Meloni queda dañada por el escándalo de las nostalgias fascistas de la juventud de su partido

Meloni ha tenido que intervenir para condenar los «sentimientos racistas, antisemitas o nostálgicos del pasado, incompatibles con Hermanos de Italia y con la derecha italiana». Pero, al mismo tiempo, la primera ministra se ha hecho algunas preguntas, criticando el método de la investigación y mirando al Palacio del Quirinal, sede de la jefatura del Estado: «¿Por qué a nadie en 75 años de la República se le ha ocurrido infiltrarse en un partido o sindicato y filmar en secreto sus reuniones? Infiltrarse es cosa de los regímenes de otros tiempos. ¿Está permitido hoy? Se lo pregunto a los políticos y al presidente de la República».

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Ángel Gómez Fuentes | Corresponsal en Roma

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El hecho de que Meloni haya dado la alarma, invocando incluso al jefe del Estado, contra un periodismo que, desde su punto de vista, «roza el conflicto político», ha sido muy criticado, planteándose un fuerte debate sobre la libertad de expresión.

En realidad, el método de investigación de 'Fanpage' no es nuevo ni de regímenes del pasado. El periodismo encubierto, realizado por un reporteros con un nombre ficticio o infiltrado en ambientes cerrados, es muy antiguo y se utiliza en casos excepcionales. Para Meloni, utilizar ese género periodístico en reuniones de partidos es un «método de regímenes del pasado». Incluso el asesor jurídico de Palacio Chigi, sede de la presidencia del Gobierno, Francesco Saverio Marini, afirma que «ningún periodista puede infiltrarse en un partido porque pone en riesgo la democracia», aunque reconoce que los hechos que aparecen en la investigación de 'Fanpage' son «execrables, alucinantes».

El asesor jurídico de Meloni considera que en la crítica de la primera ministra al método de 'Fanpage' no hay un ataque a la libertad de expresión: «La libertad de prensa tiene límites. Se deben respetar los derechos individuales: incluidos los derechos políticos y la protección de las reglas democráticas y por tanto del funcionamiento de los partidos», declara el asesor jurídico de Meloni.

En cambio, los líderes de la oposición estiman que esa investigación es un reflejo de «democracia», y acusan a Meloni de atacar la libertad de prensa. Así lo explica la secretaria del Partido Democrático, Elly Schlein: «Es muy grave que la primera ministra ataque frontalmente la libertad de prensa, en lugar de abordar el contenido de lo que surge de esa investigación, que demuestra un problema muy grave de antisemitismo, racismo y apología del fascismo entre la base de su partido y sus juventudes».

Al margen del debate sobre la libertad de prensa y las consideraciones sobre el método periodístico de 'Fanpage', que algunos críticos ven como «al límite de lo permitido», hay coincidencia en destacar que el contenido de la investigación es escandaloso. Así lo afirma Gianfranco Fini, expresidente de la Cámara de Diputados y fundador de Alianza Nacional, partido posfascista donde militó Meloni: «No se debe mirar el método, sino el contenido, que es una obscenidad, simplemente escandaloso. Si no fuera por los vídeos, me resultaría difícil creer que miembros de Hermanos de Italia se comportaran de forma tan loca», ha declarado al 'Corriere della Sera', el primer periódico italiano.

Dada la repercusión del escándalo, diversos medios italianos destacan que Meloni debe intervenir para extirpar radicalmente las nostalgias del pasado fascista y los sentimientos antisemitas de algunos jóvenes de su partido. El 'Corriere della Sera' resalta «las preocupaciones de los dirigentes de Hermanos de Italia, que temen efectos sobre el electorado». Igualmente, La Stampa señala que el caso «puede provocar consecuencias políticas y electorales imprevistas al partido de la primera ministra, a caballo de uno de los momentos más complicados, en Italia y en Europa».