entrevista
Joaquina La Algabeña: «Curro Romero me dijo que lo admirara más como persona que como torero»
La torera de la Algaba dice que «de la Fiesta Nacional el único verdaderamente honrado es el toro, que no es nuestro enemigo sino nuestro colaborador»
Joaquina La Algabeña pide más educación respeto a los jóvenes aspirantes a toreros: «Muchos llegan con sus auriculares y ni se los quitan para escucharte»
![Joaquina Ariza La Algabeña delante de la estatua de Curro Romero junto a la Real Maestranza](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/04/20/joaquina-ariza-algabea1-R752RLQtXg1Nad9QSfitMDM-1200x840@abc.jpg)
Joaquína Ariza, más conocida como «La Algabeña«, lleva el toreo en las venas. Nació en la localidad sevillana de La Algaba y sintió la pasión por el toreo desde muy niña, aunque no lo tuvo fácil por los valores de la época y ... porque tampoco recibió demasiado apoyo familiar ni empresarial. «Aunque siendo mujer no he llegado a nada, nací torera y moriré torera. Esto es como una enfermedad, como una droga», cuenta esta mujer de 66 años que nunca se casó «porque me casé con el toro», dice. La Algabeña empezó a torear con las cortinas y las toallas de su casa, llegó a novillera y toreó un novillo en la Real Maestranza de Sevilla, el momento cumbre de una carrera en la que no faltaron faenas en muchas plazas españolas, incluida la Monumental de Barcelona, hoy convertida en centro comercial por la prohibición política de las corridas. Admiradora deCurro Romero, vio en la plaza de su pueblo la última faena del Faraón de Camas. «Le dije que lo admiraba como torero y como persona y me dijo que lo admirara más por lo segundo», cuenta. Curro Romero fue el primer torero que aceptó darle la alternativa a una mujer torera, Cristina Sánchez: «Curro dice que las mujeres acarician mejor los hombres y que a los toros hay que acariciarlos», recuerda.
-En la plaza de toros de La Algaba, donde usted ha enseñado a tantos aspirantes a toreros, han entrenado grandes figuras como José Tomás o José Antonio Campuzano. ¿Cómo son?
-José Tomás es muy introvertido. Un poco retraído. Yo le decía «Maestro, ¿quieres que alguno de los chavales, te embista?»; y siempre decía que no. Era muy educado y siempre me hablaba del bar de su padre en Galapagar, por si yo iba alguna vez a Madrid. Le gustaba estar solo y se ponía a torear muy despacito, como él torea. Yo hasta le puse una inyección un día que se puso malo con la garganta. Pero eso fue antes de que diera el zambombazo y se convirtiera en figura. Con José Antonio Campuzano, que ha estado también de profesor en La Algaba, también tengo una buena amistad.
-Curro Romero fue el primero torero que aceptó darle la alternativa a una, Cristina Sánchez, en 1996.
-Curro Romero es un crack en el toreo y como persona. Un fuera de serie. El otro día en La Algaba me acerqué a saludarlo y le dije: «Maestro, le admiro como torero desde que era pequeña y también le admiro como persona». Y me dijo: «Admíreme más como persona». También ha dicho respecto a las mujeres toreras: «»Las mujeres saben acariciar mejor que los hombres y a los toros lo que hay que hacer es acariciarlos«.
-¿Está de acuerdo?
-Sí. Y pienso que de toda la fiesta de los toros el único verdaderamente honrado es el toro. Yo he visto caérsele una lagrimita a los toros. Es el más auténtico de la Fiesta. El toro no es nuestro enemigo, es más colaborador nuestro.
-¿Cuál es su torero favorito?
-Curro Romero. Lo vi en la Maestranza y se me saltaban las lágrimas. Y de los actuales Morante. Me gusta el toreo de pellizco, de sentimiento. Muchos de esos toreros no saben ni lo que hacen, les sale y ya está. Eso me gusta.
-Dicen que no sabe mentir...
-No me gustan las hipocresías y no sé decir embustes. Me gusta ir de frente y eso me ha traído problemas, pero no me importa. No sé decir cosas que no siento.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete