España, por fin de vuelta al fútbol, defiende su condición de campeona del mundo cuatro años después de instalarse en la gloria. Ya no hay marcha atrás y Brasil enloquece ante el estreno del mejor equipo del planeta, expuesto de entrada a una batalla terrible que traslada a los nostálgicos al Soccer City de Johannesburgo. Pero nada tiene que ver esta cita con la de Sudáfrica por mucho que España mantenga el mismo plan, continuista versión del mejor equipo que se recuerda.
Será en Salvador de Bahía, en el bonito Arena Fonte Nova y con previsión de lluvia. Pero a España le da igual el entorno porque lo único que le preocupa es mantener la misma idea, innegociable receta que le ha llevado a lo más alto. «Ganaremos o moriremos así», replica Xavi Hernández, el cerebro de un grupo que repite a 16 de los 23 que estuvieron en 2010.
Es una ventaja, repite Del Bosque, y más para una cita como esta, en la que la experiencia es fundamental. Y todos en España la tienen, previsible el equipo y con la única duda de si se juega o no con delantero. Siempre se debate sobre lo mismo y Del Bosque tampoco despeja la incógnita, aunque sabe que Holanda le jugará con una defensa muy poblada y en esos casos le gusta contar con Cesc como falso «9». Por si acaso, Costa y Torres esperan su momento.
Es un debut eléctrico contra una Holanda renovadísima que únicamente es reconocible por los tres hombres de ataque. Sneijder, Robben y Van Persie convierten a la selección de Louis van Gaal en una amenaza real, vertiginosos a la contra y muy rápido en las transiciones. Esa dinamita debe compensar la juventud de la defensa, que formará con tres centrales.
En España se espera que estén los pilares. Hay una duda en el lateral porque Jordi Alba, teóricamente titular en la banda izquierda, tiene problemas en la muela del juicio y lo está pasando muy mal. Si no estuviera en condiciones, Azpilicueta cambiará de lado y entraría Juanfran. Piqué y Sergio Ramos formarían en la defensa y otorgan absoluta seguridad a Íker Casillas, que está a 85 minutos de superar el récord de imbatibilidad en los Mundiales.
En Sudáfrica, España perdió el primer partido contra Suiza y fue a remolque a partir de ese tropezón. Acabó ganando el título, pero la selección no quiere resbalar de entrada y menos en un grupo tan exigente como el B. Además de Holanda y España, está Chile con serias opciones de plantear problemas y también Australia, la menos fuerte de las cuatro.
La pelota será española sin que a Holanda le importe demasiado la posesión en este caso. Son 90 minutos que pueden marcar el desarrollo de un Mundial, 90 minutos para confirmar que España quiere otra estrella. Le falta gol y concretar en los metros finales, pero no necesitó demasiados tantos en Sudáfrica. Le basta con competir bien y eso lo hace a partir de la defensa, inexpugnable y apenas sin fisuras.