INMUNOLOGÏA
Explican por qué lo que comemos determina la respuesta inmune al cáncer o el VIH
Un estudio establece un nuevo vínculo entre la nutrición celular y la identidad y afirman que centrarse en la actividad dependiente de los nutrientes podría mejorar las inmunoterapias
Cómo alimentarnos para tener un buen sistema inmune
![Susan Kaech, Shixin Ma y Thomas Mann.](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/salud/2024/12/12/fotoscience.jpg)
El dicho de somos lo que comemos tienen cada vez más sentido. Nuestras decisiones diarias en lo que comemos o no, unos huevos o una manzana, es posible que no sea algo decisivo ese mismo día, o el siguiente, pero sí que lo es para ... las células. Así, poco a poco, con nuestras decisiones determinamos que nutrientes microscópicos alimentan a nuestras células del sistema inmune y, al final determinar su identidad completa.
Es decir, asegura un estudio que se publica en la revista 'Science', existe una conexión entre la nutrición celular y el comportamiento de las células inmunes, lo que tiene importantes implicaciones para el tratamiento de enfermedades crónicas como el cáncer y el VIH.
Este nuevo vínculo entre la nutrición y la identidad celular presenta una nueva explicación para el agotamiento de la identidad de las células T y, a su vez, ofrece una multitud de nuevos objetivos para futuras terapias que podrían mantener a las células T «activas» por más tiempo.
La investigación se centra en los linfocitos T, células inmunes clave que combaten infecciones y tumores. Los investigadores del Instituto Salk descubrieron que un cambio en la preferencia de nutrientes—de acetato a citrato—puede transformar linfocitos T activos o «efectores» en linfocitos T «agotados,» que pierden eficacia en enfermedades crónicas.
«El dicho 'somos lo que comemos' se refiere literalmente a las células», explica Susan Kaech, autora principal del estudio y titular de la Cátedra NOMIS en Salk. «Este hallazgo es emocionante porque muestra cómo la función celular está directamente vinculada a su nutrición y cómo esto puede ayudarnos a entender y prevenir la disfunción celular».
El sistema inmunitario depende de células T «efectoras» especializadas para combatir los patógenos, pero en infecciones crónicas como el VIH o los cánceres, la activación perpetua de estas células puede convertirlas en células T «agotadas» incapaces de seguir luchando.
El descubrimiento de que diferentes nutrientes pueden cambiar la expresión, la función y la identidad de los genes de una célula hace que los científicos comprendan de manera significativa la relación entre la nutrición y la salud celular en todo el cuerpo. También podría ser posible desarrollar nuevas terapias dirigidas a estos mecanismos dependientes de los nutrientes para ayudar a las células T a mantenerse activas y energéticamente optimizadas contra enfermedades crónicas como el cáncer o el VIH.
El metabolismo celular convierte los nutrientes en metabolitos y energía, necesarios para todas las actividades celulares. Estos metabolitos no solo alimentan a las células, sino que también regulan genes a través de la epigenética, alterando el ADN para activar o desactivar genes específicos.
El equipo de Salk descubrió que en linfocitos T agotados, la producción de acetil-CoA, un metabolito clave, depende de una proteína llamada ACLY, que usa citrato. En cambio, los linfocitos T funcionales utilizan predominantemente otra proteína, ACSS2, que emplea acetato.
El estudio confirmó estas diferencias eliminando los genes de ACLY y ACSS2 en experimentos genéticos. Los resultados mostraron que eliminar ACLY mejoraba la actividad antitumoral de los linfocitos T, mientras que eliminar ACSS2 reducía su eficacia.
Expresión genética e identidad
«Fue sorprendente descubrir que los nutrientes que usan las células cambian su expresión genética e identidad -comenta Shixin Ma, autor principal del estudio-. Esto nos abre la puerta a terapias que optimicen la función de las células inmunes en enfermedades crónicas».
El estudio reveló que el origen del acetil-CoA afecta la regulación de genes a través de enzimas específicas, determinando si un linfocito T mantiene su identidad funcional o se vuelve disfuncional.
El trabajo ofrece nuevas estrategias para diseñar terapias que mantengan los linfocitos T activos durante más tiempo, mejorando las inmunoterapias contra el cáncer y el VIH.
«Este es un concepto radical -subraya la Dra. Kaech-. No solo tiene implicaciones para la inmunología, sino también para cualquier célula del cuerpo, ya que todos utilizan estos procesos metabólicos. Las oportunidades para descubrimientos y tratamientos innovadores son inmensas».
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete