entrevista
«Me enfadé con el Gran Poder por no salvar a mi hermano y tardé cuatro años en terminar su cuadro»
El arquitecto, dibujante y cartelista sevillano Javier Jiménez Sánchez-Dalp acaba de presentar la agenda solidaria de la Asociación Española de la Lucha contra el Cáncer, ilustrada con sus doce versiones de retratos de Velázquez, cada una con un color
«Si hubiera una DANA en Sevilla, las viviendas de Heliópolis se verían muy afectadas por su poca cimentación»
El arquitecto sevillano que escribió una rumba con 18 años que se hizo muy famosa junto a la «Macarena» de Los del Río
![Javier Jiménez Sánchez-Dalp ante su obra, en la basílica del Gran Poder de Sevilla](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/11/10/javier-jimenez-sanchezdalp3-Rg7jIjYJDQW7l5EfvDJh0SO-1200x1200@diario_abc.jpeg)
El artista sevillano Javier Jiménez Sánchez-Dalp dice que es «arquitecto de día y dibujante de noche». Empezó desde muy pequeño a dibujar y se licenció en la Escuela de Arquitectura de Sevilla sin abandonar nunca su afición al bolígrafo con el que ha ... realizado numerosas obras. El impulso familiar (eran 12 hermanos hasta la muerte de Manuel) le ayudó a volcarse de lleno en el universo creativo y tocar casi todos los palos, entre ellos, el cartel o la fotografía. Maestro en el complejo arte del retrato a bolígrafo, ha tratado siempre con esmero la luz y las formas, el color y la composición, en todos sus trabajos. Y siempre ha logrado su objetivo de transmitir las emociones de sus retratados.
¿Cómo se hizo arquitecto?
-No me acuerdo exactamente cuando lo decidí, pero todo lo relacionado con el arte siempre me ha gustado. Tenía don para el dibujo y mi padre siempre me animó a que dibujara porque vio que tenía mucha facilidad y hay que aprovechar los dones que le son regalados a uno. Me inscribieron en una escuela de artes y oficios con 7 u ó 8 años, que estaba en la calle Muñoz y Pavón, donde ahora hay un hotel. La familia de mi madre tenía vinculación con Aníbal González porque mi tío abuelo estaba casada con una hija suya. Siempre hemos admirado a Aníbal y me decidí a estudiar Arquitectura.
-¿Cuáles fueron sus primeros trabajos como arquitecto?
-Fueron para la Exposición Universal de 1992 de Sevilla, que fue un boom para todos los estudios de arquitectura. Yo aproveché la circunstancia y empecé a trabajar en un estudio, cuando aún no había acabado la carrera. Aprendí muchísimo, hicimos hoteles, entre ellos Al-Andalus, uno de los más grandes de Andalucía, y pabellones de la Expo92.
-Es especialista en arquitectura hospitalaria.
-Empecé haciendo rehabilitación de viviendas en el casco histórico pero posteriormente me especialicé en hospitales. He hecho instalaciones para el Virgen del Rocío y otras muchas para la Orden de San Juan de Dios. Renovamos la ciudad de San Juan de Dios en Alcalá de Guadaira y en Madrid también hice dos edificios grandes en Ciempozuelos, uno para acoger a mil pacientes psiquiátricos. También ampliamos la Escuela de Enfermería y otras construcciones en Málaga, Jerez y Santa Cruz de Tenerife.
-Es usted casi el arquitecto de la Orden de San Juan de Dios...
-Sí, casi se podría decir así. Para mí hubo un antes y después del hospital de Camerún. Hice muchas fotos y me ofrecí a hacer retratos de los niños para montar una exposición benéfica con la que recaudar fondos para las instalaciones. Y la exposición salió tan bien que los hermanos de San Juan de Dios la llevaron a muchos lugares, incluidos Roma y Nápoles. Dio para hacer la estructura de uno de los módulos del hospital porque se vendió absolutamente todo. Terminé casi cien dibujos.
-¿Cómo le cambió esa experiencia en África?
-Me situó los pies en la tierra y hizo relativizar, en cierto modo, los problemas que tenemos aquí. Allí, con cualquier enfermedad que te entrara, te ibas para el otro lado. Estaban como nosotros hace cincuenta o sesenta años y esas instalaciones sanitarias trataban de mejorar su calidad de vida y aumentar su longevidad.
-Sus retratos muestran a niños sonrientes y aparentemente felices. ¿Se lo parecieron realmente?
-Sí. Tienen muchas carencias pero se les veía felices. Puedo hablar de los de la zona en los que yo estuve, que eran pobres pero no estaban desnutridos. Esa felicidad que mostraban, a pesar de lo poco que tenían, me sorprendió mucho y me hizo cambiar un poco la perspectiva de las cosas. Se acostumbran a los que tienen y son felices con eso. No tienen dispositivos electrónicos pero tienen más contacto con la naturaleza que los niños del Primer Mundo.
-¿Los niños de los países desarrollados están más aislados?
-Sí. Los niños y los mayores. La tecnología te aisla mucho.
