Un reportero de TVE en San Fermín denuncia las «amenazas, abusos, humillaciones y agresiones» que sufren cada día

Los Sanfermines son las fiestas en honor a San Fermín y, como tal, se vive en un estado de euforia constante en Pamplona. Esa euforia se intenta transmitir cada mañana desde TVE, donde comandados por la presentadora Ana Prada, un nutrido grupo de reporteros en la calle intentan contar lo que pasa. El problema es que no siempre están los ánimos de fiesta alineados con el respeto por el trabajo de los periodistas.

La alusión al asesino de Miguel Ángel Blanco no es la única forma que tienen los visitantes en Pamplona de querer tener su minuto de gloria en televisión. Aunque sí una de las más repetidas.

«Si has estado en Pamplona estos días, es probable que nos hayas visto. Este equipo de RTVE ha hecho unos 40 directos en la calle para contar el programa de festejos de los Sanfermines. Y esto un ejemplo de lo que también hemos vivido: acoso, agresividad y violencia», comienza el hilo.

Arnau, que tiene experiencia en coberturas de todo tipo, afirma que han aguantado «amenazas, abusos, humillaciones y agresiones» por «contar los encierros, los desfiles, las tradiciones, las actividades culturales, las costumbres y la historia de esta fiesta». Y para evitar suspicacias, especifica: «No señalamos a los pamploneses, hemos escuchado insultos con todos los acentos».

Los vídeos hablan por sí mismos. Lanzamiento de todo tipo de elementos, empujones, gritos, insultos... Esto es el día a día del reportero, se lamenta.

La aceptación de que esto es normal por los exaltados, muchos de ellos pasados de alcohol y algunos de otras sustancias es lo que más indigna al reportero. «Lo más triste es que esta violencia se ha asimilado como algo normal y aceptable. No hay límites: nos han ofendido, empujado, gritado y escupido. Han agarrado el micro, han tirado de los cables o han toqueteado la cámara. Alrededor, todo risas. Porque humillarnos está de moda», denuncia.

Solo hay que repasar las imágenes de cada aparición en directo de los reporteros de TVE para darse cuenta de que en la fiesta en Pamplona, a veces, los cabestros no son bragados o jaboneros y pesan más de 300 kilos, sino que van de blanco, llevan pañuelo rojo y demasiados cachis de cerveza o kalimotxo en el cuerpo. Pero las cornadas las dan igual.