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La era de la política-espectáculo en televisión

Cada vez más políticos y expolíticos protagonizan espacios de entretenimiento. En algunas tertulias, tienen incluso más tiempo que los periodistas

Celia Villalobos, durante su participación en MasterChef Celebrity
Inma Zamora

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Los políticos han colonizado la televisión. Su presencia ya no queda limitada a espacios de actualidad tales como 'Espejo Público', 'El Programa de Ana Rosa' o 'La mañana' sino que abundan también en los programas de entretenimiento de cualquier franja horaria. 'El Hormiguero' , por ejemplo, ha logrado anotar grandes datos de audiencia con las entrevistas a políticos de primer nivel, a 'Sálvame' llegó a llamar la ministra Irene Montero y en 'MasterChef: Celebrity' concursó la temporada pasada Celia Villalobo s . Tan solo la ficción parece salvarse de la conquista televisiva por parte de nuestros gobernantes.

La presencia, cada vez más dominante, de políticos y expolíticos en la programación lleva a plantearse si, debido a este fenómeno, el telespectador percibe de manera menos rigurosa los asuntos que se dirimen en el parlamento. Salomé Berrocal, catedrática de Periodismo en la Universidad de Valladolid , reflexiona para ABC sobre el incremento de las figuras de poder en programas de entretenimiento así como sobre su papel preponderante en algunas tertulias y programas informativos, algo que, en su opinión, puede provocar que la información que recibe el ciudadano sea «cada vez más frívola».

«Nos hemos acostumbrado a ver cómo los políticos entran en directo desde cualquier lugar o conectan con programas para hablar sobre política, pero también sobre temas culturales, deportivos, e incluso crónica social», reflexiona la experta. Ejemplo de lo que expone Berrocal fue la intervención de Irene Montero en 'Sálvame' tras la emisión de 'Rocío: contar la verdad para seguir viva' . Años atrás, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, también había entrado en directo en el programa —aunque en conversación telefónica con Jorge Javier Vázquez— para pronunciarse sobre la polémica del Toro de la Vega.

Irene Montero, durante una conexión con 'Sálvame' para hablar del documental sobre Rocío Carrasco

Berrocal también pone como ejemplo aquellos programas en los que los políticos charlan distendidamente «junto a personajes que han salido de un reality o que protagonizan la prensa rosa», algo que «coloca a la política en un apartado temático que no le corresponde, mucho más frívolo y superficial», destaca.

«Si restamos tiempo a los periodistas para dárselo a políticos, la democracia pierde»

En los últimos años, explica la catedrática de Periodismo, la televisión no ha incrementado su función de control sobre los políticos, sino todo lo contrario. «Se actúa de manera mercantilista», subraya Berrocal, que ejemplifica su teoría hablando del auge de las tertulias políticas, un formato «rentable económicamente , pues cuesta muy poco dinero y logra grandes audiencias». En este tipo de espacios, dice la profesora, «a veces se dedica mucho tiempo a ver cómo los propios políticos discuten entre ellos, lo que hace que restemos tiempo a los periodistas. Es entonces cuando la democracia y los ciudadanos pierden», señala.

Uno de los programas que más políticos y expolíticos ha incorporado en la presente temporada televisiva ha sido 'Todo es mentira' , en Cuatro, en el que analistas, periodistas y parlamentarios confluyen en el espacio conducido por Risto Mejide para tratar los asuntos de actualidad desde todas sus aristas. Estudios realizados en EE.UU., recalca Berrocal, demuestran que los espectadores que ven este tipo de programas, similares al de Cuatro, «tienen tanta información, o más, como aquellos que tan solo se informan a través del telediario» .

«No es negativo que expolíticos o políticos puedan acudir a estos formatos, pero poco a poco esa presencia mediática en entornos no rigurosos y poco serios va haciendo que perdamos salud democrática y que nos olvidemos de la importancia que tiene un político así como las acciones que protagoniza y que nos afectan a todos», recalca la catedrática. La evidencia dice, continúa Berrocal, que la televisión es una de las puertas giratorias preferidas por los que otrora fueron ministros, alcaldes o presidentes regionales: «Los medios les permiten volver a la política, todos quieren protagonizar tiempo, espacio y tener así poder para ellos mismos o aquellos con los que coinciden ideologicamente», recalca Berrocal.

¿Estrellas o valor añadido?

Santiago González, director general de Antena 3 Noticias , los informativos que lideran las audiencias en la televisión española, asegura a ABC que la prioridad de su cadena «no es colocar a políticos en las mesas de debate». La política, eso sí, «ocupa un lugar en la vida de los ciudadanos y queremos que los protagonistas expliquen en nuestros espacios sus medidas y cómo afectan a la gente. Cuando abrimos platós con programas duraderos, hay espacio y tiempo para periodistas, tertulianos, expertos, reporteros, políticos y todo aquello que tenga que ver con la actualidad: nuestra razón de ser», esgrime.

Quizá en lograr el equilibrio perfecto entre periodistas y protagonistas radique el éxito de los informativos del grupo Atresmedia. A la hora de escoger el perfil idóneo para sus tertulias o programas de actualidad, González asevera que «el esquema básico es el trabajo periodístico, el equilibrio y la mesura tanto en nuestros contenidos como en la elección de nuestros invitados y colaboradores. Cuidamos quién participa y cómo lo hace pensando en el espectador y lo que espera de Antena 3 para no fallarle».

César González Antón, director de La Sexta Noticias, también se opone a la idea expuesta por Salomé Berrocal de que en ciertas tertulias los políticos sean los protagonistas. «Un político no tiene sentido en una mesa de debate, a un político se le entrevista. Otra cosa es un debate de políticos, o un expolítico en un programa. Respecto a los expolíticos en los programas depende, los hay muy buenos, que aportan, que saben y los hay muy malos; ahora se ha puesto de moda ficharlos como si fueran estrellas , suena a moda pasajera. En nuestros programas tenemos a gente como Manuel Cobo, Gaspart Llamazares, Almeida o a Coscubiela, entre otros. Seguro que son nombres menos espectaculares que otros, pero sus análisis y conocimientos sobre muchos temas son impresionantes, aportan de verdad valor añadido al espectador», recalca. Los telespectadores, dice González, son «mucho más inteligentes de lo que la gente piensa, no les engañas» .

Políticos como entretenimiento

La proliferación de políticos en televisión fuera de su ámbito habitual hace, en opinión de Salomé Berrocal, que determinadas televisiones inviertan más en política-espectáculo que en información de calidad. «El info-show es una forma más barata de abordar la información política que un documental. Los programas de Jesús Calleja, Bertín Osborne o Pablo Motos han tenido, además, grandes picos de audiencia, así que sale rentable».

Como argumenta la experta, no es el político el que pierde con este tipo de intervenciones, sino «el ciudadano y la democracia». «Miguel Ángel Revilla lleva años saliendo en medios de comunicación y trabajando en programas que fomentan el espectáculo, pero sigue siendo muy valorado en su región. También Pablo Iglesias salió reforzado en su día tras su colaboración en determinados programas. Al final es la clase política, la propia democracia y nosotros los que perdemos en ese avance imparable de la política espectacularizada», concluye.

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