Ucrania acusa a Rusia de incrementar el uso de armas químicas para avanzar en el frente

Los gases lacrimógenos CS y CN -empleado de forma común por las fuerzas policiales para el control de multitudes, pero prohibidos en el campo de batalla- comenzaron a utilizarse en Ucrania en desde drones y después se introdujeron también en la artillería, afirman oficiales ucranianos. Además, el Ejército de Zelenski apunta que las tropas enemigas emplearon otros agentes químicos como el gas amoníaco y cloropicrina en el campo de batalla.

Las autoridades del país invadido han cuantificado un repunte de los casos notificados de manera oficial. El récord se estableció en el mes de mayo de 2024, con 715 ataques. La división de las Fuerzas de protección radiológica, química y biológica de las Fuerzas Armadas de Ucrania explicó en un comunicado meses atrás que el principal medio de lanzamiento [por parte de las fuerzas de Moscú] de los gases venenosos «son las granadas K-51 y RG-VO desde vehículos aéreos no tripulados». El Estado Mayor de Ucrania determinó a finales de 2023 que los agentes químicos se utilizan también «en artefactos explosivos improvisados que contienen sustancias irritantes y se realizan bombardeos de artillería con sustancias químicamente peligrosas».

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Miriam González | Corresponsal en Kiev

Hay alrededor de 4.000 casos registrados por las autoridades el país invadido por Rusia. Más de 3.100 ataques se contabilizaron desde de diciembre del año pasado. Las tropas enemigas emplean las armas químicas para «limpiar» las trincheras y posiciones más fortificadas obligando a los soldados a salir a campo abierto, donde son blanco fácil para los ataques con drones. «Los soldados y oficiales ucranianos entrevistados reconocieron que la táctica es efectiva, permitiendo a Moscú capturar posiciones ocasionalmente sin destruirlas», destaca el medio ucraniano The Kyiv Independent.

Ucrania presentó en julio de este año «información detalla y fáctica» a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas de Naciones Unidas (OPAQ por sus siglas en inglés) en un documento que detallaría la violación de las disposiciones de la Convención sobre la Prohibición de las Armas Químicas. En mayo, dos meses antes, era Estados Unidos el que acusaba a Rusia utilizar el agente químico cloropicrina en Ucrania. La cloropicrina, calificado como agente asfixiante por la OPAQ, se utiliza como fumigante para controlar las plagas y las enfermedades de las plantas. Washington impuso entonces sanciones a más de 280 personas y entidades por el uso de este tipo de armamento en el frente de guerra. El Departamento de Estado señaló en un comunicado que «el uso de estos productos químicos no es un incidente aislado y probablemente esté impulsado por el deseo de las fuerzas rusas de desalojar a las fuerzas ucranianas de sus posiciones fortificadas y lograr ganancias tácticas en el campo de batalla».

Rusia, hasta el momento, ha negado lo hechos y también acusa a Ucrania de emplear los gases prohibido. Sin embargo, el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW por sus siglas en inglés), un grupo de análisis de la guerra con base en Estados Unidos, informó en diciembre de 2023 que «la 810.ª Brigada de Infantería Naval de Rusia confirmó en Telegram que utiliza intencionalmente armas químicas contra las fuerzas ucranianas» en la zona de Jersón.