El secretario general de la OTAN da la razón a Trump y pide más gasto militar

En su intervención en el foro de Davos, el ex primer ministro holandés ha dicho que de todos modos, la factura de la ayuda militar que necesita Ucrania para mantener la guerra, la tendrán que pagar los europeos porque «Estados Unidos tiene otras cosas en la cabeza».

En la misma línea, el nuevo comisario europeo de Defensa, Andrius Kubilius, había dicho la víspera en un acto en la Agencia Europea de Defensa (AED) que los países miembros de la UE deben aumentar significativamente la inversión en Defensa y acelerar la producción militar y asumir un papel decisivo como «arsenal para la democracia» para respaldar a Ucrania y prevenir futuros conflictos.

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Rutte ha explicado abiertamente que puede haber incluso una corriente que beneficie directamente a Estados Unidos, si parte del rearme europeo se encomienda a empresas estadounidenses, que de todos modos son necesarias para proporcionar a Ucrania la tecnología que necesita para contener al arsenal ruso. De modo que aún en ese caso, los europeos deben estar dispuestos a pagar el coste ya que «a pesar de que sea un conflicto global, Ucrania todavía está más cerca de Europa que de Estados Unidos», pero la industria de defensa europea no parece capaz de satisfacer por el momento las necesidades de Ucrania y de una Europa en proceso de rearme.»Puedo decirles esto a los europeos -indicó Rute- si la nueva Administración de Trump está dispuesta a seguir suministrando a Ucrania su industria de defensa, la factura la pagarán los europeos. Estoy absolutamente convencido de eso. Además, tenemos que estar dispuestos a hacerlo, porque en este momento ellos pagan más que los europeos».

Varios países europeos, empezando por Francia, insisten en que esas inversiones deben reforzar una industria militar europea más autónoma. Otros gobiernos, sin embargo, priorizan la adquisición rápida de material moderno para reforzarse. En todo caso, como había dicho el comisario Kubilius, «tenemos tiempo para evitar un gran conflicto» con una estrategia colectiva y contundente, en un momento en el que «los nubarrones de la guerra se ciernen sobre Europa».