Rusia lanza un potente ataque de misiles balísticos y de crucero contra Kiev

Las Fuerzas Aérea de Ucrania detectó un total de 58 proyectiles enemigos en el espacio aéreo del país durante la noche: 35 misiles de distintos tipos 23 drones kamikaze. Los militares ucranianos abatieron 22 misiles y 20 vehículos aéreos no tripulados «shahed» de fabricación iraní. La caída de los restos de los proyectiles provocó daños materiales en cuatro distritos de la capital. Al menos tres personas tuvieron que recibir asistencia médica.

El alcalde de Kiev, Vitaly Klitschko, informó sobre las consecuencias del ataque, que afectó principalmente a la infraestructura civil de la capital. Cuatro coches se quemaron en el distrito de Svyatoshyn, donde un edificio no residencial fue consumido por el fuego. La caldera de una institución educativa en la zona de Holosiiv resultó dañada. Además, otro incendio se desató en un inmueble de la zona de Shevchenkiv. Las ventanas de dos escuelas estallaron en otra zona de la ciudad, pero consiguieron arreglarlas a tiempo para la apertura de los centros. La estación de metro Sviatoshin resultó afectada, aunque no se ha interrumpido su servicio para los pasajeros.

El bombardeo ruso de este lunes también alcanzó el Centro Cultural Islámico de la Administración Espiritual de los Musulmanes de la República Autónoma de Crimea y la mezquita que albergaba. El presidente del Mejlis del pueblo tártaro de Crimea, Refat Chubarov, manifestó que el edifico necesitará reparaciones y en su mensaje condenó la acción rusa. «Otra prueba más de que Rusia es un país de maldad absoluta» manifestó Chubarov en su cuenta de Facebook.

La última semana de agosto y los dos primeros días de septiembre han sido especialmente duros para las ciudades ucranianas. El 26 de agosto Rusia lanzaba uno de los mayores bombardeos de la guerra con más de doscientas proyectiles. Y el pasado domingo, 41 personas resultaron heridas tras varios ataques contra el centro de Járkov, la segunda ciudad más grande del país invadido, situada a tan solo 30 kilómetros de la frontera rusa. Debido a esta cercanía, la urbe es continuamente castigada por los ataques enemigos. El pasado sábado 7 civiles murieron tras el impacto de una bomba aérea guiada rusa contra un edificio residencial de 12 pisos. Los heridos ascendieron a más de 77.

Otra de las capitales provinciales atacadas fue Sumy, donde ayer los misiles rusos fueron disparados contra un centro de rehabilitación social y psicológica para niños y un orfanato. Allí los heridos ascienden a 18, incluidos seis niños. Mientras los civiles ucranianos lidian con intensos bombardeos y apagones de luz sistemáticos, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, volvió a hablar sobre negociaciones. El líder ruso dijo esta mañana, según recoge la agencia estatal rusa Ria Novosti, que su país «nunca se ha negado a las conversaciones de paz, pero es necesario lidiar con los bandidos que ingresaron al territorio del país [probablemente Putin se refiere a la operación ucraniana en la región de rusa de Kursk].

Por su parte, las autoridades de Kiev insisten en la necesidad de golpear en la profundidad del territorio ruso para evitar los ataques indiscriminados contra las ciudades del país. A día de hoy las Fuerzas Armadas de Ucrania tienen prohibido utilizar el armamento de largo alcance proporcionado por Occidente para lanzar ataques contra el país invasor. El presidente Zelenski asegura que estas restricciones impuestas por los socios están socavando las capacidades de defensa de Ucrania