entrevista
«No encontramos trabajadores en Sevilla a pesar de que hemos ido a buscarlos a polígonos y centros de formación»
Cristina Silvestre, una de las máximas responsables de Megusa, la metalúrgica sevillana que hizo los puentes del Alamillo y la Barqueta, lamenta la falta de jóvenes con formación especializada en el sector industrial: «Esta escasez de mano de obra nos impide aceptar algunos encargos y crecer como empresa»
«No se ha contado con Sevilla para las obras del puente del Centenario. En el País Vasco y Cataluña no dejarían fuera a sus empresas»
![Cristina Silvestre delante de las imágenes de algunos de los más de 150 puentes que ha construido Megusa en el Polígono Astilleros de Sevilla](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/09/08/cristina-silvestre2-megusa-Rp1EbL3haoyyJKM9cKJbm6I-1200x840@abc.jpeg)
Cristina Silvestre estudió Administración de Empresas en Sevilla y amplió su formación en el Reino Unido. Tras realizar prácticas en algunas empresas, inició su trayectoria en la compañía familiar fundada por su abuelo en 1879. Fábrica San Clemente empezó su actividad fabricando elementos ... de máquinas de aceite y timones de barcos para especializarse posteriormente en obras de calderería pesada, bienes de equipo y siderurgia. De esta empresa centenaria surgió Megusa en 1978 (Metalúrgica del Guadalquivir), de la que Cristina Silvestre es responsable de calidad y que ha construido en las últimas décadas cientos de estructuras metálicas y más de ciento cincuenta puentes, entre otros, los del Alamillo y la Barqueta en Sevilla, o el Champlain en Montreal (Canadá). Para hacer la estructura de este puente, la ejecutiva sevillana, muy interesada por las cuestiones técnicas, decidió sacarse el título de supervisora de soldadura. Tanto Megusa como Fábrica de San Clemente están ubicadas en el Polígono Astilleros de Sevilla, una concesión portuaria que va camino de cumplir sus primeros cincuenta años. «Empezamos como apoyo de Astilleros y llevamos ya casi medio siglo aquí», cuenta.
-—Su empresa ha construido el puente del Alamillo, el puente de a Barqueta, el nuevo puente de Cádiz, los parasoles de las Setas o el Palacio de las Artes y las Ciencias de Valencia. También hicieron una pasarela curvilínea de 63 metros para las Palmas de Gran Canaria que es casi una escultura que simula las olas del océano Atlántico. ¿De cuál guarda un recuerdo más especial?
-De todas, pero quizá de la que guardo un recuerdo más especial es de la del puente de Cádiz. Fue una obra muy complicada que nos permitió cambiar nuestra forma de producción y dar un gran salto de calidad. Estuvimos cerca de tres años haciendo ese puente. Aprendimos mucho y fue un trampolín para nosotros. Cuando subí a lo alto del puente y vi las vistas, sentí una emoción muy especial. También el Museo de la Ciencia y el Palacio de las Artes de Valencia me dejó impresionada y me hizo preguntarme cómo pudimos hacerlo. La bioesfera de la Expo tenía una vida útil de seis meses y ahí sigue más de treinta años después.
-¿Cuál ha sido la pieza más grande que han construido?
-Quizá el puente de Champlain, en Montreal (Canadá). Gracias a este encargo logramos un acceso directo al muelle. A nivel internacional nos ha beneficiado porque poder transportarlo en barco, como hicimos con este puente de 1.800 toneladas, nos permite fabricar piezas mucho más grandes y pesadas. Hicimos seis piezas de 300 toneladas cada uno que montaron los canadienses porque los sindicatos allí no permiten que las grandes obras las monten empresas extranjeras. Fueron quince días de travesía desde Sevilla a Montreal.
¿La Expo92 fue el trampolín de su empresa para hacer puentes?
-Sí, en los años previos a la Expo pasamos de los barcos a los puentes. Se construyeron muchos puentes en Sevilla, se dio el boom de los puentes y nosotros hicimos varios, entre ellos el del Alamillo y el puente de la Barqueta. También hicimos la bioesfera y los monorraíles de toda la Expo. Hicimos pabellones y muchísimas más cosas. Fue un auténtico boom. Luego hicimos el primer puente alzado de alta velocidad, el viaducto del río Piedras en Álora(Málaga) y hemos hecho u nos 160 puentes, cada cual diferente. Y ahora estamos haciendo el viaducto de Los Arejos (Almería) en el corredor del Mediterráneo.
-¿Qué han hecho fuera de España?
-Lo más importante quizá fueron los cabeceros del puente de Champlain. Y también hemos hecho un pilono de un acero dúplex paa Qatar. Y también hemos hecho dos viaductos para Malta y 23 pórticos de carretera en Edimburgo y estuvimos a pnto de hacer el puente del Forth
-¿Y qué pasó?
-Nos lo quitaron los chinos. El tema internacional lo tenemos ahora un poco parado y esto se debe a varias razones. Hay mucha competencia internacional y otra filosofía de trabajo.
