el bombo y no los 100.000 de la actualidad.
La crónica del periódico del 23 de diciembre de 1931 recogía de forma harto humorística la secuencia: «¡Ya está aquí! ¿Quiénes serán los afortunados? ¡Suerte envidiable! Dentro de breves momentos podremos averiguarlo. El corazón palpita: ¡Atención! ¡Van a cantar el nombre de la ciudad afortunada! ¡Oído a la caja! El 24.717 ¡¡¡a la reserva!!!».
Y proseguía con la lógica frustración del respetable presente en la Casa de la Moneda, donde se efectuaba el sorteo: «¡'Tableau'! El público que se había incorporado cae en sus asientos decepcionado. Se oyen quejas agudas y algún lamento contenido. Muchos dicen: '¡Fuera! ¡No vale! ¡No hay derecho! ¡Esto es cosa de Azaña, que los manda a la reserva! Vaya un negocio para el Estado, como si no tuviera bastante'».
Negocio redondo. Pero Sevilla no salió mal parada de aquel sorteo. Aquí se vendió una serie (sólo se emitían dos) agraciada con el segundo premio, el número 21.566. En total, ocho millones de pesetas, que era un dineral entonces. Los billetes se repartían en vigésimos y de estos se hacían participaciones, eso no ha cambiado nada.
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La serie del 21.566 la había vendido el maestro de baile José Otero en la administración de Loterías que regentaba en una accesoria de la calle Méndez Núñez, frente al hotel Madrid, decano de los establecimientos de hospedaje en la ciudad hasta su derribo en los años 60 del pasado siglo para construir el anexo de Galerías Preciados. Cuatro vigésimos los había adquirido el director del hotel, Francisco Gómez, para repartirlo entre los empleados.
El «albañil que trabaja ordinariamente en las reparaciones del hotel Madrid» (hoy lo llamaríamos técnico de mantenimiento) Joaquín Muñoz llevó la alegría a la calle Encina (actual Juan de la Encina, en la collación de Santiago), donde vivía: había repartido un vigésimo entero (cien pesetas) que compró directamente en la administración. El periódico reseñaba los agraciados y su premio: «Una jovencita agraciada, que aguardaba a que su novio mejorase de fortuna, estaba loca de alegría, porque entre ella y su prometido juegan seis reales [1,5 pesetas] en el 21.566. Seis mil pesetas le corresponden».
En el periódico se publicó la lista de los empleados del hotel Madrid agraciados con indicación de la cantidad que jugaba cada uno. El más afortunado resultó ser el intérprete del hotel, Manuel Casañes, que llevaba 20 pesetas y al que le correspondieron 80.000 de premio. Esa misma mañana vaticinó en la barbería al maestro Otero que iba a dar un premio. No fue el gordo, que ese se lo quedó Hacienda, pero casi.
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