ENTREVISTA

Maite Pagaza: «En España, lo grave es que la deriva populista viene del poder»

Pagazaurtundúa advierte, en conversación con ABC, del deterioro institucional y democrático que vertebra la acción política del Gobierno

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La eurodiputada Maite Pagaza, posando para ABC ABC

– Celebramos estos días el 45 aniversario de la Constitución ¿cómo califica la situación en España?

– Estamos en una deriva populista evidente con una estrategia clara. Si analizamos la legislatura anterior de Sánchez con un grupo de partidos cuyo común denominador era cargarse ... la Constitución, vemos que lo único que ha cambiado es que ha añadido a Puigdemont. Por una parte hay un elemento común de derrocar el régimen del 78, con nuevos peldaños como una ley de impunidad, que da la razón a los que no los tuvieron, y además una operación de depredación del Estado que va a instaurar la desigualdad entre los ciudadanos. Todo esto necesita ahora esta ofensiva de acoso y amedrentamiento del Poder Judicial.

Es una estrategia populista de libro con la que no habríamos soñado ni en pesadillas. ¿Por qué Sánchez decide esto? Pues porque sus aliados están empeñados en vaciar al Estado constitucional, degradarlo de tal manera que cuando solo quede la carcasa, el golpe ya sea muy fácil. Y si analizamos como se ha tejido esto desde el punto de vista de las ideas, en 2019 hay un acuerdo, el de la 'Llotja de Mar' [declaración firmada por todos los nacionalistas y secesionistas vascos, catalanes, gallegos y baleares en 2019], al que entonces no se apunta el PNV, que está lleno de mentiras respecto a la Constitución Española y lo que ha pasado en los últimos 40 años.

Y ¿quién es el muñidor de este acuerdo? Pues Arnaldo Otegi. ¿Cuál es el único de los socios que no ha firmado ningún acuerdo de gobernanza o de investidura con Sánchez? Otegi porque lo que va a ganar es la máxima aspiración de aquel pacto y de lo que representa, que es lograr que se declare que estuvo bien matar después de aprobar la Constitución porque en España no había democracia.

– Es decir, que Bildu no necesita un pacto concreto porque lo que quieren es el todo.

– Los de Bildu son los ideólogos del proceso. Tienen un acuerdo desde hace tiempo con ERC; si recuerda llegaron a pactar con ETA que no matasen en Cataluña, y la llamada de Otegi en 2019 a otras fuerzas nacionalistas marcaba ese camino. El temario del acuerdo entre el PSOE y Junts ya está incluido plenamente en aquella declaración porque lo que quieren unos y otros es que se acabe dando la razón a los delincuentes. Y por eso ha tenido que salir a la palestra hasta Felipe González, porque la situación es muy grave y nos lleva a un régimen populista. Igual da que sea populismo de izquierdas que de derechas; el populismo siempre hace lo mismo, que es ir contra los jueces y hacerse la víctima. Y a victimismo a Sánchez es difícil ganarle.

– Desde Cataluña se intentaba entonces imponer que la aritmética parlamentaria prevalezca sobre la ley. ¿Eso se ha amplificado ahora en el Gobierno central?

– Los populistas quieren imponer que sus ideas están por encima de las ideas de los demás, y por eso dicen que los demás son malos, traidores, fascistas, como en los peores tiempos de ETA, cuando nos gritaban «vosotros los fascistas sois los terroristas». Eso es victimismo. Después viene la manipulación de la historia y acto seguido se proclaman por encima de la ley y si la ley no les gusta, no la aplican. Por ejemplo, en Cataluña no se cumplen ninguna sentencia sobre las lenguas.

– La amnistía entonces es la pieza maestra de este proceso.

– Exacto. Y sobre si esta ley es constitucional o no, tenemos muchas pistas. Si no se puede lo menos, que son los indultos generalizados, no se puede lo más, que es una amnistía. Además, en el proceso constituyente se rechazaron claramente varias enmiendas en este sentido. Los populistas son más perjudiciales cuanto más poder tienen y en este caso es muy grave porque la deriva populista viene del poder y se propone modificar sustancialmente la Constitución, a pesar de que saben perfectamente que no lo pueden hacer con los 178 votos que tienen en el Congreso.

– ¿Y eso puede suceder en un país europeo?

