Los Bugatti, o el arte en la sangre
La sensibilidad por la creación, como el inconformismo, venía de familia. El primer artista de la saga fue Giovanni Luigi Bugatti, artesano milanés que desarrolla su obra en el ambiente de una aristocracia como la Lombarda, sensible y amante del arte
Así es el último Bugatti Chiron del que solo se fabricarán tres unidades
![El Bugatti 41 Royale Berline de Voyage, muy representativo en cuanto al estilo , y a la inspiración en los coches de caballos](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/motor/2023/03/10/1-RlXY7OoKaRGMIt1r7C8NXNL-1200x840@abc.jpg)
Si tiene ocasión, mire detenidamente un Bugatti; en la obra de Ettore y Jean, padre e hijo, no hay frontera alguna entre técnica y arte. Los años veinte y treinta exaltaban la velocidad, la máquina. La utópica reconciliación entre industria y arte era el objetivo de muchos creadores próximos al Esprit Nouveau y del Bauhaus. Sin saberlo, Ettore Bugatti participaría en el movimiento que sublimaba el objeto mecánico, pero lo hacía marcando sus propias pautas, sin dejarse influir por nada ni nadie.
La sensibilidad por la creación, como el inconformismo, venía de familia. El primer artista de la saga fue Giovanni Luigi Bugatti, artesano milanés que desarrolla su obra en el ambiente de una aristocracia como la Lombarda, sensible y amante del arte. Para los palacios de las antiguas familias, modela la madera y esculpe monumentales chimeneas en piedra.
Pero Giovanni, casado con Amalia Salvioni, tiene una idea fija, y emplea su energía en la búsqueda del movimiento continuo. Y dilapida toda la fortuna familiar en perseguir esta obsesión sin fin. La ruina traumatizará a sus hijos, Caroline, Luigia Pierina, llamada Bice, pero especialmente a Carlo.
![Carlo Bugatti, su espejo en forma de herradura inspirará el radiador de los automóviles de Ettore](https://s1.abcstatics.com/abc/www/multimedia/motor/2023/03/10/2-U82584735050rjm-624x350@abc.jpg)
Carlo Bugatti (1856-1940) hereda de su padre la habilidad manual y una originalidad que para algunos raya en la extravagancia. Tras haberse formado en la Accademia di Belle Arti di Brera (Milán) y en L'Ecole des Beaux-Arts, de París, Carlo abre un taller de ebanistería en Milán. Sus muebles no siguen las modas de la época. Con una estética a medio camino entre el Islam y el Japón caminan al margen de las corrientes contemporáneas del Art Nouveau.
Y dentro de estos trabajos, en 1900 realiza un espejo en forma de herradura, toda una premonición como veremos más tarde.
Rembrandt, el escultor de animales
Los dos hijos de Carlo, heredarán su creatividad y su individualismo. El mayor, nacido en 1881, fue bautizado como Ettore, y el pequeño, que llega tres años después, como Rembrandt, sin duda una forma de convocar a las musas de la creatividad. En realidad, tal nombre fue una elección de su padrino Ercole Rosa, escultor y autor del monumento al rey Victorio Emanuel II, en la plaza de la Catedral de Milán. Personaje atormentado, solitario, pero al tiempo ingenioso, la infancia y adolescencia de Rembrandt Bugatti transcurre en contacto de personajes de la talla de Puccini o Tolstoi, que frecuentan el taller de su padre. En aquel entorno, sin duda estimulante para desarrollar un espíritu creativo, quién más influye en Rembrandt es otro amigo de la familia, el escultor ruso Pável Trubetskói (1866-1938), influencia que le lleva ya desde pequeño a realizar pequeñas esculturas con plastilina o arcilla que reflejaban en la mayoría de los casos su amor por la naturaleza.
![Rembrandt Bugatti es considerado uno de los mejores escultores de animales de la historia](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/motor/2023/03/10/3-U72480306602EZe-624x350@abc.jpg)
Tras el traslado de la familia a París, una gran parte de estos trabajos eran realizados al aire libre, entre el Jardín de las Plantas, de la ciudad del Sena, y el Jardín Zoológico de Anvers. Tras una larga observación modelaba el animal en plastilina, en vivo y sin utilizar ningún croquis de preparación ni fotografía alguna. Y si cualquier detalle no le convencía, destruía el trabajo y lo reiniciaba desde cero hasta culminarlo, siempre basándose en su apreciación visual directa. En la mayoría de los casos realizaba él mismo los moldes en escayola de sus modelos de plastilina, para fundirlos en bronce.
Su obra, que se exhibe por vez primera en la Bienal de Venecia, causa un gran impacto y en poco tiempo se convierte en uno de los escultores animalistas más famosos del mundo.
En vida, Rembrandt Bugatti cedió los derechos de reproducción de sus esculturas al ingeniero químico, editor, galerista y fundidor Adrien Aurelien Hébrard. Entre los años 1902 y 1934, la fundición A. A. Hébrard tendrá la exclusividad de las fundiciones, en bronce o en plata, de las esculturas en escayola de Rembrandt Bugatti.
![Uno de los famosos elefantes de Rembrandt Bugatti](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/motor/2023/03/10/4-U45828186250Vki-624x350@abc.jpg)
Cuando la Primera Guerra Mundial (1914-1918) estalla, pasa a servir a un hospital militar en París. Desafortunadamente, el fantasma de la depresión que convive con Rembrandt, se potencia con los horrores de la guerra y un amor frustrado. El 8 de enero de 1916, con tan sólo 31 años, se suicida inhalando gas. Es sepultado en el panteón familiar, en la región francesa de Alsacia. En 1981 el heredero de Ebé Bugatti, Jean-Marie Desbordes, donaba a los museos nacionales franceses una colección de ochenta escayolas. Esta colección era conservada por la familia Bugatti desde el año 1916 , sin hacer nunca reproducción alguna, respetando el compromiso de Rembrandt con Adrien-Aurélien Hébrard.
