Sánchez llega a la cumbre de la OTAN con España a la cola de gasto en defensa
Presión sobre España para que aumente el gasto en defensa ya que está a la cola de todos los miembros
Los socios se reúnen con temor al regreso de Trump
La OTAN se reúne en EE.UU. con las miradas en una España que queda última en gasto en defensa
![El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, llegando al 75 aniversario de la OTAN](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/07/09/pedro_otan-kcP-U6028260130430LI-1200x840@diario_abc.jpg)
El nombre de un ausente sobrevuela el inicio de la cumbre de los 32 países que conforman hoy la Organización del Tratado del Atlántico Norte, que se reúnen en Washington para conmemorar sus 75 años de existencia y pactar nuevas prioridades. Ni Joe Biden ... , con los achaques propios de la edad; ni Volodimir Zelensky, invitado especial, con sus insistentes peticiones de ayuda ante la agresión rusa; ni Keir Stammer, flamante primer ministro de Reino Unido tras una victoria histórica en las urnas. El nombre en boca de todos, pronunciado hasta con algo de temor es Trump, Donald Trump.
La prioridad marcada por los principales socios de la OTAN, y en la que insiste a cada paso el secretario general saliente, Jens Stoltenberg, es aumentar el gasto en defensa de los países miembros. Era precisamente esa la obsesión de Trump, que los europeos carguen con una mayor parte de las obligaciones comunes, que superen el límite marcado hace una década del 2% del Producto Interior Bruto invertido en defensa. Que no sean, como solía decir Trump en sus improvisadas ruedas de prensa en la Casa Blanca, «morosos».
Y entre los que menos invierten, España se ha desplomado a la cola. Apenas un 1,28% del PIB. La superan, aunque no llegan al 2%, Eslovenia, Luxemburgo, Bélgica, Canadá, Italia, Portugal y Croacia. Ante el viaje del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Washington, en Moncloa se ha preparado el argumentario de que semejante posición obedece en realidad a que la economía española va tan bien, y el PIB crece tanto, que no ha sido posible ajustar el gasto en defensa. Habrá que ver cómo las excusas del «España va bien» caen entre los demás socios, con una guerra abierta en Ucrania.
Sánchez ha llegado este jueves 9 de julio a Washington sin una bilateral con Biden en la agenda. Un nutrido número de líderes sí ha viajado con sus parejas, ya que han sido invitadas a una cena de gala en la Casa Blanca, todo un acontecimiento. Sánchez es, con Justin Trudeau de Canadá, Víktor Orbán de Hungría o Giorgia Meloni de Italia, de los pocos mandatarios que ha viajado solo. Su mujer, Begoña Gómez, está siendo investigada por la justicia por un caso de supuesta corrupción.
Aunque ante el probable regreso de Trump al Despacho Oval, los socios están ya de por sí muy atareados, planeando estrategias de futuro ante la posibilidad de volver a tener que vérselas con un presidente de la primera potencia militar que amaga con salirse de la alianza, que la declara obsoleta, que no cree demasiado en la defensa conjunta. Las frases que los diplomáticos que acompañan a los jefes de Estado y de Gobierno se repiten en las conversaciones con la prensa: «se busca una alianza más europea», «en Europa se tomará la iniciativa», etcétera.
Como aperitivo, Trump ya centró una gran parte del debate electoral que tuvo a finales de junio con Biden en la OTAN y el aporte de EE.UU. (gasta en defensa un 3,38% de su PIB, solo le supera Polonia, con el 4,12%). Dijo que Europa debe pagar más, que él consiguió que pagara más y hará que vaya aumentando ese desembolso cuando regrese a la Casa Blanca. A Zelensky le vino a llamar «vendemotos» porque cada vez que viene a Washington se va con cientos de millones en ayudas económicas y militares.
Esto provocó la reacción de Biden, que está haciendo campaña como el presidente que ha salvado a la OTAN, que la ha reforzado, que ha facilitado el ingreso de Suecia y Finlandia, algo que hicieron tras la nueva invasión rusa de Ucrania en 2022. Así, Biden se juega también la campaña en esta cumbre. Sus problemas físicos y cognitivos son cada vez más evidentes. Las críticas en su partido de aquellos que le piden que se apee son cada vez más intensas. Y su equipo quiere pasar página, presentarle como un estadista, demostrar que puede participar en fotos internacionales, hablar de asuntos estratégicos durante sesiones maratonianas de varios días, cenas de gala incluidas, sin desfallecer.
El jueves, en los márgenes de la reunión entre Ucrania y la OTAN, Biden se verá también a solas con Zelensky para dialogar sobre la marcha de la guerra abierta por Rusia. Tendrá pocas bilaterales más, ya que la agenda está repleta. Zelensky ha solicitado el ingreso de su país en la Alianza, pero el hecho de que esté en guerra lo hace imposible en un futuro a corto o medio plazo. Una cláusula del tratado de la OTAN hace que un ataque contra uno sea un ataque contra todos, y una guerra contra Ucrania sería a la vez una guerra contra EE.UU. Eso, como ha dicho Biden en más de una ocasión, sería «una tercera guerra mundial».
Los asuntos más allá de Ucrania
Aparte de cómo mantener el apoyo a Ucrania, los socios tienen previsto dialogar sobre cómo proteger el llamado flanco sur de la Alianza, es decir, la frontera marítima con el norte de África; reforzarse en el Pacífico ante el expansionismo chino, y mejorar la preparación ante la guerra híbrida y las injerencias digitales.
Las miradas de los socios estaban también puestas este martes en el primer ministro de Hungría, Víktor Orbán, quien comenzó su presidencia semestral de la UE este mismo mes de julio, y ha visitado ya Kiev, Moscú y Pekín en lo que él ha denominado una «misión de paz» para la guerra en Ucrania. Esta iniciativa ha provocado la condena de Kiev y de funcionarios de la UE, quienes afirman que Orbán va por libre.
La cumbre comenzó este martes con una ceremonia en el auditorio Andrew W. Mellon, cerca de la Casa Blanca, el mismo lugar en que en 1949 los países fundadores formaron el tratado del Atlántico Norte invitados por el presidente Harry Truman. En este mismo lugar tuvieron los actos de conmemoración de los 50 años de la alianza con Bill Clinton. Habrá tres reuniones diferentes de los mandatarios los días miércoles 10 y jueves 11 de julio.
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