El concepto Meryl Streep
«Lo último suyo en la televisión es 'Solo asesinatos en el edificio', cuyo personaje no tendría sentido si antes, desde 'Julia', desde 'Holocausto', no hubiera construido una carrera fuera de serie y pudiera reírse de ella misma»
Meryl Streep pone a Murakami a meditar (y Oviedo se blinda en los Princesa de Asturias)

Feijóo cree que Yolanda Díaz es muy buena actriz. No sé si Meryl Streep se sorprendía de verdad en Oviedo cuando la gente la aclamaba, porque Meryl también es muy buena actriz. 'Julia' es de 1977, pero la primera vez que la vi fue ... en 'Holocausto' (1978), que TVE emitió en junio de 1979. Meses antes se había estrenado 'Raíces'. Dos formas de desasnar, como la de Scorsese con los asesinatos de los indios Osage.
Simone Veildetestaba 'La vida es bella'. Y cuando tuvo cargo en la ORTF se opuso a financiar y difundir 'Le Chagrin et la Pitié', documental de Marcel Ophüls de 1969. Le pareció indigno, simplista, mentiroso y proselitista. Había gente de la que el documental no decía nada: los franceses que escondieron a judíos o evitaron decir dónde estaban. Francia había sido el país con menos cantidad de judíos deportados y, proporcionalmente, muy pocos niños. Y parecía que todos habían colaborado con los nazis. Pero sí apreciaba 'Holocausto'. Era una «una obra interesante en su descripción de Alemania, que mostraba a un grupo de burgueses alemanes judíos convencidos de que nada podía ocurrirles». Meryl Streep era Inga, aria que se casa con el hijo mayor de los judíos acomodados Weiss (James Wood) y que se acuesta con el oficial nazi interpretado por Michael Moriarty para ayudar a su marido.
De 2003 es la miniserie 'Ángeles en América', sobre el sida. Y ya vendría la segunda temporada de 'Big Little Lies' (2019). Llegó a Monterrey con la pinta de una científica de Kiev en 1986. No tenía un aspecto tan raro desde 'Un grito en la oscuridad'. La mejor escena la tiene con Reese Witherspoon en el primer capítulo: «Eres muy bajita… No se puede confiar en la gente que es muy bajita… Pareces encantadora, pero también tienes pinta de pedigüeña».
Lo último suyo en la televisión es 'Solo asesinatos en el edificio', cuyo personaje no tendría sentido si antes, desde 'Julia', desde 'Holocausto', no hubiera construido una carrera fuera de serie y pudiera reírse de ella misma, del concepto Meryl Streep. Algo que no es capaz de hacer David Bisbal en el documental de Movistar+ a mayor gloria de su persona. Una cosa muy antigua, metiendo bajo la alfombra lo que le molesta. Un documental donde Bisbal habla mucho ya tiene un problema de inicio. Es Bisbal, no José María Rodero. Y escribe esto alguien con «la voz más desagradable de la radio española». Ya saben lo de Monterroso de que los enanos tienen un sexto sentido para reconocerse. Los de Almería y Murcia, también nos reconocemos.
Y ya, lo de que ignore a Chenoa, por Tutatis. Puede Bisbal hacer muchos esfuerzos y nunca alcanzará en la cultura popular española el momento de Chenoa en la puerta de su casa con una sudadera gris y cara de llanto desconsolado para hablar con los periodistas. Me habría gustado más un documental sobre la Orquesta Expresiones y las fiestas de los pueblos. Pero, hijo, ¿quién te has creído? ¿Meryl Streep?
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