El último mitin de Trump en Iowa: «Salid a votar para salvar América»
Con una sensación térmica cercana a los -40 grados cientos de personas han hecho cola para conseguir ver al expresidente antes del caucus
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La campaña de los candidatos republicanos a la presidencia llega a su fin en Iowa, donde este lunes por la noche -en la madrugada del martes en España- se celebran sus tradicionales caucus. Es la primera cita de las primarias republicanas y ... una noche que pone fin a una campaña en la que los aspirantes han peinado las cuatro esquinas del estado. Encuentros con votantes en cervecerías, restaurantes de barbacoa, cafeterías populares. Mítines ante un puñado de granjeros o ante un club de lectoras. Una seducción esforzada del votante de Iowa, con el objetivo de que un primer resultado positivo impulse la campaña.
El que menos se ha despeinado ha sido Donald Trump, favorito absoluto y líder indiscutible en las encuestas. Ha venido por aquí mucho menos que sus rivales. No lo necesita. Cuando lo hace, llena recintos con una asistencia que multiplica la de los mítines de los otros candidatos.
El último ha sido en Indianola, en el campus de Simpson College, una pequeña universidad privada cristiana, a media hora de carretera congelada de Des Moines, la principal ciudad del estado.
Con una sensación térmica cercana a los -40 grados, allí hubo cientos de personas haciendo cola desde el punto de la mañana para conseguir ver a la gran sensación del mundo de la política en la última década. El auditorio que acogió el mitin de Trump , con capacidad para unas mil personas, se llenó a las nueve de la mañana.
«Se ha quedado un montón de gente fuera», aseguró Trump nada más aparecer en el escenario, tocado con una gorra blanca de 'Capitán de caucus de Trump'. Es el distintivo que llevarán los representantes de su campaña en cada uno de los 1.657 caucus, reuniones vecinales donde se discute a los candidatos y se vota por ellos. Una sala anexa, que no se llenó, permitió ver al ídolo a través de una pantalla gigante. Fue el premio de consolación para algunos de sus incondicionales, como Norman Rice, vecino de Carlisle, al sur de Des Moines. «Trump es mi opción porque parece que no le controla nadie, es él mismo, no responde a donantes corporativos», explicaba a este periódico tocado con la gorra más clásica del 'trumpismo', la roja con la leyenda MAGA ('Make America Great Again', 'Hacer a EE.UU. grande otra vez').
«Estoy muy en contra de la dirección que ha tomado el país estos últimos años», decía sobre el mandato del actual presidente, el demócrata Joe Biden, y cita, como tantos otros problemas como la «inmigración masiva ilegal y la inflación».
Trump se explayó en esos y otros temas, en un discurso largo, de casi dos horas, en el que a veces se perdió en digresiones sobre los combates de lucha -por la presencia entre el público de Dan Gable, uno de los grandes especialistas de siempre- o sobre la traición de Ron DeSantis, gobernador de Florida, y uno de sus rivales en las primarias. Le acusó de «falta de lealtad» por haberse presentado a presidente después de que él fuera quien, en su opinión, impulsara su carrera en Florida (podría haber sido peor; en una reciente comparecencia en Fox News, dijo que si no fuera por él, DeSantis, que es de origen italiano, «estaría ahora sirviendo pizza»).
Trump rompió los manuales de cómo hacer política, incluido el de cómo dar un mitin, desde su aparición en la campaña presidencial de 2016, la que le llevó a la Casa Blanca. Sus seguidores se pirran con sus discursos, como quien va a ver una estrella de rock del que es fanático de toda la vida. «¿Hago la versión larga o la corta?», preguntó con media sonrisa al público. «¡La larga!», fue la respuesta al unísono. «¿Queréis que haga 'La serpiente'?», inquirió después. «!Sí!», contestaron. Se trata de una letra de una canción-protesta de los años sesenta sobre una mujer que se encuentra con una serpiente medio muerta, la trata bien y el bicho acaba matándola con su veneno. Trump sacó un papel de la chaqueta, leyó los versos e informó -su público ya lo sabía- que esto es lo que ocurre con la inmigración (en el endurecimiento de su discurso en los últimos meses, el expresidente ha asegurado que los inmigrantes indocumentados «envenena la sangre de nuestra nación»).
Un show de variedades
Ese fue uno de los momentos en los que el mitin pareció un show de variedades. Poco después, invitó al micrófono a un exdiputado, Billy Long, de Misuri, para que hiciera una demostración de sus cualidades como subastador («¡mil dólares, mil quinientos dólares!»). También invitó al estrado a Doug Burgum, el gobernador de Dakota del Norte, que fue candidato a la presidencia durante unos meses y que se convirtió, en directo, en su primer rival en entregarle el apoyo a su candidatura.
Quienes no fueron invitados fueron un grupo de manifestantes medioambientales, que interrumpieron el discurso durante un par de minutos, un incidente que Trump despachó con un «gracias, querida, vete a casa con mami», dedicado a una de las jóvenes que protestaban, que sus seguidores acallaron con gritos de 'U.S.A, U.S.A.'.
El objetivo del mitin era hacer un último llamamiento a los votantes para acercarse a los caucus y combatir el frío inmundo que hará este lunes. «Tendrá cero influencia», dijo Trump sobre el clima, y defendió que sus votantes son gente «dura».
«Tenéis que salir a votar para salvar América», dijo el expresidente, que va muy por delante en las encuestas, pero quiere un resultado avasallador, que mine las candidaturas de DeSantis y, quizá más, de Nikki Haley, exgobernadora de Carolina del Sur y exembajadora ante la ONU, que ha ascendido en las encuestas a la segunda posición en Iowa y podría dar algo de emoción a las primarias si tiene otro buen resultado en el siguiente estado en el que se vota, en New Hampshire el próximo martes.
Trump despreció las conquistas mínimas de Haley en los sondeos y aseguró que no es la persona «adecuada» para ser presidenta: «No es suficientemente fuerte».
Es una opinión que comparten muchos de sus seguidores. Entre ellos, Faith Ward, que asegura que Iowa mandará este lunes el mensaje a todo el país de que «los republicanos quieren alguien en la Casa Blanca que proteja a los estadounidenses, que ponga a EE.UU. primero, que asegure las fronteras para tener un país próspero y que dé estabilidad financiera».
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