PRIMERA VUELTA AL MUNDO
De Carlos V a Felipe VI: los Reyes y la gesta magallánica
UN VIAJE EXTRAORDINARIO
El emperador hizo caballero a Elcano y le prometió una fortuna que no pagó
El primer monumento a Magallanes es de tiempo de Isabel II, en Filipinas
Alfonso XIII presidió en Guetaria los actos del cuarto centenario
500 años de la primera vuelta al mundo

El Rey Felipe VI preside en Sevilla este 8 de septiembre el acto central que conmemora la llegada de la nao 'Victoria' capitaneada por Juan Sebastián Elcano tras completar la primera circunnavegación del planeta después de un viaje de más de tres ... años. La presencia del monarca realza el valor que la Corona ha conferido a esta gesta naval que la España actual reivindica como propia. Pero la relación del Trono con la gesta magallánica no es nueva ni improvisada. Como la propia historia que cuenta, tiene cinco siglos de historia.
En 1522, nada más arribar los exhaustos marinos de la 'Victoria' al puerto de Sevilla, el emperador Carlos mandó llamar a Elcano para que le informara personalmente de su periplo. El marino vasco se hizo acompañar del piloto griego Francisco Albo y del barbero (médico) extremeño Fernando de Bustamante. También acudieron a cumplimentar al monarca los tres nativos moluqueños que Elcano había embarcado en el viaje de regreso a España.
Juan Sebastián Elcano se vio pronto favorecido por el soberano. El 23 de enero de 1523, una cédula real ordenaba una pensión vitalicia anual de 500 ducados que debía abonar la Casa de Contratación de La Coruña, erigida para monopolizar el comercio de las especies recién abierto.
Pero los pagos no llegaron a materializarse, por lo que una nueva cédula real en 1525 fijaba la recepción de los atrasos a la vuelta de la nueva expedición a las islas de la especiería fijada para julio de 1525. Elcano había tratado de poner en orden esas rentas que no le habían abonado pero nunca volvió de esta singladura comandada por García Jofre de Loaísa. Ni él ni ninguno de sus hermanos varones Antón Martín, Ochoa Martín y Martín Pérez, todos enrolados en la expedición.
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El impago de lo prometido dio pie a que la madre de Juan Sebastián Elcano, Catalina del Puerto, reclamara hasta su propia muerte, en 1538, para cobrar la deuda de la Corona con el marino que tanto honor había dado a España. Y todavía en 1567, casi medio siglo después de la arribada victoriosa, un nieto de doña Catalina sigue pleiteando con el Consejo de Indias por las soldadas que no se habían satisfecho a sus tíos.
Caballero y escudo de armas
Hubo más en el agasajo regio a Elcano. Carlos V lo hizo nombrar caballero y le concedió un escudo de armas en el que figura la leyenda 'Primus circumdedisti me' con que se le reconocía como el primero en circunnavegar la tierra. En la cartela inferior del escudo nobiliario figuran los emblemas de su hazaña: dos palos de canela cruzados en aspa, escoltados por tres nueces moscadas con orla de doce clavos. Las especias de las islas del Maluco que Magallanes había previsto.



Ahí quedó todo. Para encontrar las primeras conmemoraciones nacionales de la gesta náutica de los tripulantes de la 'Victoria' hay que esperar al siglo XIX, cuando el monopolio del comercio con las Indias ya había desaparecido.
Para las familias de los puertos vascos, emparentar con Elcano había perdurado como signo de distinción por cuanto implicaba de honra colectiva. Una lápida mortuoria de 1671 en la parroquia de San Salvador de la villa de Guetaria en la que aparece el escudo de Juan Sebastián Elcano acredita cómo había pervivido la memoria del bravo marino guipuzcoano entre sus paisanos.
Aunque la primera estatua del piloto de Guetaria, en la villa natal donde se conservaba su memoria, está fechada en 1800. La mandó erigir su paisano Manuel de Agote y Benochea, navegante que había ejercido como factor de la Real Compañía de Filipinas. El encargo lo cumplió el director de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, Alfonso Giraldo Bergaz, pero los estragos de la primera guerra carlista entre 1835 y 1836 acabó con ella. Hubo que encargar una nueva efigie del capitán de la 'Victoria', esta vez a cargo de Antonio Palao y Marco, erigida en 1861, que es la que hoy se contempla en el puerto de Guetaria.