– El artículo 2 del Tratado establece claramente los grandes principios que han de respetarse: el Estado de derecho y la protección de las minorías. Las grandes cuestiones no se pueden resolver sin seguir las reglas y sin respetar los derechos fundamentales, lo que tiene que ver con el sentido democrático profundo. En la UE no se ha aceptado para Hungría, no se ha aceptado para Polonia y no podemos aceptar que en España haya ninguna deriva en esa dirección.

– La mayor parte de las denuncias que le llegan al comisario Reynders le piden ayuda porque dan por hecho que no se puede confiar en el Tribunal Constitucional.

– Estamos en una situación de varios años de Gobierno de Sánchez con una enorme degradación de las instituciones, una política de depredación de los instrumentos de poder y de las instituciones, para tener una mayor capacidad de manipulación sobre las reglas de juego. Ahora vemos a embajadores que son comisarios políticos en vez de representar políticas de estado. Eso no se había visto nunca. Ahora nos enteramos de la depredación de la agencia EFE por un señor que ha llegado a quejarse de lo que cree que es una manía de los periodistas, por preguntar. Y si los periodistas no pueden preguntar para controlar al poder, sucede que el populismo puede seguir avanzando de forma sistemática. En el Constitucional, los últimos perfiles que ha logrado introducir el PSOE generan una gran sospecha de parcialidad. La Fiscalía es señalada constantemente en los informe del Estado de derecho por falta de independencia. La presidenta del Congreso, la Abogacía del Estado, los letrados de las Cortes, la cooptación y el juego de depredación de elementos claves del estado es muy preocupante.

– ¿Qué puede hacer Europa?

–Europa tiene que proteger el Estado de derecho en España en cada caso que sea necesario, pero para eso tiene que tener una buena imagen de lo que está ocurriendo y no es tan fácil porque el populismo de izquierdas es más sinuoso y mas torticero que el de derechas, con lo cual, es nuestra responsabilidad, la de los que estamos por aquí. Sin exageraciones, sin hipérboles, mostrando las cosas tal como son. Vemos una deriva perversa, vemos algo gravísimo pero tenemos que atenernos al momento, sin dejar de hacer esa proyección hacia el futuro que está descrito en los pactos y los documentos que he mencionado –que son públicos– y que marcan claramente cual es el futuro si no se toman medidas. No podemos ceder ni darles la razón.

– ¿Cómo ha podido suceder después de todo lo que hemos vivido en los años más duros de ETA?

– Es que entonces no tenían redes sociales. En un mundo analógico hubiera sido mucho más difícil. Es un entorno que les favorece porque de mentiras caben varias en una sola frase, cuatro o cinco palabras clave que son mentiras, que en Cataluña hay un conflicto, que la justicia no está legitimada, etc. Pero para desmentirlas se necesitan argumentos, tiempo. Y lo peor es que la verdad ha dejado de importar. Por esos insisto en que hay que ir a las bases de esta maniobra que se están cumpliendo al dedillo. Que lo del futuro de Cataluña es un conflicto, su desjudicialización, la deslegitimación a la constitución del 78 y eso si que duele porque nosotros les debemos a nuestros padres y abuelos el enorme esfuerzo que hicieron para entender que los españoles, que los hermanos, los cuñados, los vecinos, no teníamos que seguir matándonos, que aquella sectarización nos llevó a un desastre histórico. Esa Constitución que nos defendía a todos y que protegía a todas las ideas.

– Y ahora el Gobierno habla de hacer un muro contra los que no comparten sus ideas y que defienden la Constitución.

– Efectivamente. Nuestros padres y abuelos habían aprendido de aquella lección y quisieron hacer algo diferente para poder vivir juntos dentro de la ley, con seguridad jurídica, que es algo esencial para la prosperidad. Ahora, estamos perdiendo esa reputación.

– La deriva populista del PSOE podría decirse que empezó aquí, el primer escenario político donde hubo diputados de Podemos.

– En el País Vasco hubo varios experimentos sociológicos para ver qué pasaba si juntabas a nacionalistas moderados con nacionalistas radicales y jamás de los jamases los moderados contagiaron a los radicales, siempre fue al revés. Hace años pude hablar con muchos de los viejos socialistas que habían vivido la época republicana y todos me decían que no había que fiarse de los comunistas. Con el PSOE de hoy, la Transición habría sido imposible.

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