Es el Mundial que hace de Brasil un mito y de Pelé un icono. Comienza un estilo de entender el fútbol que gusta en todo el mundo. El campeonato se disputó en Suecia del 8 al 29 de junio y en él apareció un nombre propio que seguiría dando mucho de qué hablar en los años sucesivos. Edson Arantes do Nascimento, más conocido como Pelé, se dio a conocer internacionalmente con un Mundial impecable y liderando a Brasil para lograr su primer título en esta competición.
Fueron dieciséis las selecciones que participaron en esta sexta edición de un Mundial y destacó también otro futbolista, Just Fontaine. El jugador francés seguía haciendo crecer su leyenda y en este campeonato del mundo logró coronarse como el máximo goleador del torneo con 13 dianas. Su selección acabaría en tercera posición tras lograr vencer a la Alemania Federal en la final de consolación. Fue la primera vez que una selección, en este caso Brasil, lograba conquistar un Mundial fuera de su continente.
Suecia 1958 contó con doce sedes y el campeonato iba a estar marcado por la tragedia. El 6 de febrero de ese mismo año un avión que llevaba al Manchester United acabó estrellándose en Múnich. Murieron varios futbolistas de la selección inglesa. Este suceso hizo mucho daño a Inglaterra, que en este Mundial no logró pasar de la primera ronda.
Suecia recibió el testigo de manos de Suiza y durante estos años de transición la Copa había perdido a Jules Rimet, su padre fundador, que había fallecido en París el 16 de octubre. Brasil, inspirada por un joven jugador de 17 años llamado Pelé, se alzó con el trofeo por primera vez en su historia.
Pelé marcó contra Gales, consiguió tres de los cinco goles con los que su selección se impuso a Francia (5-2) en las semifinales y anotó dos más en la final, el triunfo de Brasil ante la selección anfitriona por 5-2.
El francés Just Fontaine marcó trece goles, un récord que todavía permanece imbatido. Ésta fue también la primera Copa Mundial de la FIFA en la que un partido se saldó con un empate a cero: un encuentro de la primera ronda entre Inglaterra y Brasil.
Por televisión, para el mundo entero. Por primera vez la competición recibió cobertura televisiva internacional y el mundo entero pudo presenciar la maestría de las estrellas del fútbol moderno: Kopa, Fontaine, Charlton, Yashin, Garrincha, Vava y Pelé, quien con sólo 17 años anotó seis tantos, dos de ellos en el partido final en el que los brasileños se proclamaron, por fin, campeones del mundo.
La sexta Copa Mundial de la FIFA merece ser recordada también por la cantidad de países participantes: 55 en total. La fase de clasificación ofreció asombrosas sorpresas: Bélgica, España, Holanda, Suiza, Uruguay e, increíblemente, Italia no consiguieron clasificarse. La primera vuelta de la fase final brindó a los aficionados la oportunidad de descubrir selecciones de fútbol inéditas, como Gales, Irlanda del Norte, la URSS o Suecia. Sin embargo, la selección más destacada fue Francia, que captó la atención del público con el incisivo trío atacante que formaban Kopa, Piantoni y Fontaine. Los franceses iban a recoger una larga cosecha de triunfos: el título de máximo goleador (Just Fontaine, trece dianas), el de mejor delantero fue para Raymond Kopa, a quien un jurado internacional también eligió mejor jugador. Francia se colocó a la cabeza de su grupo en la primera ronda, con once goles en tres partidos. Pero Brasil, la gran favorita de la competición, puso punto y final a este cuento de hadas en las semifinales.
Después de las sucesivas decepciones sufridas en 1950 y 1954, Brasil estaba dispuesta a enmendar la plana. Se aupó al primer puesto de un difícil grupo, en el que también se encontraban Austria (3-0), Inglaterra (0-0) y la URSS (2-0). En el partido de cuartos de final que la enfrentó a Gales, Brasil estuvo una hora trabajándose el partido, hasta que el golpe de genio de un joven de 17 años decidió el resultado. Éste fue el primer gol que Pelé marcó en un Mundial. Había nacido una estrella. En semifinales, Pelé se dedicó a arrollar a la selección francesa, que no pudo hacer nada por impedir sus goles.
Mercenarios y magos. Una vez más, Brasil se había plantado en una gran final, en esta ocasión con la selección sueca como adversaria. La presencia de Suecia en la final era increíble, puesto que se trataba de un equipo creado de la nada para representar al país en la competición. Su creación ya había provocado serias discusiones hasta que se barajó la posibilidad de contemplar como candidatos idóneos a los jugadores profesionales que se encontraban en equipos de la Liga italiana. Sin embargo, los suecos despuntaron como el sólido y bien formado combinado que venció en semifinales (3-1) a Alemania, la defensora del título. En la final de los mercenarios contra los magos, fue Suecia la que empezó el partido con más entereza. Por primera vez en la competición, Brasil iba a la zaga. Pero no por mucho tiempo. Gracias a los goles de Zagallo, Vava y, sobre todo, de Pelé, que marcó en dos ocasiones, Brasil ganó su primera Copa Mundial de la FIFA por 5-2). El Presidente de la FIFA Arthur Drewry entregó la estatuilla de oro al entonces capitán de la selección brasileña, Bellini.