salud
Un vacío informático del SAS provoca decenas de muertes de adictos en Sevilla cada año
El presidente de la Sociedad Médica Andaluza de Adicciones, que atiende a 53.000 pacientes que tratan de desengancharse de alguna droga, advierte que hay más de cien fallecimientos al año por reacción aguda a la metadona y que la mayor parte de ellas se deben a su mezcla con las benzodiacepinas, recetadas en los centros de salud
«Casi todas las agresiones a sanitarios se deben a pacientes con adicciones que piden tranquilizantes»
![Una profesional sanitaria del Centro de Tratamiento de Adicciones del Polígono Sur, de Sevilla](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2024/09/11/centro-adicciones-poligonosur-RcvQr66VXoGMan7pu7fOdUO-1200x840@diario_abc.jpg)
Una cuestión informática -la utilización de redes diferentes por parte de los médicos de familia del Servicio Andaluz de Salud y los que tratan a pacientes con adicciones en Andalucía-, está causando decenas de muertes al año en Andalucía, según denuncia la Sociedad Médica Andaluza de Adicciones y Patologías Asociadas (Somapa), que integra a la mayoría de los médicos de la Red Pública de Atención a las Adicciones.
Se da la circunstancia de que esta red está coordinada por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía, pero no se encuentra integrada en el SAS, «lo que ocasiona gran número de desajustes y problemas de coordinación», según Somapa. «Para comenzar ambas redes utilizan soportes informáticos diferentes que no cruzan sus datos entre sí; la red de adicciones usa SIPASDA y el SAS utiliza DIRAYA. Los médicos de adicciones no tenemos posibilidad de prescribir en el programa del SAS por lo que tenemos que derivar a los pacientes a las consultas de atención primaria para que les prescriban nuestras indicaciones terapéuticas, sobrecargando con ello los centros de salud«, asegura Bartolomé Baena, presidente de esta sociedad médica. «Además -añade- resulta un agravio comparativo que los médicos de centros privados concertados con el SAS sí que pueden prescribir en DIRAYA.
Los médicos de la Red Pública de Atención a Adicciones denuncian que «nuestras prescripciones de psicotrópicos como la metadona no aparecen reflejadas en el programa del SAS y la metadona puede producir depresión respiratoria si se suma a la toma de las benzodiazepinas (tranquilizantes), siendo estos «prescritos» por los médicos de Atención Primaria«, explica el doctor Baena, que añade que «es aquí donde radica y multiplica el riesgo vital del paciente, ya que al tener distintos sistemas informáticos el médico perteneciente a SAS desconoce si el paciente tiene prescrito tratamiento psicotrópico«.
Prueba de ello es la presencia de metadona y benzodiacepinas como la combinación más frecuente en los informes de las autopsias por reacción aguda de sustancias psicoactiva. El último informe que publica este dato (RASUPSI), fechado en 2015, registra más de 50 muertes ese año en Andalucía.
La Consejería de Salud reconoce oficialmente en Sevilla en 2022 casi un centenar de muertes de pacientes (98) por una «reacción aguda» a sustancias psicotrópicas -principalmente metadona-. El doctor Baena considera que buena parte de estas muertes se deben a la mezcla de estas sustancias con benzodiacepinas, aunque la Junta dejó de publicar en 2015 esta estadística concreta. «Quizá la dejaron de publicar precisamente por ese motivo, porque cada año va a peor, al menos es nuestra impresión», dice el presidente de Somapa.
Para evitarlo, la Junta directiva de esta sociedad ha decidido solicitar a la Junta de Andalucía «la integración de la red de adicciones en el SAS así como la unificación urgente de nuestras redes informáticas».
En Andalucía unas 10.000 personas reciben, según datos oficiales, tratamiento de metadona y cerca de 50.000 tratamiento de opiáceos -morfina, fentanilo y otros contra el dolor producido por el cáncer u otras enfermedades-. Y el número de muertes por reacciones agudas a unos y otros está en torno al centenar en cada caso, siendo los pacientes con metadona la quinta parte de los de los que consumen opiáceos. «Esto revela que algo no está funcionando con los pacientes que reciben metadona -dice el doctor Baena- porque el riesgo de morir de estas personas es de 0,9 por ciento mientras que el de los pacientes que toman opiáceos es sólo del 0,2 por ciento.
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