-¿Y los precios chinos?
-Sí, ellos tiran los precios para abajo. Las condiciones laborales que imponen en su país les permiten ofrecer esos precios inasumibles para nosotros.
-¿Es competencia desleal?
-Sí, porque no jugamos todos con las mismas cartas, aunque es verdad que todavía tenemos a favor la calidad. Sin embargo, cada vez lo hacen mejor y están más cerca de nosotros.
-Para poder competir con los chinos y con las empresas de cualquier otro país del mundo necesitan trabajadores cualificados. ¿Los tienen?
-Ese es nuestro principal problema en este momento. Los chinos tienen unas grandes instalaciones y una abundante mano de obra y nosotros no.
-¿Qué trabajadores no encuentran en Sevilla?
-Nos faltan trabajadores en muchos campos. En el técnico no encontramos personal en delineación, ingeniería y producción. Necesitamos personal de ingeniería industrial y civil con conocimientos de soldadura y calderería pesada y no los encontramos. Llevamos meses buscando un jefe de equipo para el taller y no hay forma de encontrarlo.
-Hace años ya denunciaron que no encontraban soldadores ni caldereros para su fábrica.
-Y seguimos igual. Necesitamos soladores, caldereros y no encontramos un coordinador de soldadura. Son perfiles específicos y no conseguimos completar la plantilla y eso nos ha impedido optar a algunos pedidos importantes. Podríamos contratar a más de 30 personas y no encontramos a nadie.
-Y estamos hablando de trabajos de calidad.
-Sí, estamos en el mercado y con los convenios del sector. Con horarios estables.
-Sevilla es una de las provincias con mayor paro de España.
-Pues tampoco encontramos para nuestro taller oficiales de caldereros. Los gremios se están perdiendo lamentablemente. En los últimos años han sufrido una gran decadencia y estamos pasando de un estatus alto a otro más bajo con el paso del tiempo.
-¿No encuentran gente cualificada con tantos ciclos de Formación Profesional?
-Encontramos a gente sin demasiada cualificación que han salido de escuelas especializadas pero a las que hemos tenido que formar aquí. Si encontramos chavales que tengan ganas de aprender, los formamos. Muchos llegaron sin saber soldar o dando cuatro puntadas y ahora son magníficos soldadores, pero no es fácil.
-¿Han tenido que convertir parte de su empresa en una especie de ciclo de Formación Profesional?
-En Sevilla se dan algunos ciclos. En el Instituto Politécnico de los Remedios se da algún módulo y hay algún centro de formación pero no están conectados con las empresas. Cuando llegan aquí los graduados de un ciclo medio o superior, no tienen los conocimientos necesarios. La información impartida en esos centros no se corresponde con lo que se necesita en las empresas, falta coordinación, en mi opinión. La realidad es que los chavales que salen de los institutos no tienen la formación adecuada para adaptarse a las empresas de nuestro sector en un tiempo corto. Necesitan un aprendizaje en nuestros talleres.
-¿A qué puede deberse esto?
-No se puede culpar a los chavales. Creo que a menudo no estudian en las condiciones adecuadas por falta de instalaciones o de medios en los centros de formación. Si no hay máquinas de soldar suficientes, es difícil que aprendan a soldar. Faltan centros de formación y mejorar los medios de que disponen para realizar su trabajo.
-¿Se está apostando en los planes educativos más por la hostelería y el turismo que por la industria, a pesar de ser un sector con mayor valor añadido y mejores empleos?
-Nuestro sector no es fácil, es muy específico, y para poder trabajar en esto te tiene que gustar.
-¿Esto es un problema sólo de Sevilla?
-No, la escasez de mano de obra cualificada en este sector es generalizada en toda España. En el norte también pasa. A veces nos encontramos también con que empresas semipúblicas o subvencionadas del sector como Navantia que cuando tienen carga de trabajo suben los precios de la mano de obra y nos quedamos aún con menos posibilidades de contratar personal. Eso nos ha pasado en varias ocasiones.
-¿Y qué consecuencias tiene?
-Que no podemos aceptar algunos pedidos o tenemos que contratar mano de obra menos especializada y los costos de las reparaciones posteriores se disparan. Llevamos años con esto.
-¿Esto les impide crecer?
-Si tuviéramos mano de obra podríamos crecer y aceptar muchos más encargos. Hemos ido a los polígonos buscando gente en centros de formación, buscamos en redes sociales, nos falta salir con un cartel a la calle ofreciendo trabajo pero no lo encontramos.
-¿Falta conocimiento entre los jóvenes sobre estas profesiones?
-Sí, falta vender estas profesiones. No se ha vendido en ninguna parte y hablamos de profesiones con trabajo prácticamente garantizado al acabar la formación. Y un trabajo estable, a diferencia de otros más estacionales como la hostelería. Tenemos una plantilla muy estable, gente que lleva 20 años o más con nosotros. Se necesita publicitar esta profesión porque es una profesión con futuro y salidas laborales.
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