Sobrevivir en la jungla de TVE
La cadena pública tiene que definirse: o apuesta por pelear por la audiencia cueste lo que cueste o se preocupa de servir a quienes la pagan con sus impuestos
Editorial ABC: Colonizar las instituciones
«La gente sobrevive en la selva o vive en un zoo», pontifican en 'The Gentlemen', la serie con la que Guy Ritchie ha pegado el atraco a Netflix. «El miedo salva en la selva y te mata en la ciudad», canta el madrileño ... Luis Brea, un tipo que de ser británico lo hubiéramos importado directamente de la BBC 2 en valija diplomática y con el matasello del imperialismo cultural en la carátula.
Pero ni Netflix ni la BBC, aquí tenemos a una RTVE que unas veces tiene como director a un diputado de un partido, otras a una simpatizante y, siempre, a una mano amiga desde Moncloa. Contaban desde Torrespaña que la (pen)última guerra interna en la selva de sus despachos nobles era porque una de las familias en el poder quería apostar por la información (siempre más acotada, más maleable) y otras por el entretenimiento (más liviano, pero con la capacidad intacta de moldear cerebelos ajenos). ¿Qué es más servicio público, «entretener» con 'Masterchef' o «informar» con 'La hora de La 1'? La pregunta no es esa, que diría Jodie Foster en el último 'True Detective'. La pregunta sería, ¿hay algo de «servicio público» en que el dinero de la corporación sirva para contratar a las viejas glorias de 'Sálvame'?
Zapatero quitó la publicidad de RTVE para que no le robara tarta del pastel a Atresmedia y Mediaset. Ingresos vetados y los gastos sin control: 42 millones por tres años ofrecían a Broncano, algo a lo que las privadas no se podían ni acercar. Y menos sin quedar ligado al rendimiento en audiencia.
De ahí surgen nuevas preguntas, quizá las más difíciles de resolver. ¿Debe competir RTVE por liderar las audiencias? ¿Sería una mejor cadena La 1 si encabezara los ránkings con las 'mamachicho' a la hora de la siesta y 'Noche de fiesta' los sábados que si quedara última con 'La clave' y Félix Rodríguez de la Fuente? De pronto, la «competitividad» de la cadena pública se mide en 'share', aunque ya no repercuta en ingresos. Y en esas nadie se preocupa de si lo que hace influye en positivo en quienes la financian, esto es, en los españoles. Aquel viejo axioma de «formar, informar y entretener» que ya solo se escucha en las facultades de periodismo. En la selva de RTVE nació 'El ministerio del tiempo', que ahora plagia la BBC. Es lo único que se querrían llevar de aquí. Lo demás es un zoo en el que sobrevivir con su propio ecosistema endogámico.
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