El fenómeno 'Solas'

Aquella XIV edición de los premios de la Academia de Cine, celebrada en Barcelona, se recuerda por la presentación de Antonia San Juan, que dejó traslucir su decepción por no ganar el premio a actriz revelación que se llevó con todo merecimiento la sevillana Ana Fernández hasta el punto que la presentadora calificó su actuación sobre el escenario de «auténtico desastre». Lo fue.

Almodóvar le cantó el cumpleaños a Don Felipe, Príncipe de Asturias, y le dedicó el premio al mejor director por 'Todo sobre mi madre', que fue la gran triunfadora. Pero el protagonista de la noche fue Benito Zambrano, un cineasta novel que se convirtió en Nobel, repitiendo el retruécano con que este periódico tituló la crónica de la entrega de premios. Al día siguiente, en Sevilla, confesó que se había sentido como un «héroe nacional». Desde luego, se convirtió en héroe de la cinematografía andaluza, que tuvo en 'Solas' su rampa de lanzamiento para todo lo que ha venido después.

En Lebrija, el pueblo del director, la familia siguió por televisión el desarrollo de la gala. El alcalde, Antonio Torres (encausado por un enchufe laboral en Faffe, pendiente de sentencia), aprovechó la ocasión para sacar pecho y hacer patria chica. Los paisanos se concentraron en la antigua discoteca Centro Urbano y la familia, en El molino de Lasso, el bar del hermano del cineasta. Cada veredicto del jurado en las nominaciones se vivió como una tanda de penaltis, con gritos y emoción por igual.

«Nada de lo que ha pasado con esta película me lo esperaba», dijo Ana Fernández. Nadie esperaba que 'Solas' se convirtiera en el fenómeno que fue. Su reivindicación sin estridencias de las madres con una visión llena de esperanza y su mirada compasiva sobre un arquetipo de ama de casa de pueblo se convirtió en una bandera para miles de mujeres que se veían retratadas en el personaje de María Galiana.

Bien pronto se consideró la película estandarte de ese cine realista que empezaba a despuntar en España y fue sumando proyecciones casi de cine club en centros cívicos, en asociaciones de vecinos, organizaciones feministas, en institutos… para quienes no solían ir al cine. Todo eso arrancó con una noche de gloria el 29 de enero de 2000. Hace veinticinco años.