Lo que apunta el palmarés y lo que no entró ('Escape' y 'La infiltrada') en el programa oficial
Repasamos las favoritas a llevarse la Concha de Oro y las enigmáticas ausencias en el Festival de San Sebastián
Almodóvar pinta con sus colores 'La habitación de al lado' y su idea de la eutanasia
![Albert Serra, en el Festival de San Sebastián](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/play/2024/09/27/albert-serra-kE5H-U603122529485hJH-1200x840@diario_abc.jpg)
Se termina esta edición del Festival de San Sebastián que ha resultado fructífera en lo que cotiza en la Bolsa festivalera, la Sección Oficial, con dos títulos excelentes y por encima de los demás, 'Los destellos', de Pilar Palomero, y 'Tardes de soledad', de ... Albert Serra. Y aún se proyectó otra media docena larga de películas con mucha calidad, interés y dignidad para estar entre las que figuren en el inminente Palmarés, como 'El último suspiro', de Costa-Gavras; 'Mi única familia', de Mike Leigh; 'The last Showgirl', de Gia Coppola; 'En lugar de la otra', de Maite Alberdi; 'Cónclave', 'On falling', 'Soy Nevenka' y hasta 'Cuando cae el otoño', de François Ozon. Y el premio de interpretación debería ser para Patricia López Arnaiz o alguna otra actriz de las muchas y buenas que han protagonizado el Festival. Protagonista masculino hay alguno, pero, para premiar en serio, solo Roca Rey, el torero de Albert Serra, que no actúa, es.
Por lo que sea, y sus motivos habrá, no han sido incluidos en esta casi brillante Sección Oficial un par de títulos españoles que se han podido ver pero en los rincones sombreados de la programación, 'Escape', de Rodrigo Cortés, y 'La infiltrada', de Arantxa Echevarría. Con estos dos títulos dentro de la Sección Oficial, y ocupando el sitio de algunos, no muchos, de los que podrían muy bien no estar, desaparecería por completo el casi que precede al adjetivo brillante para esta 72 edición del Festival de San Sebastián, de las mejores de los últimos años.
'La infiltrada' se estrenará en un par de semanas y todos podrán apreciar su buen nivel cinematográfico, su alta tensión, su intriga y lucidez narrativa, además de la interpretación de Carolina Yuste, la más potente y mejor de este año. Y 'Escape', que se proyectó aquí hace unas horas, es una obra indescriptible, de una creatividad y una libertad narrativa casi insuperables, y que trasmite la idea de que el Rodrigo Cortés escritor, el de 'Los años extraordinarios', el de 'Cuentos telúricos', el de 'Verbolario', está tirándole con fuerza de la manga al Rodrigo Cortés cineasta. Un creador puro, un autor que es capaz de dar con la definición perfecta del chupete ('un tapón de gritos') y también poner en escena una historia como la de 'Escape', que reúne el dadaísmo con Kafka y a Ramón Gómez de la Serna con Jardiel y el alma de 'La Codorniz'.
Impresiona desde sus mismos créditos iniciales con ese cartelón que dice: «Producida por Martín Scorsese». Pero más aún cuando empieza a desovillar el hilo de la trama, y cuando empiezan a acudir a ella los más insólitos personajes con las más increíbles pretensiones. En su proyección aquí, el público no podía contener las carcajadas, algo comprensible al ver a Guillermo Toledo, a José Sacristán, a Blanca Portillo, a José María Pou, a Juanjo Puigcorbé, y por supuesto a los dos protagonistas, Mario Casas y Anna Castillo, darle y decirle cosas a ese público que nunca hubieran soñado escuchar. Es una fiesta, más aún, un festín del ingenio y una máquina del talento imparable, imprudente, impúdico y tan bien escrito y recitado (al menos, por Sacristán y Pou, voces iluminadas) que necesita, para apreciarlo, quitarse de encima las rutinas de lo de siempre, de lo mismo, lo visto, lo oído y lo 'pensado' tantas veces. No es raro que, ante esa estampida de ingenio, el criterio habitual y habituado no dé con la valoración justa.
El trabajo homérico de Mario Casas
La idea central de la película es entender a un hombre tan enfrentado a sí mismo, tan desposeído de su propia vida, que pretende con tozudez caricaturesca que lo metan en la cárcel, desaparecer, algo que no es tan fácil si tienes delante un juez como José Sacristán (¡qué personaje, qué actor, cuánta tranca y retranca, qué capacidad de voltear lo trillado!), o un psiquiatra como Guillermo Toledo, un cura como Pou, un compañero de celda como Albert Pla, que te hace llorar de risa y de lo otro con su cante sin venir a cuento… Un hombre, Mario Casas, que hace un trabajo homérico para contar a N, que así se llama a ratos, un tipo bueno pero cargado de culpa, y con una hermana, Anna Castillo, a la que se le caen las frases sublimes, cortantes, mondantes y muy sonantes. En fin, una película tan buena y tan fuera de horma que nosotros, tan acostumbrados a las plantillas, podemos cometer el error de dejar que se nos 'Escape'.
Y solo unas líneas para subrayar la presentación de la serie 'Querer', de esa directora con ángel que es Alauda Ruiz de Azúa (todo el mundo vio 'Cinco lobitos') y que explora con enorme sensibilidad en ese bosque de sentimientos de una familia, padre, madre y dos hijos mayores, cuando ella de sopetón acusa al marido de maltrato y violación continuada tras treinta años de matrimonio. Una charca emocional entre lo comprensible, lo reprochable y lo angustioso de una vida cuando desprecias lo vivido.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete