entrevista
«Hacen falta archiveros y ahora es más fácil aprobar las oposiciones porque se presentan menos opositores»
Braulio Vázquez, director del Archivo Histórico Provincial de Sevilla, anima a los jóvenes con esa vocación y formación: «Este es el trabajo de mi vida y todos los días llego feliz aquí. Doy gracias a Dios por ello»
«Aquí está la historia viva de Sevilla con documentos de Velázquez, Murillo, Juan de Mesa, Martínez Montañés, Hernán Cortés o Elcano»
![Braulio Vázquez en el Archivo Histórico Provincial de Sevilla](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/08/31/braulio-vazquez-directorarchivohistorico-RdVLDTVRhTMdSpx6ZAQC7xN-1200x840@abc.jpg)
Braulio Vázquez es doctor en Historia Medieval y archivero del Estado por oposición. Estuvo 15 años trabajando en el Archivo de Indias, donde desempeñó diversas labores hasta que el Gobierno andaluz le encargó la dirección del Archivo Histórico Provincial de Sevilla. Esta institución, ... desconocida para el gran público, se creó el 2 de julio de 1987 y se abrió al público en 1991 en la calle Almirante Apodaca, en pleno centro de Sevilla. Allí trabajan cuatro técnicos de archivo, un administrativo y cinco ordenanzas, según confiesa el director.
-¿Siempre quiso ser archivero?
-Yo soy el primero de mi familia que tiene carrera universitaria, que hice con beca. Vengo de una familia de jornaleros y de gente del campo de Los Palacios y Villafranca. Desde pequeño me gustaba la Historia y me acerqué a los archivos del lado del investigador. Y por circunstancias me pasé al otro lado y me hice archivero, que es mucho más de lo que se cree. Un mundo muy multidisciplinar que exige saber cosas de biología y química para la conservación de los documentos, hasta normas internacionales que hay que conocer para describirlos. Y la creatividad que se necesita para difundir mejor los archivos. Este es el trabajo de mi vida y todos los días llego feliz aquí. Doy gracias a Dios por ello.
-¿Y está bien pagado?
-Los funcionarios dedicados a la cultura son quizá los peor pagados de la Administración y tienen que venir aquí contracorriente. Diría que tienen que luchar entre su vocación y la necesidad de ganar un sueldo más digno para su familia. Esto es muy vocacional y eso se nota mucho en el trabajo. Y a falta de una carrera profesional, que deberían tenerla, vienen aquí con mucha vocación. Cuando vienen estudiantes, yo predico la buena nueva de que estudien oposiciones a archivero. Son de las que tienen más posibilidades para los opositores, no por el temario, que es complicado, sino porque se presentan pocas personas a ellas en comparación con el resto de puestos de la Administración.
-¿Hay tantos archivos que necesiten personal?
-Es que los archiveros no trabajan sólo en archivos. Hay necesidad de ellos en todas las administraciones porque encontrar un papel ahorra tiempo para el ciudadano y ahorra dinero. Además, son garantes no sólo de los derechos de los ciudadanos sino también de la propia Administración. A las mujeres que trabajaron en la Sección Femenina, el servicio social de la época franquista, se les reconoció ese trabajo prestado a efectos de la Seguridad Social, pensión y demás. Pero era necesario documentarlo y una pérdida que se produjo en un archivo de Alcalá de Henares impidió a muchas mujeres que pudieran computar ese tiempo para el cálculo de su pensión.
-¿Se pierden o se destruyen muchos documentos?
-No hay que guardarlo todo y, pasado un tiempo, lo que se considera que no es significativo se destruye. Esto es un 90 por ciento de los documentos que nos llegan y hace falta una selección de los documentos que sí son significativos. Y eso también lo hacen los archiveros que tienen que incluir unos metadatos que ayuden a su entendimiento y clasificación. Hemos digitalizado una parte de nuestro Archivo pero es un proceso lento porque hablamos de millones de documentos. Y es energéticamente caro porque un servidor consume mucha energía. Hace falta seleccionar bien lo que se conserva.
-¿Cómo era el papel de hace quinientos años para aguantar tanto tiempo en buen estado?
-Pues mucho mejor que el nuestro. Hablamos de papel de trapo, hecho con fibra textil. Antes de finales del siglo XVIII y principios del XIX los documentos se escribían sobre trapos usados o fibras textiles mucho más resistentes a las dilataciones y contracciones por las temperaturas. Y la ausencia de elementos químicos lo ha hecho mucho más resistente al paso del tiempo. Tenemos documentación del siglo XVIII que está mejor que un papel de hace treinta años porque no tiene cloro ni celulosa.
-¿Qué planes tiene para el futuro?
-A largo plazo, aspiramos a completar una plantilla suficiente y bien formada para que el Archivo Histórico Provincial de Sevilla preste el servicio adecuado a sus visitantes e investigadores. Hacen falta más archiveros y más restauradores, tratamiento técnico de la propia documentación. Y una vieja aspiración es que podamos abrir en jornada de tarde, aunque eso cuesta dinero. Los recursos públicos son pocos y hay que administrarlos bien. También hay que modenizar el edificio porque la reforma se hizo en los años ochenta del pasado siglo pero lo necesita. Hemos modernizado algo pero nos queda mucho, también queremos ampliar la sala de investigadores y la sala de conferencias para acoger exposiciones.
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