Trump en el banquillo: comienzan los juicios que marcarán las presidenciales de EE.UU.
El expresidente asiste a la primera jornada de su juicio penal, en la que se inició la selección de doce jurados que decidirán sobre su culpabilidad
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La campaña electoral en el juzgado: arranca el primer juicio contra Trump
![Trump, comparece ante la Corte Suprema de Manhattan](https://s3.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/04/15/banquillo-Re0Vv0DucTkJrwIUkNX75xL-1200x840@diario_abc.jpg)
«Hoy es un gran día para la justicia, para el imperio de la ley», decía a este periódico Marc Leavitt, un vecino de Queens que había cruzado el East River para asistir a una jornada histórica en Manhattan: por primera vez en EE.UU., ... un expresidente se sentaba en el banquillo de los acusados en un juicio penal. Se trataba, claro, de Donald Trump.
Era un gran día, como decía Leavitt, que entonaba canciones patrióticas con su flauta travesera frente a la mole 'art-deco' de los juzgados de Manhattan, también porque había explotado de repente la primavera. Un sol espléndido y 26 grados, un día de abril de esos en los que Nueva York parece el mejor lugar del mundo para dar un paseo.
No era una opción para el centenar de ciudadanos que estaban citados a primera hora de la mañana en el número 100 de Centre Street, la dirección de los juzgados, para cumplir con una obligación constitucional: ser jurado en un juicio de 'El pueblo de Nueva York contra Trump'. Es una responsabilidad monumental: decidir la culpabilidad o la inocencia de la figura más importante de la política en EE.UU. en la última década, además de candidato republicano a regresar a la presidencia y, por ahora, favorito en las encuestas. Y recae en personas normales, a las que hace algunas semanas les llegó una carta a casa con el aviso de que era su turno de cumplir con el proceso judicial.
El juicio es uno de los cuatro de naturaleza penal que enfrenta Trump y que están en el centro de su campaña electoral, de su enfrentamiento con Joe Biden por ver quién se queda las llaves de la Casa Blanca. Es el resultado de la imputación de hace algo más de un año por parte de Alvin Bragg, el fiscal del distrito de Manhattan, del partido demócrata, como casi todo el mundo aquí.
En esencia, a Trump se le acusa de falsificación de documentos financieros en los pagos para ocultar un romance que le podía perjudicar en una batalla política anterior. Ocurrió en el otoño de 2016, cuando el entonces candidato buscó silenciar a Stormy Daniels, una actriz porno que asegura haber mantenido relaciones sexuales con Trump cuando este ya estaba casado con su actual esposa, Melania Trump. Le pagó 130.000 dólares a través de su abogado y muñidor, Michael Cohen, y evitó que Daniels formara un escándalo poco antes de las presidenciales de aquel año, en las que se impuso de manera inesperada a la candidata demócrata, Hillary Clinton. El fiscal Bragg considera que es un delito porque esa falsificación de documentos financieros -un delito leve- se hizo en relación a otros delitos de financiación electoral y fiscales.
![Manifestantes protestan frente al Tribunal Penal de Manhattan](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/04/15/manifestantes-U86048357270OIN-760x520@diario_abc.jpg)
De los cuatro juicios que enfrenta Trump, es el de menor entidad. Otros dos tienen que ver con la campaña para dar la vuelta a las elecciones de 2020 -uno en Washington y otro en Georgia- y un tercero, en Florida, sobre retención de documentos clasificados que se llevó de la Casa Blanca. Para algunos expertos, el armazón legal del caso que ha montado el fiscal Bragg es cuestionable.
Pero eso no quedará en manos ni de juristas, ni columnistas, ni propagandistas políticos. Sino de un grupo de doce ciudadanos que se empezó a formar ayer, con la selección del jurado. El juez que supervisa el juicio, Juan Merchan, los abogados de Trump y los fiscales, comenzaron el proceso de criba de candidatos para ser jurado. Durante esta semana y la que viene, interrogarán a centenares de ellos hasta que obtengan un número suficiente. La cuestión central es que los jurados no tengan prejuicios contra Trump.
De momento, tras la primera sesión de selección, no se ha elegido a ninguno de los 12. Ayer estaba previsto cribar a 96, pero 50 han sido desestimados porque han reconocido que no serían imparciales con él. Es una tarea complicada, en un lugar donde casi el 90% del electorado vota demócrata, donde Trump -pese a ser neoyorquino- se ha convertido en una figura odiada y en un contexto de fuerte polarización política.
«No podemos permitir que elijan jurados demócratas, jurados que son anti-Trump, necesitamos jurados que escuchen los hechos, que reconozcan que esto es una acusación amañada», advertía a este periódico Andrew Giuliani, el hijo del exalcalde de Nueva York y abogado polémico de Trump, Rudy Giuliani.
![Los partidarios de Trump se reúnen frente al Tribunal Penal de Nueva York](https://s2.abcstatics.com/abc/www/multimedia/internacional/2024/04/15/seguidores-U40742816750tbp-760x510@diario_abc.jpg)
Los interrogatorios no pudieron comenzar hasta entrada la tarde, después de la pausa para la comida, porque el juez Merchan tuvo que tratar multitud de asuntos relacionados con el juicio. La defensa de Trump buscó su recusación -una táctica más que nada dilatoria- y Merchan la rechazó. El juez también dio las últimas puntadas sobre qué pruebas podrán presentar las partes para sustentar su caso. Por ejemplo, podrán incluir evidencias sobre los pagos a otra mujer que alegó un caso similar al de Daniels -Karen McDougal, una modelo de Playboy-, pero no el detalle que Melania Trump estaba entonces embarazada. Tampoco se podrán discutir alegaciones de que Trump acosó sexualmente a varias mujeres.
Trump observó en persona todas esas discusiones, acompañado en todo momento de su abogado principal, Todd Blanche. El expresidente llegó a los juzgados un cuarto de hora antes de las 9.30 de Nueva York, el horario fijado para el comienzo de la vista. «Esto es un ataque a América y por eso estoy muy orgulloso de estar aquí», dijo Trump nada más llegar a los juzgados. Como ocurre con cada vista judicial, su campaña aprovechó la jornada para buscar contribuciones financieras y compartió un mensaje en el que el expresidente se calificaba como «lo único que queda en pie» para hacer frente al «estado profundo» y «los radicales demócratas que van a por vosotros».
Afuera, en la calle, en la plaza frente a los juzgados, ocurría la escena habitual que sigue a las apariciones de Trump ante la justicia: un ejército de periodistas apostados en la acera y un sinfín de personajes estrafalarios, muchos en busca de atención: un imitador de Trump, con una peluca de baratillo; la 'influencer extremista' Laura Loomer, rodeada de un grupo de jóvenes 'trumpistas' con traje y zapatillas deportivas; un encapuchado que gritaba algo sobre la «libertad de TikTok» o un tipo que conducía una limusina 'presidencial', con el nombre de Trump en la matrícula y el sello presidencial en los costados. El circo se quedará en la ciudad entre seis y ocho semanas, el tiempo que Merchan estima que será necesario para que el jurado escuche a las partes y llegue a un veredicto.
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