«Inusual» encuentro del consejero de Seguridad Nacional de EE.UU. con Xi Jinping y el número dos del ejército chino

«Dado el estado del mundo y la necesidad de que manejemos de forma responsable las relaciones entre EE.UU. y China, creo que este es un encuentro muy importante», se congratuló Sullivan en los minutos abiertos a la prensa al inicio de su primera reunión con Zhang Youxia, según informan las agencias internacionales. Tal era la excepcionalidad que el propio Sullivan definió la entrevista como «inusual», ya que no se producía un encuentro de estas características desde 2018.

«Su petición de tener esta reunión conmigo demuestra el valor que el Gobierno de EE.UU. da a la seguridad militar y a nuestras relaciones entre ejércitos», saludó el general Zhang Youxia. A sus 74 años, superando la edad de jubilación de los altos cargos chinos, Zhang no es solo el vicepresidente primero de la Comisión Militar Central, la cúpula del ejército, sino un hombre de máxima confianza para Xi Jinping. En el cargo desde octubre de 2022, cuando Xi se perpetuó en el poder en el XX Congreso del Partido Comunista, Zhang ha sobrevivido a las purgas en el Ejército porque es su «hermano de sangre», ya que sus respectivos padres sirvieron juntos a las órdenes de Mao durante la guerra civil (1945-49) y luego fueron purgados en la 'Revolución Cultural' (1966-76). Con experiencia en la breve guerra contra Vietnam en 1979 y mucho más poder que el ministro de Defensa, Zhang se encarga de uno de los principales objetivos de Xi Jinping: la modernización del ejército y el desarrollo de misiones espaciales tripuladas y de exploración de la Luna. Para no acabar como la extinta Unión Soviética, una de las obsesiones de Xi Jinping, se ha propuesto para 2027 actualizar la estrategia militar no solo en armamento y tecnología, sino también en la instrucción y la doctrina.

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Pablo M. Díez | Corresponsal en Pekín

Para hacer frente al expansionismo naval de Pekín en el mar del sur de China, Hanói ha ampliado y fortificado desde noviembre tantos arrecifes del archipiélago Spratly como en los dos años anteriores

Tras la reunión entre Sullivan y Zhang, un comunicado de la Casa Blanca anunció que ambos habían «reconocido el progreso de las comunicaciones militares regulares durante los diez últimos meses» y destacado el acuerdo para que sus respectivos mariscales de campo mantuvieran una conversación telefónica próximamente. En concreto, serían el almirante Samuel Paparo, quien dirige desde Hawái la Comandancia del Indo-pacífico, y su homólogo chino. Su misión: engrasar las comunicaciones entre ambas superpotencias nucleares para impedir que las disputas de islas que China mantiene con sus vecinos, desde Japón hasta Vietnam pasando por Filipinas y la propia Taiwán, acaben estallando en una guerra que sería catastrófica para todo el planeta.

Las posturas no podían ser más distintas, como le dejó claro a Sullivan el ministro de Exteriores chino, Wang Yi, este miércoles. Pero, al menos, ambas partes retoman su voluntad de diálogo, ya que suspendieron sus comunicaciones militares durante más de un año tras la polémica visita a Taiwán en agosto de 2022 de la entonces presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. Después de aquella grave crisis, que provocó el bloqueo naval chino de la isla durante varios días, los contactos no se retomaron hasta el encuentro que el presidente de EE.UU., Joe Biden, mantuvo con Xi Jinping durante la cumbre de los países de Asia-Pacífico (APEC) celebrada en San Francisco en noviembre del año pasado.

Precisamente, otro de los asuntos que ha tratado Sullivan en su viaje a Pekín ha sido preparar una nueva cumbre, esta vez virtual, entre Biden y Xi para las próximas semanas. Con dicha charla por vídeollamada, ambos se despedirán antes de las elecciones del 5 noviembre en EE.UU., en las que una victoria de Trump significaría un endurecimiento de la postura de la Casa Blanca con China. Apenas dos semanas después, se celebra en Brasil una cumbre del G-20 en la que todavía está por ver quién acude por ambas partes. Pero, al margen de quién gane los comicios en EE.UU., el régimen de Pekín ya sabe que continuará la rivalidad entre ambas potencias.

«Tratarnos como iguales es clave para asegurar que las relaciones entre China y EE.UU. son tranquilas», le advirtió a Sullivan este miércoles el ministro de Exteriores, Wang Yi, según informa la agencia estatal de noticias Xinhua. Para ello, le aconsejó que Washington «deje de armar a Taiwán», la isla democrática e independiente 'de facto' cuya soberanía reclama Pekín. Además, le pidió que «no socave la soberanía e integridad territorial de China con el pretexto de acuerdos bilaterales ni apoye las infracciones de Filipinas», país con el que se está multiplicando las escaramuzas por sus disputas en las islas Spratly.

Junto a estos asuntos regionales, Sullivan y Wang abordaron la guerra en Ucrania y el apoyo de Pekín a Putin, las negociaciones para detener el conflicto en Gaza y, en el plano comercial, sus desavenencias por la imposición de aranceles estadounidenses a los coches eléctricos chinos y controles a sus microchips. A pesar de todas estas diferencias, ambas partes potencian sus contactos, incluso militares, antes de las trascendentales elecciones de noviembre en EE.UU., en las que también se votará la política a mantener con China.