entrevista
«La IA puede ayudarnos a curar el cáncer y estará en la base de la biología molecular del futuro»
Miguel Ángel Rosa, catedrático de Biología Molecular y presidente de la Real Academia Sevillana de Ciencias, cree probable que las nuevas generaciones lleguen a vivir 120 años pero dice que «el reto más importante es mejorar la calidad de vida en esos años de más»
«La serendipia es una de las claves del éxito de un científico, además de la curiosidad y la creatividad»
«Se está disparando el número de noticias falsas y las Academias deben ser un contrapeso que difunda conocimiento»
![Miguel Ángel Rosa en la Real Academia Sevillana de Ciencias](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/11/24/miguel-angel-rosa2-RMzcMAmrXkHTNbmu9vDsOiO-1200x840@abc.jpg)
Miguel Ángel de la Rosa Acosta es catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Sevilla. Se doctoró en 1981 en Ciencias Biológicas, en el Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis fundado por Manuel Losada Villasante, y completó su formación en el ... King's College London. El actual presidente de la Real Academia Sevillana de Ciencias desarrolla su investigación en el Instituto de Investigaciones Químicas, perteneciente al Centro de Investigaciones Científicas Isla de la Cartuja (CIC-Cartuja, US-CSIC), del que fue director entre 2009 y 2018. Es autor o coautor de cuatro libros, dos patentes y más de doscientos artículos en revistas científicas, y ha impartido alrededor de doscientas conferencias por todo el mundo. De la Rosa ha presidido la Sociedad Española de Bioquímica y Biología Molecular (SEBBM), de la que es medalla de honor, y es editor-jefe de la revista SEBBM. Es también académico ordinario de la Academia Europea.
-Su especialidad es la Bioquímica y una de las enfermedades en las que más se investiga desde hace décadas es el cáncer.
-La vida es química. Las enfermedades surgen por un mal funcionamiento de las células. Tenemos que conocer el funcionamiento de las células para poder reparar ese mal funcionamiento y ahí la biología molecular es fundamental. En el momento en que averiguamos las bases moleculares del cáncer, del envejecimiento o de las enfermedades neurológicas degenerativas, se pueden diseñar fármacos para luchar contra ellas. Hay grupos punteros en biología estructural en España.
-¿La inteligencia artificial ayudará a descubrir esas bases?
-Es uno de los retos. La inteligencia artificial va a ser una herramienta fundamental para la biología molecular. El libro de la vida, como se denominó a la secuenciación del genoma humano, son como las letras de un alfabeto. Son las cuatro letras A,T,G,C. Con esas cuatro moléculas biológicas está inscrito todo el libro pero tenemos que saber leerlo. Las células leen ese libro, conocen el código y a partir de ahí construyen proteínas. Esa interpretación, el paso del gen a la proteína, es uno de los grandes retos de la ciencia actual y la inteligencia artificial nos está acercando mucho a ese objetivo. Todo eso había que hacerlo antes a base de purificar la proteína, aislarla e interpretarla. Y ver cada átomo dónde está situado. El gran avance de la inteligencia artificial es poder pasar directamente del gen a la estructura de la proteína sin necesidad de ir al sincotrón o a la máquina de la resonancia magnética o a la microscopía electrónica. Todo eso va a acelerar el proceso y si hay una proteína mal plegada, a causa de una enfermedad, saber el origen del fallo.
-¿Nos puede ayudar, pues, la inteligencia artificial a curar el cáncer?
-Sí, aunque es difícil luchar contra todos los tipos de cáncer que hay y contra ese crecimiento descontrolado de nuestras células. La IA estará en la base de la biología molecular del futuro. En las enfermedades congénitas el avance va a ser también espectacular para el diseño de fármacos que puedan corregir esos fallos genéticos.
-Se ha avanzado mucho en terapias contra el cáncer pero lo cierto es que cada vez más personas enferman y mueren de cáncer, incluso menores de 50 años.
-El cáncer son muchas enfermedades. Y no sólo hay una predisposición genética sino también factores ambientales que pueden activarlo. Hay que tener en cuenta que la esperanza de vida sigue aumentando en todo el mundo y que eso implica necesariamente mayor probabilidad de desarrollar cánceres y otras enfermedades relacionadas con la edad.
-Dicen que nuestros hijos o nuestros nietos podrán vivir 120 años. ¿Cuál es su opinión como biólogo molecular?
-Es muy probable pero creo que el gran reto no es sólo alargar la vida sino mejorar la calidad de vida de esos años de más. En España tenemos grupos de primer nivel luchando contra el envejecimiento, las enfermedades neurodegenerativas y el cáncer. Confiemos en el trabajo de los científicos porque es la única manera de que este progreso tenga lugar.
-Tras la crisis de 2008 y los recortes en salud e investigación, se produjo una «fuga de cerebros». ¿Están volviendo a España estas personas que se tuvieron que ir porque aquí no podían investigar?
-Algunos de ellos sí, gracias también a planes europeos. Se puede decir que hoy hay una cierta apertura para rescatarlos. Formar un científico cuesta mucho dinero. Hablamos de una carrera de cuatro años y de una tesis doctoral de otros cuatro para formar un doctor. La inversión es enorme y es una pena que se vayan fuera y los disfruten otros países. Formarse en el extranjero es muy aconsejable pero debemos abrirles las puertas cuando ya estén formados para que puedan volver y aportar el conocimiento a su país. Hay que ofrecerles condiciones aceptables para que vuelvan con 30 y pocos años. Si les obligamos a dar clases, a preparar unas oposiciones, etcétera, los estamos disuadiendo. Debemos darles la oportunidad de investigar y reevaluar su progreso a los cuatro o cinco años. Pero hay que facilitarles el regreso.
-¿La necesaria estabilidad laboral tiene que ser necesariamente conseguir una plaza de funcionario?
-No estoy a favor de crear funcionarios de por vida pero tenemos que dar condiciones favorables para que este investigador explote su talento. Soy muy crítico con el sistema de ciencia que tenemos en España. Por ejemplo, los proyectos no suelen conllevar gastos de personal ni de equipamiento pesado, solo de material consumible. Es como si a un ingeniero que quiere hacer un puente se le conceden los gastos de material pero no la excavadora ni empleados para construirlo. Así tenemos al investigador prácticamente empapelado concurriendo a distintas convocatorias para poder desarrollar un proyecto aprobado.
¿Hay demasiada burocracia?
-Hay demasiada burocracia y mucho papeleo. Cuando fui director del instituto CIC-Cartuja. estábamos atados de pies y manos con muchos condicionantes por culpa de la burocracia. Le explicaba a nuestro personal que impide cumplir la misión principal de investigar. Los centros de investigación no funcionan al cien por cien, estamos al 20 por ciento de rendimiento por culpa de la burocracia. La productividad es baja en España en relación con el tiempo y es simplemente porque el sistema está demasiado burocratizado y tiene muchas trabas.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete