cartografía
Cinco siglos de planos de la ciudad: Sevilla a vista de pájaro, pintores y espías
Las vistas de la capital comienzan a realizarse en el siglo XVI cuando se produce la conexión con América
La representación del entramado urbano se retrasa al XVIII cuando en otras urbes ya se hacía antes
Urbanismo recupera mil planos históricos de Sevilla de finales del siglo XIX y primera mitad del siglo XX
![Plano de Sevilla realizado por los soviéticos en los años 70](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/sevilla/2023/06/10/plano-sevilla-sovieticos-RrL0EERiQ62IMrHfzP2lnRJ-1200x840@abc.jpg)
La cartografía histórica de Sevilla ya se puede consultar en una publicación que muestra cómo se ha ido representando la ciudad a lo largo de los siglos desde las primeras vistas en el siglo XVI que muestran el barrio de Triana, el río Guadalquivir, el ... puerto con América y el resto de la urbe hasta las últimas décadas del XX con mapas que llegaron a realizar en los setenta los soviéticos, según comentó a ABC de Sevilla el director de la impresión Fernando Olmedo.
Esta es sólo una de las curiosidades de un libro en el que se contempla cómo ha evolucionado Sevilla desde la época en la que se había culminado la Giralda en 1585 con un grabado de Ambrogio Brambilla donde llegan a verse las ruinas de Itálica, el acueducto de los Caños de Carmona o el barrio de San Bernardo, Además de Olmedo, también participan en este trabajo Joaquín Agustín Cortes, Marcos Fernández y María Isabel Regidor.
A partir de esta vista del XVI realizada desde el Aljarafe, se suceden otras y un plano de una parte del Arenal y de Triana pintado por Ygnacio Sala en el que se adivina la Fábrica de Tabacos, el convento de San Diego en los terrenos en los que se encuentra en la actualidad el teatro Lope de Vega y el Casino de la Exposición, el seminario de San Telmo, el desaparecido convento del Pópulo donde hoy está la plaza de abastos del Arenal o la Alameda Nueva en el espacio actual de Paseo Colón.
Por otro lado, y en una publicación sobre la cartografía hispalense, no puede faltar un emblema de los mapas de la ciudad como es el conocido como de Olavide. Sin embargo, los autores del libro señalan a los creadores de esta pieza que forma parte de la historia de la urbe hispalense como es Francisco Manuel Coelho y el grabado de José Braulio Amat.
Ante esto, Fernando Olmedo explicó a este periódico que «Sevilla es una urbe que se representa a partir del siglo XVIII en una época tardía porque ya en el XVI había mapas de otras ciudades donde ya se observaban sus tramas urbanas».
Cambios urbanísticos
Volviendo al plano de Olavide de 1771, se contemplan con alta resolución cómo la ciudad se ha modificado pero sus principales lugares han sufrido pocos cambios. Por ejemplo, se distinguen perfectamente la plaza del Duque, la de San Francisco, la del Triunfo, la Alameda de Hércules y el trazado de la muralla que ahora separa el distrito Casco Antiguo de los restantes.
Además, se observan grandes manzanas que desaparecieron con las aperturas de plazas: el convento Casa Grande de San Francisco o el de la Encarnación. Asimismo, donde se halla hoy en día la Avenida de la Constitución en el tramo más cercano al Archivo de Indias, se adivina el colegio mayor de Santo Tomás.
En el siglo XIX, continúan desarrollándose planos de Sevilla pero, en vez de verse la ciudad en horizontal o de este a oeste, se ve de norte a sur como en el de Alexis Donnet y grabado por los hermanos Malo (Abel Malo). En esta ilustración de 1823 y cerca del final del conocido Trienio Liberal, los autores indican el arrabal de la Macarena y el de Triana.
Por su parte, se percibe cómo una parte intramuros de la ciudad forma una especie de retícula en los barrios de San Lorenzo y San Vicente con manzanas cuadradas o rectangulares con edificios como el convento Casa Grande del Carmen o el de San Laureano, al final de la calle de las Armas, siendo en la actualidad conocida como Alfonso XII.
Dos décadas más tarde, José Herrera expone en un plano de 1848 las mejoras hechas en la ciudad hasta ese momento donde aparece la plaza de la Encarnación como punto central tras el derribo del cenobio de monjas agustinas. Otros detalles de este mapa de la urbe hispalense son el desarrollo de la plaza de Armas, la fábrica de gas y la lonja del Barranco al lado de la misma, así como la aparición del Paseo de Cristina al lado de San Telmo o el Tagarete rodeando la Fábrica de Tabacos.
Los cambios urbanísticos vuelven a reflejarse en Sevilla en el plano de 1868 de Manuel Álvarez-Benavides y López y de Carlos Santigosa porque ya se ven los ferrocarriles y las estaciones de San Bernardo y plaza de Armas, así como las vías del tren por el entorno del Campo de los Mártires, el barrio de San Bernardo, el prado de Santa Justa y toda la actual calle Torneo. Estos trazados se mantuvieron hasta las obras que se hicieron de cara a la Exposición Universal de 1992.
Ensanches
Juan Talavera y Heredia proyectó en 1918 un ensanche exterior de Sevilla hacia el barrio de Nervión donde asimila planes existentes como la ordenación del mencionado espacio por parte de Aníbal González. Según Fernando Olmedo, «traza una retícula de disposición radial sobre grandes ejes que se prologan a partir de las arterias del recinto histórico». Sin embargo, apuntó que es «un planteamiento idealizado que, en todo caso, no llegó a materializarse».
El plano ideado por Talavera desarrolla nuevos espacios en torno al actual Porvenir, el 'Camino de la Barzola' o un entramado de calles en Triana y los Remedios cuya vía principal hubiera sido según el arquitecto sevillano la que es hoy en día la calle Virgen de Luján pues conectaría el parque de María Luisa con el oeste de la urbe.
En otros planos de ensanches, se adivina Ciudad Jardín, el Porvenir y su extensión hacia Eritaña, el edificio del Real Patronato Obrero y el campo del Real Betis en construcción.
Luego, ya se observan otros mapas en los que se apuntan elementos turísticos como el de la Guía Michelín de 1936 y 1938 donde hay una leyenda en la que aparecen las columnas de Hércules, el museo provincial, la torre de San Marcos, el convento de Santa Paula, el palacio del Duque de Alba, la Universidad o la Tabacalera.
En el capítulo de las curiosidades, los soviéticos realizaron un mapa de la ciudad de Sevilla en 1977 donde hay caracteres cirílicos y en el que pusieron especial énfasis en las oficinas gubernamentales, administrativos, instalaciones militares, centros de comunicaciones, depósitos de combustible. También, hay un pequeño resumen con las condiciones geográficas, la economía y otros aspectos con la población en un mundo que todavía estaba dividido en dos bloques.
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