Letonia y Rumanía denuncian la entrada de sendos drones militares rusos en su espacio aéreo

Añadió que Bucarest había desplegado aviones de combate F-16 de reserva de la 86 para vigilar su espacio aéreo y emitió alertas de texto a los residentes de dos regiones orientales.

El gobierno rumano ha admitido que estudió una posible «zona de impacto» en un área deshabitada a lo largo de la frontera rumano-ucraniana, pero los drones abandonaron la zona antes de que los cazas llegaran a la zona y no hubo informes inmediatos de víctimas o daños.

También el presidente de Letonia, Edgars Rinkevics, ha denunciado la caída de un dron militar ruso en el este del país, lo que supone una violación de su espacio aéreo por parte del Ejército de Rusia. «Un dron militar ruso se estrelló ayer en la parte este de Letonia. Se está llevando a cabo una investigación. Estamos en contacto cercano con nuestros aliados», ha expresado Rinkevics en su cuenta de la red social X. El ministro de Defensa de Letonia, Andris Spruds, ha precisado que el avión no tripulado ruso cayó cerca de la ciudad de Rezekne, y que probablemente se había desviado hacia Letonia desde la vecina Bielorrusia.

Rezekne, donde viven más de 25.000 personas, se encuentra a unos 55 kilómetros al oeste de Rusia y a unos 75 kilómetros de Bielorrusia, aliado cercano y dependiente del Kremlin.

Tanto Rumanía como Letonia han confirmado en varias ocasiones el hallazgo de fragmentos de drones en su territorio desde que Rusia invadió Ucrania. Esta es una táctica utilizada reiteradamente por los rusos para atacar objetivos en Ucrania con drones o misiles de crucero desde países amigos. Esto obliga a los ucranianos a mantener sistemas de defensa aérea en estas direcciones, que de otro modo podrían desplegarse en regiones estratégicamente más importantes, como la región de Donetsk.

Es probable que los objetos no identificados que entraron ayer en el espacio aéreo rumano fueran drones Shahed o posiblemente misiles de crucero Ch-101. Derribarlos con un avión militar es fácil, pero está sujeto a muchas limitaciones en tiempos de paz. El caza debe identificar visualmente el objetivo, incluso si lo tiene en el radar, y no es posible determinar claramente mediante el radar si, por ejemplo, el dron sospechoso es o no es un helicóptero. Además, dadas las circunstancias, podría tratarse también de una máquina ucraniana, por lo que se requiere una aproximación cercana a corta distancia.

Los drones rusos permanecen en el espacio aéreo de la OTAN apenas unos pocos minutos y hacen imposible la identificación. Además, los aviones militares no pueden exceder la velocidad del sonido en tiempos de paz, lo que aumenta el tiempo de llegada a las coordenadas del incidente. Los países cuyo espacio aéreo se está violando se ven indefensos ante estas incursiones y apuntan además que disparar a un objeto de este tipo también puede ser peligroso, ya que si se dispara a corta distancia, los restos del objetivo podrían dañar el avión y eventualmente caer al suelo y causar en tierra daños adicionales.