La suerte de Magallanes
Peor suerte corrió la memoria de Fernando de Magallanes, portugués en España y español en Portugal, que tuvo que aguardar a 1866 para disponer de un primer monumento en su honor, erigido bajo el reinado de Isabel II en la ciudad de Lapu-Lapu en la isla de Mactán (Cebú) donde se cree que murió en combate con los nativos. Las ansias expansionistas de aquella España embarcada en la campaña del Pacífico encontró en Magallanes un elemento de primer orden para exaltar «las glorias españolas» como figura en el cenotafio.
El uso propagandístico de la gesta de Magallanes-Elcano no pasó inadvertido para Alfonso XIII, bajo cuyo reinado se celebró el cuarto centenario del viaje descubridor, el primero con programa de actos y participación oficial. Este periódico dedicó su portada del 7 de septiembre de 1922 (tomando como fecha conmemorativa la arribada a Sanlúcar de Barrameda el 6 de septiembre de cuatro siglos antes) al marino vasco con un titular elocuente, «El centenario de Elcano», y un antetítulo aun más explícito: «Glorias de España».
Un real decreto de abril de 1920 encargaba la conmemoración a una Junta del IV Centenario de la Primera Vuelta al Mundo cuya presidencia ostentaba el presidente de la Diputación Foral de Guipúzcoa. Este orientó la celebración según su credo vasquista hacia una exaltación de la figura de Elcano en detrimento de la de Magallanes. La Junta encargó retratos a Zuloaga, Salaberría y Uranga.
El acorazado 'España' en Guetaria
El Rey Alfonso XIII presidió el acto central en Guetaria el 6 de septiembre de 1922, a cuyo puerto arribó a bordo del acorazado 'España', buque insignia de la flotilla de 21 buques de guerra que había partido de San Sebastián aquella misma mañana ante «una multitud que no bajaría de 30.000 personas, que presenció la salida de la escuadra».
A la llegada al puerto guetariano, más de cuatrocientos «vaporcitos pesqueros» hicieron sonar sus sirenas a modo de bienvenida. En tierra firme, el Rey revistó una compañía del regimiento Garellano y fuerzas de Artillería. En la parroquia se cantó un solemne tedeum y luego tuvo lugar la comitiva histórica, «precedida de la carroza que simulaba la nao 'Victoria' que dio la vuelta al mundo». Cinco «bellísimas señoritas» representaban en el cortejo los cinco continentes que tocó Elcano en su viaje. Se trataba de una representación de la llegada de los supervivientes de la 'Victoria' a la villa guipuzcoana que luego se fue repitiendo de cuatro en cuatro años a orillas del Cantábrico y, esporádicamente, en Sevilla.
Aquella visita regia sirvió para colocar la primera piedra de un megalómano monumento a Elcano que nunca llegó a construirse. El discurso oficial, encargado al diputado Churruca, insistía en glosar las glorias de España y de los marinos guipuzcoanos.
Aquella conmemoración del cuarto centenario de la Primera Vuelta al Mundo también tuvo celebraciones en diversas ciudades españolas. En San Sebastián, con fuegos artificiales amenizados por las bandas militares; en Barcelona, con barcos empavesados (engalanados con gallardetes, diríamos hoy) y una solemne sesión en la Cámara de Comercio en la que «todos los discursos fueron muy aplaudidos, dándose entusiastas vivas al Rey, a España, a Cataluña y a Elcano».
En 1920, en Sevilla se ofició un tedeum en la Catedral y se celebró un congreso de historia en el Archivo de Indias
En Sevilla, los actos conmemorativos se dejaron en manos de una comisión mixta en la que formaban parte el Ayuntamiento de Sevilla y el Comité Ejecutivo de la Exposición Hispanoamericana. Se ofició un tedeum en la Catedral, el Archivo de Indias acogió el segundo congreso de Historia y Geografía Hispanoamericana y tuvo lugar una sesión literaria el 10 de septiembre con música de la banda de Infantería de Marina que había llegado a la ciudad el día 6.
A continuación, se inauguró una exposición de documentos del propio Archivo General de Indias relativos al centenario de la circunnavegación en el edificio de la Casa Lonja a lo largo de 16 vitrinas horizontales y seis verticales. Se trató del precedente más inmediato de la exposición «El viaje más largo» que el propio Don Felipe inauguró en Sevilla el 12 de septiembre de 2019. Hace ya tres años, los mismos que llevó a Elcano dar la primera vuelta al mundo.
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