La chica sigue sentada sobre el taburete, con un codo sobre la barra, las piernas cruzadas y de espaldas al «público». Continúa la animada charla con su amiga. Llena una especie de corsé con falda, todo rojo y de falso mínima de terciopelo con flores bordadas.
La sorpresiva inspección policial de los Bronce, la recién estrenada unidad policial de seguridad ciudadana, cachea e identifica al centenar de personas, todas latinas, que borbotean el local, regentado por una pareja de chinos. Se llama Disco-Bar Tokyo. Está en los bajos de Azca.
La chica de atuendo imposible dice que está acompañada de su madre. Aparenta 15 años. Pero la madre dice que tiene 27 y que ella nació en el 73. O sea, que ya va por los 39. ¿La tuvo con 12 años? La policía nacional que habla con la madre sabe que intenta tomarle el pelo. Como cuando dice que está embarazada. «¿Y qué hace usted aquí, bebiendo alcohol, en vez descansar en casa?». Pregunta sin respuesta.
Los 400 agentes que conforman los Bronce tienen la piel dura. Llevan años pateándose las calles de Madrid y alrededores en noches mucho peores que la de este sábado, aunque menos gélidad. Fuera hace 4 grados bajo cero.
Cuando el local se vacía, entra la Unidad Canina, con sus perros especializados en la búsqueda de estupefacientes. El can de la noche no deja un palmo del bar sin olisquear. Negativo.
Puntos negros de delincuencia
La noche no acaba ahí. Antes, el «briefing» con la orden de servicio de la jornada. Los Bronces están concebidos, sobre todo, para mantener el orden público en estos tiempos de revuelta callejera. Como apoyo a la unidad superior, la de «antidisturbios», o en servicios propios de riesgo medio. Pero también acuden a aquellas zonas convertidas en puntos negros de delincuencia.
Un esquinazo de la calle de Orense es uno de los puntos elegidos para el primer control de vehículos de la noche. Es una zona de marcha, donde se mezcla el ambiente latino con el parte del más elitista del Madrid «cool».
La jornada anterior, en uno de los locales más pijos de Madrid, un individuo sacó una pistola y apuntó a los porteros al salir. Luego, echó a correr, pero por poco tiempo;fue detenido en las inmediaciones.
Alerta: paliza a dos menores en San Blas
En el control de Orense, mucho jovenzuelo en coche caro y alguna bellota de hachís. Por el canal de la Policía suena un aviso: «Un hombre borracho está pegando una paliza en una vivienda de la avenida de Guadalajara a una menor de 16 años y a otro de 8».
Son las miserias de la noche. El trabajo policial probablemente más duro. Amanece. Mañana, hoy, más.