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«Skam» rebobina en su temporada final para escapar del coronavirus

La cuarta parte, protagonizada por una estudiante musulmana, iba a estrenarse la pasada primavera con Ramadán y el final de Bachillerato como trasfondo

Hajar Brown protagoniza la cuarta y final temporada de «Skam España», serie sobre un grupo de amigas y estudiantes de Bachillerato Movistar Plus
Óscar Rus

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Hay series con los pies en la Tierra que por «H» o por «B» acaban siendo ciencia ficción. Con la cuarta y última temporada de la serie juvenil «Skam España» , cuyo primer episodio estrena Movistar Plus este domingo, ha sido por culpa de la «C». La emisión de las nuevas entregas, protagonizadas por la estudiante musulmana de Bachillerato Amira ( Hajar Brown ) y previstas para la pasada primavera, se aplazó sine die por la «P» después de que el rodaje, justo en su ecuador, se paralizara. En julio volvieron finalmente a clase para terminar el curso. Uno de los conceptos de la serie, adaptación de la original noruega, es que sus historias transcurren a tiempo real, por lo que el principal enigma de dicho regreso era si se mantendrían forma y fondo; en esta ocasión, el Ramadán y la Selectividad eran el anclaje a la vieja normalidad.

«Volvemos a lo que hubiera sido la historia de Amira si no hubiera habido una pandemia», aclara su productor ejecutivo Rafael Taboada : «Todos hemos perdido cosas, incluso seres queridos en el peor de los casos, pero esto es para volver a disfrutar de lo de antes. Creíamos que podría ser un pequeño reducto: dar marcha atrás y ver todo lo que una generación se ha perdido», explica. Su habitual puntal pedagógico (acoso escolar, orientación sexual, enfermedad mental, relación tóxica , etc.) será esta vez recuerdo y recordatorio: «Cuál es el objetivo de por qué llevamos las mascarillas y por qué tenemos que cumplir para volver a lo que teníamos antes, que merece mucho la pena». «Fue fruto de testar la sensibilidad de los adolescentes, grueso de nuestro público. Queríamos que siguieran viviendo la ilusión de qué habría pasado si este maldito virus no hubiera llegado nunca», amplía su directora y productora ejecutiva Begoña Álvarez . Así que la serie, estrenada hace dos años , terminará en otoño con «el viaje de las chicas», tal y como tenían planificado, asegura Taboada.

Las estrellas de esta última parte serán Amira, personaje, y Hajar Brown, persona. Ambas, musulmanas practicantes. «Somos muy distintas así que eso ayuda a distinguir en redes sociales», aclara la actriz de 24 años en la rueda de prensa telemática. Aunque otras ficciones protagonizadas por chavales ( «Élite» , «La pecera de Eva» ) han tenido personajes musulmanes y marroquíes, será la primera vez que una serie española ceda el protagonismo a una adolescente así. «No he crecido con referentes; si los hubiera tenido, seguro que el rumbo de mi vida hubiera sido superdistinto. ¡No estaría estudiando una ingeniería! Estaría haciendo teatro directamente», cuenta Brown por teléfono a ABC. «Soy mi propio referente, ¡y mira que mal lo llevo! Porque nadie me ha enseñado cómo hacerlo», bromea.

Hajar Brown, durante la rueda de prensa de la cuarta temporada de «Skam España», serie de Movistar Plus protagonizada por un grupo de amigas y estudiantes de Bachillerato Concha de la Rosa

No le importa en absoluto hablar de su religión: «Se ve: llevo un pañuelo en la cabeza. Cuando eres musulmán practicante, todo gira en torno a lo que crees. Me da la vida hablar de mi condición; lo que no me gusta es hablar con gente que no quiere escuchar del tema. Al final este es mi trabajo y estoy enfocándolo a una lucha y un mensaje. Si me invitan para poner verde a mi religión, hasta luego».

Hablaba hace unos días el actor Ramy Youssef , creador de la serie «Ramy» , sobre la trampa de la representación, o sea, hablar de lo general desde lo particular; en el caso de él, un veinteañero estadounidense y musulmán de padres inmigrantes egipcios. «Mi propia comunidad lo exige porque nos han hecho mucho daño: todo lo que sale de nosotros siempre, siempre, siempre es negativo, haciendo el mal, superinjusto. Así que la mínima cosa que hagas quieren que sea lo más y no te equivoques», defiende la joven. Pero se niega a cargar con el peso del colectivo: «Cada musulmán es distinto en su mundo. ¡Si es que hay que verlo! ¡Cada musulmán lleva el pañuelo de la forma y color que le da la gana! ¿Me voy a meter yo a representar a todas las chicas musulmanas? ¡No!».

Poco se puede contar sobre esta temporada final (cómo compaginará sus dos mundos: instituto y religión), pero Brown adelanta que habrá rezos «muy bonitos». «No te voy a mentir: la primera vez que grababa una escena rezando como Amira me pareció tan íntimo; es algo que no he hecho en público. Para mí es algo supernormal, pero no para el equipo», cuenta la actriz, que solía llevarse su «alfombrita» para rezar en una esquina durante la pausa. «Tardo , tres minutos», detalla. Pero que se grabe es distinto: «Sientes el peso del silencio y las luces también ayuda. Encima [el departamento de] arte elige las alfombras preciosas. Es que tengo aquí la imagen de Amira rezando; me es superemotivo».

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