Televidente
Tamames pide TikTok
Como no tenía ni un minuto que perder, le echó en cara al presidente que fuera tan plasta. «En una hora y cuarenta minutos [lo que duró su intervención], Asimov explicó no solo de la historia de la República romana, sino también del Imperio»
PP y Vox salvan sus puentes ante el 28-M pese al choque en la moción de censura
Maneras de morir
![Tamames, durante el debate de la moción de censura](https://s2.abcstatics.com/media/play/2023/03/23/tamames-tiktok-kp3H--1248x698@abc.jpg)
Tamames tiene más gracia que sus imitadores, para empezar. En ‘El intermedio’ hicieron chistes sobre un señor mayor que se dormía, y en ‘El hormiguero’ sobre un viejo enfadado: la tele que nos merecemos, la tele gratis. Lo que vimos en el Congreso, claro, fue ... otra cosa, casi magia, alquimia, prodigio. De pronto, un hombre rejuvenecía con cada intervención, hasta llegar a fundirse con el espíritu de los tiempos presentes, pasados y futuros. Cuando Sánchez terminó su primer discurso (esto es mucho decir), él ya se sentía un adolescente con prisa por comerse el mundo, puro fuego. Lo había avisado hace unas semanas, al explicar su decisión: «Si no lidero la moción, puedo arrepentirme el resto de la vida». Como no tenía ni un minuto que perder, le echó en cara al presidente que fuera tan plasta. «En una hora y cuarenta minutos [lo que duró su intervención], Asimov explicó no solo de la historia de la República romana, sino también del Imperio», soltó, entre las carcajadas de la sala. Luego pidió cambiar el reglamento para imponer una duración máxima a las intervenciones, como en los Goya (ojalá), y a Yolanda Díaz, que aprovechó el momento para contarnos sus ideas, le espetó: «Le haría una recomendación a la señora vicepresidenta: que sintetice sus puntos para poder apreciarlos más tranquilamente». Le estaba pidiendo TikTok, aunque él no lo sabía. Y a él le estaban poniendo ‘Avatar’. La uno y la dos. Del tirón.
Entre medias, Tamames cabeceaba, se aburría, se desesperaba: éramos todos. «¿Por qué tenemos que hablar tanto?», se preguntaba, en tono de himno nacional. A esas alturas, Twitter coreaba sin complejos sus intervenciones. La moción, por supuesto, no funcionó como espectáculo televisivo, pero sí como corte, como descontextualización: ese es el humor de este siglo, y su condena. Las cosas suceden dos veces, y la segunda es como meme, y nadie va del meme a su origen, igual que nadie va del telediario al lugar de la noticia.
Por cierto: Tamames no miraba el móvil, como el resto, sino el reloj. Era un Casio . No por nada se celebraba el Día Mundial de la Poesía. Ya saben: me gustas cuando callas porque estás como ausente. En fin, la segunda sesión fue más rápida e indolora que la primera. Tamames perdió, pero ganó: estaba fuera antes de la hora de comer.
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