Los refugiados en el Reino Unido podrán quedarse, pero sin posibilidad de solicitar la ciudadanía bajo las nuevas reglas migratorias

La nueva directriz, titulada Nacionalidad: Requisito de Buen Carácter, que entró en vigor el lunes y está dirigida a inmigrantes que cruzan el Canal de la Mancha en pequeñas embarcaciones o ingresan al Reino Unido de forma clandestina en camiones, y es una más de las nuevas reglas migratorias que está poniendo en marcha el ejecutivo de Keir Starmer, ha generado una fuerte reacción por parte de algunos parlamentarios de sus propias filas, organizaciones que trabajan en defensa de los refugiados y figuras públicas.

Nadia Whittome, diputada laborista, criticó duramente la decisión, calificándola como una continuación de la «crueldad que vimos con los conservadores». En la misma línea, su colega Stella Creasy declaró en la red social X que «esto debería cambiarse de inmediato. Si le damos a alguien el estatus de refugiado, no puede ser correcto luego negarles una ruta para convertirse en ciudadano británico».

La directriz establece que «una persona que solicite la ciudadanía a partir del 10 de febrero de 2025 y que haya ingresado previamente sin la autorización de entrada válida requerida o sin una autorización de viaje electrónica, habiendo realizado un viaje peligroso, normalmente será rechazada para la ciudadanía». «Un viaje peligroso incluye, pero no se limita a, viajar en una pequeña embarcación o escondido en un vehículo u otro medio de transporte. No incluye, por ejemplo, la llegada como pasajero en una aerolínea comercial».

Según el Migration Observatory de la Universidad de Oxford, la medida afectará a más de 200.000 personas que tienen estatus de refugiado o permiso de residencia indefinido tras solicitar asilo, y el Consejo de Refugiados estima que esta actualización de las reglas impedirá que más de 70.000 refugiados obtengan la ciudadanía británica.

Enver Solomon, su director ejecutivo, señaló que «el público británico quiere que los refugiados que han encontrado seguridad en nuestro país se integren y aporten a sus nuevas comunidades. Esta decisión es contraproducente y debe reconsiderarse de inmediato».

También Kolbassia Haoussou, director de Freedom from Torture, calificó la medida como «un momento oscuro en la historia británica» y agregó que «si el Gobierno realmente impide que los refugiados obtengan la ciudadanía, el Reino Unido estará dando un enorme paso atrás».

En una declaración más amplia, la parlamentaria laborista Zarah Sultana expresó su indignación, y consideró que «este es un ataque directo contra las personas más vulnerables. No se trata sólo de burocracia, sino de un intento deliberado de deshumanizar a los refugiados y hacer sus vidas más difíciles». Caroline Lucas, de los Verdes, también reaccionó con vehemencia: «Esta medida no sólo es cruel, sino también absurda. Estamos castigando a personas por escapar de la persecución, algo que va en contra de la esencia de nuestros valores democráticos».

Desde la llegada del gobierno laborista, el número de personas que han cruzado el Canal en pequeñas embarcaciones ha aumentado en un 28%, alcanzando casi 25.000 entre el 4 de julio de 2024 y el 6 de febrero de 2025. Esta cifra representa el segundo número más alto desde que se comenzaron a registrar estos cruces en 2018.

La decisión se produce en un contexto de creciente endurecimiento de la política migratoria del Reino Unido. El gobierno laborista ha impulsado el proyecto de ley de Seguridad Fronteriza, Asilo e Inmigración, el cual reemplaza el plan de deportación de inmigrantes a Ruanda implementado por los conservadores y fortalece las facultades policiales para combatir a los traficantes de personas. En ese marco, también se han llevado a cabo operativos contra inmigrantes irregulares en negocios como restaurantes y tiendas.

Los críticos con la medida han tirado de comparaciones, incluso curiosas. Por ejemplo, Creasy recordó el caso de Paddington Bear, el famoso personaje infantil mundialmente conocido como un símbolo británico que, según el libro que le dio vida, llegó al Reino Unido como polizón desde el «Perú más oscuro» y fue recibido con hospitalidad. «Francamente, este proceso le habría negado la ciudadanía a Paddington. Hizo lo mismo, llegó por una ruta irregular y le dimos santuario», expresó en sus redes sociales.

Mientras el gobierno laborista se enfrenta a un creciente escrutinio por estas medidas, hay otras voces a favor de la medida, principalmente desde sectores que abogan por un enfoque más restrictivo en materia de inmigración y asilo.

Los conservadores han respondido con beneplácito, asegurando que los laboristas están «siguiendo nuestro ejemplo» en política migratoria. El diputado Chris Philp comentó que «hace unos días, los laboristas decían que los cambios en las reglas fronterizas eran 'inviables'. Pero ahora han adoptado nuestra postura y han sido obligados a cambiar de posición».