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Centenario... y a por todas
Hace medio siglo se inauguraba en el puerto la dársena del Centenario, antes llamada del Batán, con que se conmemoraban los cien años de la Junta de Obras del Puerto de Sevilla
Inundaciones en Sevilla y el resto de Andalucía, en directo: última hora del desbordamiento del Guadalquivir, carreteras cortadas y estado de los embalses

La foto icónica de aquel febrero de 1975 en toda España fue la de Johan Cruyff escoltado por una pareja de agentes de la Policía Armada para que saliera del terreno de juego de La Rosaleda, tras su primera expulsión en liga. Pero para ... Sevilla, tuvo mucha más trascendencia la visita del ministro de Obras Públicas, Antonio Valdés y González-Roldán, aunque no despertara pasiones como el fútbol.
El motivo principal de su llegada a Sevilla el mismo día del escándalo del futbolista holandés en Málaga era la inauguración de la dársena portuaria del Centenario, antes denominada del Batán, cuya entrada en servicio se calculaba para mediados de aquel trascendental 1975. Los nuevos muelles venían a ampliar en un 40 por 100 la zona de atraques de buques en el único puerto interior de España. La superficie de depósito de mercancías casi se había duplicado con esa nueva dársena portuaria.
¿De dónde le venía el nombre coincidente con el más renombrado brandy de las bodegas Terry, tan en boga aquellos años? En realidad, el Centenario al que aludía el nombre de la nueva dársena era el de la junta especial de obras del río Guadalquivir y puerto de Sevilla cuya erección jurídica había decretado el general Serrano como regente con fecha del 25 de noviembre de 1870, publicado en la Gaceta de Madrid (antecedente del BOE) del 28 de noviembre.
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Como quiera que la dársena se había proyectado en la conmemoración del centenario de la Junta del Puerto (denominación oficial, con variaciones, hasta 1993, en que se convirtió en Autoridad Portuaria de Sevilla), los ingenieros le dieron ese nombre que, andando el tiempo, saltó a designar también al puente construido en paralelo a la dársena del Centenario para la Expo92, que venía a conmemorar el Quinto Centenario del Descubrimiento de América.

Esa asociación de ideas en el imaginario colectivo le añadió el adjetivo ordinal al nombre oficial del puente de Fernández Ordóñez y Martínez Calzón en el habla del vulgo, como si el paso sobre el Guadalquivir honrara la memoria de Colón y no la de la creación de la Junta de Obras del Puerto, en su centenario.
Para la Sevilla de 1975, como para la de ahora, la visita del ministro de Obras Públicas era un acontecimiento. La ciudad iba «a por todas», que era justamente el eslogan publicitario del brandy Centenario: el MOP tenía en marcha entonces las obras del canal Sevilla-Bonanza, el nuevo cauce del Guadaira y la corta de la Cartuja, sin alejarse del río. Pero había una larga lista de proyectos pendientes: la autopista Sevilla-Huelva (de peaje entre Sanlúcar la Mayor y San Juan del Puerto), la autopista Madrid-Cádiz, la Ruta de la Plata desde Mérida, la mejora de la N-334 con Granada, la autovía a La Puebla del Río, la carretera Sevilla-Aznalcázar-Pilas-Almonte, el tramo La Rinconada-Castilblanco de la carretera a Cazalla y la ampliación del abastecimiento de agua, que se consideraba «totalmente insuficiente» para el área metropolitana en fecha tan cercana como 1980. Y el metro de Sevilla, cuyas obras en la Alameda, había visitado.
Puente del Centenario
El nombre, con el que se homenajeaba el siglo de vida de la junta del Puerto, saltó luego a denominar el puente
La mayoría de esas obras habrían de esperar todavía varios años para que se acometieran. Pero, a diferencia del arbitral con Cruyff, el escándalo ministerial con Sevilla no copaba portadas entonces.
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