Hoy sus obras tienen un gran valor; un bronce suyo, de 1909 a 1910, el Babouin Sacré Hamadryas (el babuino sagrado egipcio), fue vendido hace unos años en subasta por 2,56 millones de dólares.
Ettore, el artista de la mecánica
Su hermano Ettore también pasa por la Escuela de Bellas Artes de Milán. Pero en este caso su creatividad tiene un objetivo muy diferente; la mecánica. En primer lugar trabaja como aprendiz en una fábrica de bicicletas y posteriormente pasa a las primeras de automóviles; De Dietrich, Mathis, Deutz y Peugeot, para quien crea el famoso Bebé Peugeot. En sus libros de notas va apuntando datos e ideas que va recopilando.
![Ettore, el Patrón, concebía sus automóviles como obras de arte](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/motor/2023/03/10/5-U37803111382mHh-624x350@abc.jpg)
En 1910, decide ya construir su propio automóvil, y para ello se instala en la Alsacia (en esa época territorio alemán). De entrada, sus automóviles se caracterizan por una calandra que es ni más ni menos que una herradura invertida, reflejo de su pasión por los caballos y homenaje al espejo creado por su padre. Intuición, curiosidad y talento suplirían la formación de ingeniero que no había recibido, hasta el punto que muchas de sus ingeniosas soluciones se estudiaban en las universidades.
Generoso, con mucho carácter, sensible y al tiempo autoritario, la personalidad de Ettore no era ni mucho menos corriente ni fácil.
Conocido como «el Patrón», realiza centenares de croquis. A su alrededor, verdaderos ingenieros palían sus carencias técnicas; primero Felix Kortz, como diseñador proyectista, y a partir de 1924, el alemán Edouard Bertrand. La preocupación por la estética está presente en todos los niveles de fabricación y Bugatti crea sus propias herramientas y maquinaria; un simple torno se convierte en una verdadera escultura. Bajo el capó de sus coches se esconden motores que deben ser los más bellos, según el deseo del Patrón, un deseo que se extiende hasta las formas de los tornillos. Nada en un Bugatti se escapa a la sensibilidad de su creador.
A finales de los años veinte concibe un automóvil que acumula todos los superlativos; es el Tipo 41 más conocido como Royale. Ettore quería hacer una serie de limitada de 25 unidades, destinadas a jefes de estado. La distancia entre ejes era de nada menos que 4,57 metros (la longitud total de un coche de gran tamaño de la actualidad). Un motor de 8 cilindros en línea se encargaba de mover aquel gigante de más de tres toneladas que pisaba el suelo sobre cuatro enormes ruedas.
Tal desmesura provocó muchos problemas de puesta a punto y llevó a que finalmente no se hicieran más que seis ejemplares, de los que ninguno iría a parar a cabeza coronada alguna. La cifra que se ha barajado de siete se debe a que uno fue vuelto a carrozar tras un accidente, confusión esta que ha llevado a intentos de falsificación. Por cierto, que sobre el radiador de esos siete Royale construidos, se yergue la figura de un elefante creada por Rembrandt.
![Jean Bugatti, en el estribo del famoso coupé Esders, uno de los siete Royale](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/motor/2023/03/10/6-U26401014762xlp-624x350@abc.jpg)
El espíritu de Ettore se manifiesta en creaciones como el 35; las formas de la carrocería, las ruedas de ocho brazos, el motor, o el eje delantero en acero pulido son verdaderas esculturas. Y mil detalles como el hilo de latón encadenando en zigzag que conforma la fijación de la carrocería al chasis hacen que arte y técnica se confundan.
Ettore ama los caballos y los coches de caballos, de ahí que muchas de sus carrocerías de finales de los años 20 estén inspiradas en los enganches (como la del Tipo 50).
Pero también es capaz de ir al lado opuesto de este anacronismo y convertirse en uno de los pioneros de las formas aerodinámicas como el Tipo 32 de carreras, conocido también como el Bugatti Tank. Estas formas también se pueden ver en una locomotora creada por él en el año 1933 y que movida por dos motores de Bugatti Royale, supera los 172 km/h.
![El Bugatti Type 57S Aerolithe, de 1935](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/motor/2023/03/10/7-U07155500456XaU-624x350@abc.jpg)
Jean, la herencia inconclusa
Y su hijo Jean, que dibuja las carrocerías a tamaño real, y que concibe obras sublimes como los 57Aerolithe y Atlantic, imprime su estilo muy personal marcado por los amplios movimientos, las grandes curvas que se encadenan y entrelazan con gracia y elegancia.
Esto se hace muy evidente en uno de los siete Royale, el Coupé Esders, con un perfil de aletas que no interrumpe línea recta alguna.
Jean morirá el 11 de agosto de 1939 probando un Tipo 57 en la carretera entre Molsheim (sede de la fábrica) y Estrasburgo, una desaparición que marcará a su padre Ettore hasta el final de sus días.
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El hombre por cuyas venas corría la sangre de artistas inconformistas, el creador que afirmaba que «lo que ya ha sido inventado pertenece al pasado, solo las innovaciones son dignas de interés», dejó este mundo el 21 de agosto de 1947.
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