![Imagen principal - En la imagen superior, dos dibujos realizados para Andex. Debajo, a la izquierda, viendo diseños para el hospital de Camerún. A la derecha, pintando el retrato del Señor del Gran Poder, hecho a carboncillo](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/11/10/javier-jimenez-sanchezdalpdibujos_20241108114450-U57153166132nVY-758x470@diario_abc.jpg)
![Imagen secundaria 1 - En la imagen superior, dos dibujos realizados para Andex. Debajo, a la izquierda, viendo diseños para el hospital de Camerún. A la derecha, pintando el retrato del Señor del Gran Poder, hecho a carboncillo](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/11/10/javier-jimenez-sanchezdalpcamerun_20241108114613-U30210032131mhA-464x329@diario_abc.jpeg)
![Imagen secundaria 2 - En la imagen superior, dos dibujos realizados para Andex. Debajo, a la izquierda, viendo diseños para el hospital de Camerún. A la derecha, pintando el retrato del Señor del Gran Poder, hecho a carboncillo](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/11/10/javier-jimenez-sanchezdalpgranpoder-U76081607314HMp-278x329@diario_abc.jpeg)
-¿Sigue haciendo retratos a bolígrafo de ese tipo?
-Hago muchos, aunque no tengo mucho tiempo. Yo siempre digo que soy arquitecto de día y dibujante de noche.
-Hizo también un cuadro del Señor del Gran Poder que fue portada de ABC del Sábado de Pasión de 2020, el primer año de la pandemia.
-Ese cuadro empecé a hacerlo como una especie de promesa para intentar salvar a mi hermano Manolo de un cáncer de pulmón. Él era más joven que yo y, con una familia tan grande como la que tengo, debo decir que todos sufrimos mucho esta enfermedad. Siempre tuvimos la esperanza de que saldría adelante, de que todo cambiaría en algún momento y que se haría un milagro. Esta enfermedad nos hizo tambalearnos a todos porque no habíamos tenido nada así, de ese nivel de sufrimiento. Fue muy duro y empecé ese cuadro pensando en que el Señor podría salvarlo si lo terminaba. Cogí un papel enorme de dos metros para poder dibujar al Señor del Gran Poder con esa idea. Era una obra compleja y me llevó mucho tiempo. Trabajaba por las noches y los fines de semana porque el resto del tiempo lo dedicaba al estudio de arquitectura, que es de lo que vivo.
-¿Y qué pasó?
-Que mi hermano murió antes de que terminara el cuadro y me cogí un cabreo enorme con el Señor que me duró bastante, unos cuatro años. Cuando murió mi hermano, tapé el cuadro, le di la vuelta y no quise saber nada más de él. Pero a los cuatro años, cuando murió mi padre, que era muy devoto del Gran Poder, lo retomé. Mi hermano y mi padre acabaron en el columbario de la basílilca y me propuse acabarlo y entregárselo a la hermandad para que lo pusieran donde consideraron oportuno. Félix Ríos y la hermandad se portaron muy bien, hicieron una misa muy bonita y colocaron mi cuadro en el columbario. Y allí sigue de momento, aunque el columbario sigue creciendo y llegará un momento en que ya no quepa. Recuerdo que acabé el cuadro coincidiendo con los 400 años de la imagen del Señor y escribí un texto diciendo que yo había tardado cuatro años en hacerlo. Cuatro años después de la muerte de mi hermano.
-Ahora acaba de ilustrar la agenda solidaria de la Asociación de la Lucha contra el Cáncer.
-Sí, con doce versiones, cada una en un color por cada mes de la agenda, de doce retratos de Velázquez. Yo siempre he colaborado con Andex, desde antes de lo de mi hermano. Me llamaban para muchas cosas, hice algunas diseños de las instalaciones en el Virgen del Rocío y carteles para ellos y para la fundación el Pequeño Deseo. También hice el cartel de la cabalgata del Ateneo.
-¿Se puede vivir de hacer carteles?
-Sólo de carteles es muy difícil vivir, salvo que hagas uno detrás de otro. Muchos de los que he hecho han sido altruistas pero hoy día ya se valora el trabajo que suponen y la labor del cartelista. El Ateneo no los paga pero las hermandades están concienciadas de que igual que adornan un paso o tienen que pagar al ebanista, también tienen que hacerlo con el cartelista.
-Sevilla vive un momento de gran esplendor de sus hermandades pero algunas voces dicen que se está perdiendo su esencia con tanta masificación durante la Semana Santa y con tantas salidas extraordinarias.
-Creo que la ciudad está perdiendo un poco el norte y se están cometiendo exageraciones con las procesiones extraordinarias. El impacto mediático que causan es enorme y las alimenta. Pero esto tiene algo bueno, que es el mantenimiento de la llama religiosa y de l catolicismo. Tengo amigos en Francia que me dicen que allí no sale nunca ninguna procesión y que las iglesias cada vez están más vacías. Me dicen que creen que de aquí a cien años serán centros de conferencias o salones de actos. Y fuera de Andalucía está pasando también en Sevilla. Eso en nuestra ciudad no va a pasar gracias a las hermandades, donde también gusta figurar y que te vean con una vara.
-¿Hay mucho figureo en estas salidas?
-Creo que sí, pero la verdad es que siempre lo ha habido. Sevilla siempre ha sido así pero esto lo ha exagerado. Ahora se ha multiplicado con tantas salidas extraordinarias.
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