hay que vivir
Etarras a la calle, Bildu a la moqueta
El PSOE sigue cumpliendo el guion de Podemos: «Hay que incorporarlos a las instituciones»
Ardillas de Alvise, toca repensar el voto
La polisemia retorcida
Si el Gobierno de verdad pensara que adelantar la excarcelación de cuarenta etarras es hacer lo correcto, lo anunciaría con la mirada alta. El presidente Sánchez convocaría una rueda de prensa a lo grande, en los jardines de La Moncloa, al más puro estilo ... de la época de superproducciones Iván Redondo. No estoy exagerando: el 4 de abril de 2021 asistió al acto simbólico de destrucción de armas intervenidas de ETA y los Grapo.
El presidente podría decir algo así: «La banda terrorista es pasado, la Democracia española es sólida y es el momento de superar con generosidad y altura de miras una etapa negra en la Historia de España». A su lado podía comparecer también Mertxe Aizpurua para apuntalar que ya era hora de que el «Estado español admitiera los abusos cometidos contra esos luchadores por la libertad». La alineación titular del acto continuaría con Andoni Ortuzar, que podría aprovechar para atacar a la derecha, Oriol Junqueras y Miriam Nogueras.
Pero no, esto no va a pasar. La indignidad de propiciar la excarcelación prematura de etarras se va a producir por la puerta de atrás. ¿Saben por qué? Porque el Gobierno sabe que es una canallada y un deshonor. Porque saben que la sociedad española no lo tolera porque La Moncloa lo testó cuando ABC alertó hace ahora dos años de que esto estaba en sus planes. Porque son conscientes de la que se montó cuando ‘El Correo’ desveló aquella confesión de Arnaldo Otegi: «Presos por presupuestos». Porque saben que una de las herencias del sanchismo es haber acelerado una generación la incorporación de Bildu a las instituciones y que lo ha hecho por necesidades aritméticas en el Parlamento. Porque cuando Sánchez sella con Aizpurua un acuerdo de investidura lo hace sin decirnos a cambio de qué. Porque, en el Congreso, el presidente se dirige a los diputados con una sonrojante amabilidad que no dedica ni por error a la oposición.
Porque el PSN arrebató a UPN la Alcaldía de Pamplona seis meses después de las municipales para, en el tránsito, no perjudicar a Sánchez el 23J. Porque no hay nada que más moleste al Gobierno de Navarra que decirle la verdad: gobierna gracias a Bildu. Porque los rostros de Rafael Simancas y Adriana Lastra cuando por primera vez en democracia el PSOE se reunió con el partido de Otegi eran los de un funeral. ¿Sabe usted por qué? Porque todo ese relato es indigno, porque no tocaba, porque no han cumplido, porque no han pedido perdón, porque aún hoy no están en condiciones de mirar a la cara a los que han soportado el terrorismo.
Y, por encima de todo, porque la democracia española aún hoy sigue debiendo un homenaje de gratitud a las víctimas. ¿No merecen, aunque sólo sea por respeto, una llamada del presidente, una declaración pública, explicando los porqués? ¿No sería lo normal si, de verdad, el Gobierno pensara que la excarcelación de 40 etarras fuera lo correcto? El PSOE sigue cumpliendo el guion de Podemos: «Hay que incorporar a Bildu a las instituciones».
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