El baúl de los deportes
La atleta catalana que lloró amargamente bajo la bandera de España
Natalia Rodríguez fue descalificada minutos después de ganar la final de 1.500 metros en los Mundiales de Berlín 2009
La foto y la huelga que encumbraron a Luis Rubiales
![Las lágrimas de Natalia Rodríguez tras ser desposeída del oro](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/noticias/2023/08/17/nataliarodrguez-REy0VqD3OPoRSuUuntVW4CN-1200x840@abc.jpg)
Acabas de lograr el mayor éxito de tu carrera y te pones a llorar. Un llanto desconsolado con la mirada perdida y la bandera de España sobre los hombros. «Nunca una victoria en la historia del atletismo había sido tan amarga –publicó ABC-. Natalia Rodríguez cruzó la línea de meta en primera posición, pero desde segundos antes ya estaba llorando. Unas lágrimas que no eran de alegría, ya que era consciente de que lo que iba a conseguir no tendría ninguna validez».
Sucedió hace 14 años, el 23 de agosto de 2009, en la final de 1.500 metros de los Mundiales de atletismo celebrados en Berlín. «La tarraconense logró lo inaudito, una mediofondista española ganando un título mundial en 1.500, y demostrando de paso que en esa prueba llegar en forma y saber afrontar la final es más importante que la marca –publicó la revista especializada 'Runner's World'-. Rodríguez comparecía con la novena marca de las 12 participantes, 4:03.73 de las propias semifinales del Mundial, donde ya dejó una sensación fantástica. La líder del año, Maryan Yusuf Jamal, una etíope por Baréin, traía 3:56, pero la carrera salió en la marca de Natalia. Empezó lenta (1:06 los 400m; 2:15 los 800m) y la que era plusmarquista española desde 2005 antes de ser madre tuvo sangre fría para empezar atrás, avanzar por la calle 2 a falta de dos vueltas y llegar terceraª cuando quedaba una».
«Rodríguez estaba espléndida, lo demostró ganando en una última recta sin aparente esfuerzo, pero antes se vio encerrada junto a la cuerda tras la etíope Gelete Burka, y entre Yusuf Jamal y la británica Lisa Dobriskey, que venía atacando por fuera en la contrarrecta. A falta de 200m, la española quiso adelantar a toda costa a Burka por dentro aprovechando un instante en el que se abría y en la fricción entre las dos por la posición, la africana terminó cayendo. Se colocó en cabeza y no abandonó esa posición, pero la descalificación ya se ceñía sobre su cabeza».
ABC abundó en los detalles de ese momento crucial: «A falta de 200 metros, cuando Natalia marchaba en cuarta posición, se lanzó definitivamente a por el oro y comenzó su remontada. Nada podía pararla. Ni siquiera Gelete Burka, a la que se encontró interrumpiendo el camino de su victoria. La catalana se vio cerrada, casi fuera del tartán, y en su lucha por recuperar la posición metió el codo y desequilibró a la etíope, que acabó rodando por el suelo. Aun habiéndose visto frenada, la española apretó los dientes, remontó la carrera y completó una buena recta final que le hizo cruzar la meta en primera posición. A esas alturas, ya era consciente de que de nada serviría. Cogió la bandera española pero no quiso dar la vuelta de honor ante un estadio que no dejaba de silbar por la maniobra realizada. Pese a haber llegado la primera, en ningún momento se vio ganadora».
Rostro desencajado
Minutos después, Natalia compareció ante la cámara y el micro de Televisión Española. En su rostro convivían las huellas del esfuerzo atlético realizado y las del disgusto y tensión de lo que estaba viviendo: «Decidí pasar porque vi que había sitio suficiente para adelantar. Había hueco, pero en el momento en que ella ve que yo paso se echa hacia el lado y ahí fue cuando nos enganchamos. Creo que no he hecho nada antirreglamentario, pero claro, el estadio, se ha vuelto loco y ya he decidido no dar la vuelta de honor ni nada. No puedes celebrarlo porque está el estadio silbando, es un poco contradictorio».
La atleta tarraconense había tenido el buen detalle de acercarse a Burka, quien todavía estaba tirada sobre el tartán. Se interesó por el estado de la etíope, la animó y le dio un cariñoso beso en el brazo. «Me supo mal por ella porque cayó al lado mío, es una sensación desagradable», confesó. En ese momento, el jefe de prensa de la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) interrumpió en directo la entrevista de TVE. Se aproximó para comunicar que la catalana era campeona del mundo… «entre comillas» (literal). Ni el periodista ni la atleta se lo creyeron. Con sonrisa nerviosa, Natalia torció la cabeza y dijo: «Soy prudente porque aquí puede pasar de todo. Es un campeonato un poquito raro en ese sentido, hay muchas descalificaciones raras y no sé, a ver…».
