Macron condena el creciente autoritarismo en las democracias europeas
En su visita de Estado de tres días a Alemania, durante el 75º aniversario de la Ley Fundamental, el presidente francés reafirma la fuerza del eje franco-alemán
Rusia y Francia comienzan una nueva crisis de los euromisiles
La última visita de Estado a Alemania de un presidente francés la hizo Jacques Chirac, hace 24 años. El eje franco-alemán había ido retrasando después su más elevado contacto diplomático porque la lista de desencuentros entre París y Berlín fue aumentando y ha ... llegado a tocar nervio con el apoyo a Ucrania. Sin embargo, Emmanuel Macron ha encontrado este domingo la forma de priorizar lo que une a estos dos países en sus primeras palabras públicas en Berlín, al inicio de una visita de tres días.
Y eso que une a Francia y a Alemania, en lo que no hay desacuerdo alguno, es la defensa de la democracia, cuya continuidad siente amenazada en nuestro entorno el presidente francés. Tras una primera aparición en los actos del 75º aniversario de la Ley Fundamental alemana, Macron ha condenado la «fascinación por el autoritarismo» que prolifera en Europa. «Nunca hemos tenido tantos enemigos dentro y fuera (...) Creo que básicamente tenemos una especie de crisis en nuestra democracia», dijo, en presencia del presidente alemán Frank-Walter Steinmeier, y frente a un grupo de jóvenes de las dos nacionalidades, ante los que defendió la libertad de expresión y la libertad de prensa.
«La fuerza de las democracias es el debate permanente sobre todas las cuestiones para tratar de llegar a la mejor decisión que el pueblo elija», afirmó, y alegó que lo contrario lleva a pensar a muchos que «en el fondo, Europa sería más sencilla si fuéramos nacionalistas». «El problema hoy es que en nuestras democracias nos hemos acostumbrado a la democracia y nos hemos olvidado de que es una lucha», insistió; «dejamos que los enemigos de la democracia extraigan todos los dividendos de la democracia y la critiquen de forma existencial», para concluir que «es Europa la que permite defender la democracia, la ausencia de hegemonía en nuestro continente y la capacidad de responder juntos a estos desafíos».
La intención de Macron, con este viaje, es reafirmar la fuerza franco-alemana y tratar de superar las diferencias sobre los principales temas europeos, desde la guerra en Ucrania hasta las rivalidades comerciales. El programa está plagado de símbolos de unidad y amistad. «Hay pruebas suficientes de que, a pesar de los diferentes puntos de partida, hemos logrado llegar a acuerdos y con ellos se ha movido Europa», mostró Macron su optimismo, «no somos los mismos, pero constantemente mantenemos este debate» que permite «construir un camino juntos». Este viaje «es una señal de que necesitamos una alianza de demócratas en Europa», suscribió por su parte Steinmeier.
Cena de Estado
A la cena de Estado que ofreció el sábado el presidente alemán en el Palacio de Bellevue, asistieron también el canciller Olaf Scholz y la ex canciller Angela Merkel. El encuentro permitió comenzar a hilvanar los logros que presentar antes de que Macron despegue de vuelta, que seguramente compondrán un mínimo común denominador de más armas para Ucrania, sin que Alemania se preste sin embargo a enviar misiles de largo alcance.
Sobre la mesa están también el abastecimiento común de armamento, donde Macron pretende más protagonismo para su capacidad nuclear, el principio de unanimidad de las decisiones europeas y la unión de capitales, además de otros asuntos como la cesta energética europea y la posibilidad de que Trump vuelva a la Casa Blanca. Pero de fondo se impone, como ha establecido Macron a su llegada, una reflexión conjunta sobre una UE en la que, tras las elecciones de junio, habrán cobrado una fuerza imposible de ignorar partidos de corte autoritario y populista. Macron es el único líder extranjero invitado a este 75º aniversario y, en palabras de Steinmeier, «esta es la prueba de la profundidad de la amistad franco-alemana».