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'Caso Wanninkhof-Carabantes': La construcción mediática de un falso culpable

El documental de Netflix, que se estrena este miércoles 23 de junio, ahonda en los errores judiciales que llevaron a prisión a Dolores Vázquez

Dolores Vázquez, principal acusada tras el crimen de Rocío Wanninkhof
Inma Zamora

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El caso Wanninkhof-Carabantes es uno de los capítulos más crueles de nuestra historia reciente. El asesinato de Rocío a sus 19 años, la detención de Dolores Vázquez sin pruebas evidentes y el sorprendente desenlace del suceso años después tras el crimen de Sonia Carabantes marcaron las páginas de sucesos y evidenciaron que el sistema no solo fallaba sino que, además, había sido cómplice silencioso de la entrada en prisión de una mujer inocente.

Veinte años después de aquello, la directora Tània Balló repasa en 'El caso Wanninkhof-Carabantes' ambos crímenes y analiza todos los errores que llevaron a la cárcel a Dolores Vázquez. El documental, producido por Brutal Media y que estrenará Netflix el próximo miércoles, 23 de junio, nació de la necesidad de la cineasta de retomar un suceso que marcó su juventud. «Como casi todo el mundo, yo también pensé que Dolores Vázquez había matado a Rocío Wanninkhof, pero había algo del caso que me perturbaba. Tras la detención de Tony King vi que había pasado algo muy grave que siempre tuve en mente contar», explica a ABC.

Errores en cadena

Tres semanas después de la desaparición de Rocío su cuerpo fue hallado cerca de Mijas. El avanzado estado de descomposición del cadáver dejaba pocas pistas, pero junto al lugar fue localizada una colilla cuyo ADN no se consideró relevante. Tampoco se tuvo en cuenta el aviso de la Interpol sobre la posible presencia en la zona de 'El estrangulador de Holloway' , a quien años después se identificaría como Tony King, único asesino de Rocío y Sonia.

Con los crímenes de Alcàsser todavía recientes, la sociedad necesitaba sentirse segura, dice Balló. Es entonces cuando la teoría del crimen pasional toma fuerza y apunta hacia Dolores Vázquez. «Creo que urgía encontrar un culpable y recuperar la confianza de la población en los procesos judiciales», apunta la directora. La homosexualidad de Dolores Váquez fue también determinante, opina Balló. «Se intentó convencer a la opinión pública de su culpabilidad despojándola de cualquier característica femenina y subrayando su masculinidad para que su perfil encajara más con el del crimen pasional», resalta.

Cómplices indiscutibles del impacto social generado tras el asesinato de Rocío Wanninkhof fueron los medios. El «circo mediático», explica Balló, fue esencial en la construcción de Dolores Vázquez como falso culpable. «La prensa no fue la única responsable, pero sí agente necesario para que se produjera aquel linchamiento hacia Dolores», asevera.

Ni Alicia Hornos ni Dolores Váquez han prestado su testimonio al documental sobre el caso Wanninkhof-Carabantes. «Con Alicia acordé que no lo haríamos porque física y anímicamente no está bien, es otra de las múltiples víctimas de este horroroso suceso. Dolores nunca ha hablado y creo que nunca hablará. El silencio es su gran aliado». Balló no sabe de qué manera la sociedad podría compensar a Dolores Vázquez por el calvario sufrido todos estos años y por el que no ha recibido ninguna disculpa. Es, precisamente, este sentimiento de la que un día fuera principal acusada el que cierra el documental de Netflix: «Todavía estoy esperando que me pidan perdón».

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