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después, 'naide'

Por qué en España admiramos a los terroristas

Sánchez va por ahí bendiciendo los delitos y para ello ha creado el tipo del terrorista sin intención, el que no lesiona gravemente los derechos humanos, el terrorista cuqui y diverso que llega entre una algarabía de carriles bici, subida del SMI y semáforos de colores

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Chapu Apaolaza

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Anoté en mi cuaderno una arenga en contra de los desayunos modernos, esos bufetes con bol de frutas de mil colores y melón japonés, semillas de nombres impronunciables, 'brownies' hiperglucémicos, bollería con canela y superalimentos. Para mí elijo un madrugón en Sevilla con bar de ... taxistas y seguratas, resplandor frío de neones, eco de cucharillas y tragaperras, café con leche ardiendo y media tostada con jamón y aceite para aplastar con la mano y sentir en la palma el primer calor de la mañana. El desayuno clásico y fuera de casa debería conservarse en el Museo del Prado o lo que deje de él el ministro de Cultura, pues representa una certitud en estos días en los que los desayunos ya no son desayunos, ni los terroristas, terroristas.

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