Hubo poco que ver. Ya estaba todo visto para sentencia y el juez de la carrera la hizo efectiva al aplicar el artículo 163.2 del reglamento de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF): «Cualquier competidor que obstruya o empuje a otro atleta de modo que le impida progresar será descalificado de la prueba. El juez tiene potestad para ordenar la repetición de la carrera excluyendo al atleta descalificado y, en el caso de una serie, puede permitir a cualquier atleta afectado por una obstrucción o empujón que dispute la ronda siguiente». La medalla de oro fue para Maryam Yusuf Jamal, atleta de Baréin. La británica Dobriskey y la estadounidense Shannon Rowbury completaron el podio.
«Si Burka no se hubiera caído, no habría pasado nada -opinó Natalia Rodríguez después de conocer la sanción- Yo estaba tranquila porque soy una atleta que si no ve claras las cosas no adelanta, y lo hice porque había paso. Tengo la conciencia tranquila. Estaba contenta por mí, pero sabía que lo de ella era gordo porque optaba a ganar. Yo no he cometido ninguna falta, pero cabía la posibilidad de que me descalificasen».
La Federación Española presentó una reclamación a la decisión del juez para intentar recalificar a la catalana, pero esta no prosperó. Después, José Luis de Carlos, director general de la RFEA y jefe del equipo nacional en los Mundiales de Berlín, reconoció que la decisión del juez de competición había sido «justa».
Reclamaciones a los jueces
«Lo primero que hemos hecho es ver el vídeo para comprobar si había habido obstrucción de Jamal. Nos han enseñado el vídeo a cámara lenta, por delante, por detrás, por todos los lados, y se ve claramente que es Natalia la que empuja y hace caer a Gelete Burka. El único contacto que hay físico es de Natalia al intentar adelantarla. Con esas imágenes se presentó la reclamación y estaba muerta», explicó De Carlos. Y desveló que el juez tomó la decisión porque había habido alguna protesta. No le dijeron quién la había presentado pero él fue testigo directo de quejas verbales realizadas por ingleses, bahrainíes y etíopes.
El directivo español pidió una copia del vídeo para mostrárselo a Rodríguez esa misma noche. Ni hacía falta -la mediofondista ya lo había visto en el monitor de TVE- ni Natalia lo quiso visionar de nuevo. Es más, no ha querido volver a ver nunca tan doloroso capítulo de su exitosa carrera profesional.
Eso sí, el 23 de agosto de 2019, cuando se cumplió una década exacta desde aquello, la tarraconense escribió el siguiente mensaje en su cuenta de la red social Twitter: «Se cumplen 10 años de esta final. A día de hoy, y por muchas opiniones que afirman lo contrario desde la barrera, insisto: maniobré correctamente. Yo estaba allí. Yo lo peleé. Yo sé lo que hice. Y, lo que hice, fue desde la prudencia y la sensatez que siempre me han caracterizado».
Natalia Rodríguez Martínez (Tarragona, 2-6-1979) es la poseedora del récord nacional -3:59.51- de 1.500 desde hace 18 años (28 de agosto de 2005), la única mujer española que ha bajado de los cuatro minutos en la prueba reina del medio fondo y atesora un impresionante currículum deportivo: campeona de Europa en pista cubierta (Turín 2009), subcampeona del mundo en pista cubierta (Doha 2010); tercera en los Europeos de Barcelona 2010; medalla de bronce en los Mundiales de Daegu 2011; campeona de España de 1.500 al aire libre (2000 a 2005, 2009, 2010, 2012 y 2013) y en pista cubierta (2004, 2009, 2010 y 2013).
En 2011 intentó compatibilizar su vida atlética con la política. Se presentó a las Elecciones Municipales del Ayuntamiento de Tarragona formando parte de la lista del Partido Socialista de Cataluña (PSC) y fue concejala de Deportes, pero duró menos de un año en el cargo. Profundamente decepcionada, dimitió y volvió a ejercer diferentes labores relacionadas con el deporte.
Diecisiete años después, todavía tiene pesadillas con lo sucedido aquella tarde de verano en Alemania. «Fue un palo muy grande. Mi vía de escape fue convencerme de que lo que pasó, pasó y que no había que darle más vueltas. Tenía que borrarlo de mi mente y seguir adelante –declara en una entrevista publicada por el 'Diari de Tarragona' en diciembre de 2022-. Fue mi peor momento como atleta y aún no lo he superado. De hecho, no he querido volver a ver esa carrera. Aún no puedo». Demasiado cruel para revivirlo.
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