Después de la derrota contra Holanda, que todavía escuece en el vestuario, salió a dar la cara Sergio Ramos, un hombre que se hace escuchar, uno de los grande de esta selección y que trato de trasladar su optimismo a la gente. España está contra las cuerdas en el Mundial, pero hay opciones y a ellas se agarra el grupo, convencido de que es posible. Desde ya, toca pensar en Chile.
«Cuesta dormir, cuesta dejar de pensar en lo que ocurrió ayer. El fútbol te obliga, y más en un Mundial, a pasar página. No te puedes lamentar. Se sacan conclusiones y hay días para preparar el duelo contra Chile. El vestuario está más unido que nunca, nos invaden las ganas, estamos llenos de pasión, de orgullo propio y queremos jugar contra Chile. Hay que recuperarse. Claro que no se olvida lo de ayer. Pero te motiva incluso más. La clave del éxito ha sido levantarse en momentos complicados, momentos difíciles, lo que nos ha hecho campeones de todo. Y es de donde tenemos que tirar, no lamentarnos de un partido tan malo en el que no hay que quitar tanto mérito a Holanda», comentó Ramos de entrada.
El equipo, pese al tortazo, siente el cariño de la gente. «Sí, el cariño de la afición y el optimismo se siente. Desde nuestro país se confía porque han sido muchos años de victoria y de logros. España ha marcado una época y esa confianza la notamos. En el aeropuerto había mucha gente y ese cariño hay que devolverlo buscando cariño. Mandar un mensaje a todo el país. Somos los primeros que estamos dolidos, pero tenemos motivación, ilusión y hambre. Hay que prepararse bien. Un Mundial es muy complicado y hay que seguir creyendo en eso».
A Ramos le duele la forma, inesperado el chaparrón en Salvador de Bahía, pero le ve el lado bueno a la derrota. «El resultado marca todo. Si se hubiese hecho el segundo gol hablaríamos de otra cosa. Claro que marca tu vida y tu currículum, ha sido uno de los peores partidos que ha marcado mi vida profesional. Pero no hay tiempo para lamentarse. Un 5-1 en una Copa del Mundo. Pero ha de servir como motivación para el siguiente».
Tan pronto terminó el duelo, los 23 de España se conjuraron en el vestuario del Arena Fonte Nova para revertir la situación. «Hubo una charla, pero es lo normal. No hay que poner medallitas ni sacar nombres de quién habla o no. Es bueno que la gente opine y se saquen conclusiones. Se trata de intentar mejorar. Los rivales nos tiene un plus de motivación porque somos los campeones, se percibe en la mirada. Pero no cambia nada. Estamos por encima de todo esto. Es la clave de nuestro éxito. No tengo dudas de que los españoles confían en nosotros».
Más que un problema físico, según Ramos, hubo un cortocircuito en la segunda parte difícil de explicar. «El problema fue anímico. Con el tercer gol no tienes la cabeza donde la debes tener. Te sorprende el resultado, has tenido el partido en tu mano y se apodera una energía negativa de ti. En ese sentido no hay que señalar a nadie. El míster es el mayor conocedor, él debe decir si hay cambios. Y si los hay nadie se debe sentir señalado. No puede cambiar a los once de ayer, él es el que conoce lo que podemos dar cada futbolista».
Entre los señalados estabaÍker Casillas, que asumió que no tuvo la mejor actuación. Ramos ve bien al portero. «Veo a Íker como a cualquiera. Es cierto que la presión y todo lo peor recae en ciertos jugadores que llevamos más tiempo. Con eso hay que vivir. De mí se puede hablar del mal partido de ayer, cada uno tiene su rol. Le veo mal, claro, como a cualquiera. Pero lo veo muy motivado y convencido de que se puede. No nos podemos quedar así. Estamos todos a una. Cuando al equipo le falta ese extra de motivación o suerte suceden cosas así».
Tampoco Ramos tuvo la mejor de sus tardes y así lo admitió, pero vive con la crítica de la mejor manera posible. «Vivo con ello. Ni los halagos me vuelven loco ni las críticas me hunden, Cada uno asume el rol. Hay que estar unidos y tirar del carro entre todos. Hay quienes tenemos más experiencia y cada uno debemos asumir. No hay que señalar a nadie, esto es un grupo y ha sido campeón a lo largo de todos estos años», resumió.
Más fuertes que nunca
«Las críticas pueden existir y se espera mucho de nosotros, somos la campeona y no está acostumbrada la gente a que perdamos. Entendemos la ilusión y el optimismo y que se queden con mal sabor de boca. Debemos de asumirlo, somos los que nos vestimos de corto y los que tenemos que demostrar. Tenemos que ser más fuertes que nunca, no nos han mandado todavía para casa y vamos a dejarnos el alma por conseguir la victoria contra Chile, lucharemos hasta el último segundo», recordó con optimismo antes de señalar que «el escudo no gana campeonatos».
Para terminar, nada de fin de ciclo, prohibido hablar del tema. «A mí no me duele. Es la opinión no sé de quién. Yo creo que la gente tiene ilusión con nosotros. Aceptamos la crítica y cada uno es libre de opinar lo que quiera, pero casi el 98% confía en su selección. Nos lo hemos ganado con muchos años de trabajo, de sacrificio y esfuerzo. No se puede hablar de fin de ciclo».
Por su parte, Jordi Alba, que apenas tuvo preguntas, fue contundente. «El vestuario se quedó muy jodido. Nadie se esperaba que nos metieran cinco goles. Fuimos superiores en la primera parte, pero en la segunda se dio todo en contra, no salía nada. El equipo se vino abajo a partir del tercer gol y eso nos pasó factures. No creo que necesitemos palabras para animarnos, somos los que jugamos y tenemos que salir a por todas contra Chile. Estamos más unidos que nunca. Esto nos va a fortalecer muchísimo. Seguro que con nuestras ganas e ilusión vamos a intentar pasar la fase de grupo».