Nueve países de la OTAN piden una respuesta colectiva a las incursiones aéreas rusas

Estos objetos son identificados visualmente y escoltados fuera del espacio aéreo crítico, aunque sus penetraciones son tan breves que a menudo ya no están cuando llegan los aviones aliados. Según cifras de la OTAN, los aviones de la Alianza volaron para interceptar aviones militares rusos que se acercaban al espacio aéreo aliado más de 300 veces el año pasado, la mayoría de las veces sobre las aguas del mar Báltico.

Pero incluso aunque se trate de incursiones aparentemente inofensivas, los países del Este llaman a no confiarse y a plantar cara a esta estrategia de Moscú. Nueve miembros de la OTAN han solicitado una «respuesta colectiva» a estas violaciones del espacio aéreo.

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En un una reunión celebrada en Bucarest, los ministros de Defensa de Rumanía, Bulgaria, República Checa, Estonia, Hungría, Letonia, Lituania, Polonia y Eslovaquia han firmado un comunicado en el que se muestran «profundamente preocupados por la repetida intrusión» de aviones armados con misiles rusos en su espacio aéreo e instan a una «respuesta colectiva dentro de la OTAN». En su opinión, es necesario aumentar la capacidad de detectar, identificar y, en caso necesario, derribar objetos que vuelan a baja altura y lentamente, explican los ministros, que consideran necesaria una «respuesta sólida y coordinada» de la OTAN a este tipo de incidentes, según ha explicado de Defensa rumano, Angel Tilvar. Si fuera necesario, habría que derribar los drones enemigos.

El ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andriy Sybiha, había pedido anteriormente a los gobiernos vecinos de su país que examinen la posibilidad de que misiles y drones rusos san derribados sobre su territorio. Tras su última reunión con su homóloga rumana, Luminita Odobescu, ambos calificaron cono particularmente inquietante el avistamiento de un dron ruso a unos 45 kilómetros de la frontera ucraniana sobre el delta del Danubio rumano. Aviones de combate F-16 rumanos despegaron y acompañaron al objeto hasta que llegó al espacio aéreo ucraniano. Sybiha describe los ataques aéreos rusos como una «amenaza global» que es necesario combatir. Pero los gobiernos aliados no tienen una respuesta definitiva porque sus países no están preparados para las posibles consecuencias.

Para empezar, derribar objetos voladores sobre territorio habitado engendra serios problemas de seguridad para los habitantes. En el pasado, fragmentos de drones rusos han impactado varias veces en territorio rumano y han causado daños que podrían multiplicarse en el caso de aviones de combate. Cualquier muestra de hostilidad, por otra parte, podría ser tomada como excusa por Putin para elevar el nivel de la escalada.

Ucrania ha acusado recientemente a Rusia de usar bombardeos estratégicos para atacar un buque de grano civil en un ataque con misiles en aguas del Mar Negro cerca de Rumania, lo que ha aumentado más, si cabe, las tensiones entre Moscú y la Alianza militar. «Los estados B9 están profundamente preocupados por las repetidas incursiones de drones y misiles rusos en el espacio aéreo de la OTAN, en Polonia, Rumania, Letonia, así como por la escalada de tensiones a lo largo del flanco oriental de la OTAN», ha explicado Tilvar. «Es por eso que se necesita una respuesta robusta y coordinada a nivel aliado, así como hacer cumplir la defensa aérea rotatoria y el modelo antimisiles integrado lo antes posible».

El viceministro de Defensa polaco, Pawel Zalewski, espera que la reunión de ministros de Defensa de la OTAN que tendrá lugar en octubre tendrá aborde la destrucción de drones que ingresen al espacio aéreo aliado. «Hemos confirmado ataques híbridos contra aliados, así como la participación de Bielorrusia en las acciones de Rusia», justifica Zalewski.