¿Dónde estaban los hispanos en la convención demócrata?

La convención en Chicago ha retratado a la perfección un partido demócrata en el que la minoría negra ha conseguido una representación y un poder político centrales. Es, de lejos, su electorado más fiel, un pilar electoral y un grupo de poder sin el que es imposible tener aspiraciones dentro del partido (el ejemplo más reciente: las primarias de 2020, en las que Joe Biden fue rescatado por el respaldo de la minoría negra en Carolina del Sur después de derrotas estrepitosas en Iowa, New Hampshire y Nevada). En el arranque de la primera jornada, la gran mayoría de personalidades que subían al escenario eran negros. La presencia de Barack y Michelle Obama -y sus discursos electrizantes- fue un recordatorio de la representación que se ha conseguido. La celebridad que más ha destacado ha sido Oprah Winfrey, la gran personal mediática de la minoría negra, que habló el miércoles. Y ha habido otros -entre muchos otros, el gobernador de Maryland, Wes Moore; o el senador por Georgia, Raphael Warnock- que han aparecido en horario de máxima audiencia.

Mientras tanto, los altos cargos hispanos han tenido una presencia limitada, a pesar de que su número de votantes (36,2 millones) supera a la minoría negra (34,6 millones), según Pew Research.. Sí se ha dado voz a algunos diputados -Robert García, Alexandria Ocasio-Cortez, Verónica Escobar-, pero la única representante hispana que, al menos hasta la noche del miércoles, estuvo en el final de la jornada fue la senadora Catherine Cortez Masto, la primera y única mujer hispana en la Cámara Alta. Ni en los principales números musicales -Stevie Wonder, John Legend, el rapero Common- se ha sentido el poder latino.

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«Por supuesto que no estoy satisfecha con esta representación», aseguraba a este periódico Regina Romero, la alcaldesa de Tucson, la segunda mayor ciudad de Arizona. «Y sé de lo que hablo: soy la única alcaldesa latina de entre las cincuenta mayores ciudades del país. Y la primera persona hispana como alcalde de Tucson, y eso que el 49% de la población es latina. La última vez que hubo un alcalde hispano fue en 1875, cuando todavía era parte de México».

Al contrario que la minoría negra, los hispanos no han tenido presidente, ni vicepresidente, ni siquiera candidato a esos cargos en ninguno de los dos partidos. En los casi 250 años de historia, solo ha habido once senadores hispanos. Romero asegura que eso se explica por una mezcla de décadas con regulaciones que impedían a los hispanos ejercer su poder político y que «nos está costando muchas generaciones vernos a nosotros mismos como representantes políticos».

Al otro lado del United Center, el estadio de los Chicago Bulls que acoge la convención, Lenora Sorola-Pohlman deja claro con su sombrero 'cowboy' que es de la delegación de Texas. «Me gustaría que hubiera más gente como nosotros ahí arriba», dice señalando al escenario. Pero hace autocrítica: «El partido no puede dar por suyos los votantes hispanos, tiene que pelear por ellos, hablarles, pensar en sus prioridades. Y nosotros tenemos que hacer más para darnos poder. Los votantes negros votan a los representantes negros. Y nosotros, muchas veces no vamos ni a votar».

La movilización ha sido siempre el gran desafío de los demócratas con el electorado hispano. La campaña de Harris asegura que está haciendo esfuerzos para acercarse a ellos (entre otras cosas, con un canal de WhatsApp para hispanos, la mayoría del electorado anglo utiliza otras plataformas).

Pero el problema en noviembre no es solo que los hispanos vayan a las urnas. También es a quién votan. Desde la elección de Obama en 2012, cuando consiguió el 71% de los votos de este electorado, los demócratas han perdido posiciones, hasta el 59% que logró Biden en 2020. Donald Trump, al que los demócratas acusan de mantener un discurso antiinmigrante, ganó posiciones entre los hispanos de las elecciones de 2016 a las de 2020, en las que ganó ocho puntos en este electorado.

La tendencia ha seguido hasta ahora. A comienzos de año, Gallup mostraba que el porcentaje de hispanos que se inclinaba hacia demócratas y republicanos era de 47%-35%, los más bajos para los demócratas desde que la encuestadora empezó a realizar su informe con entrevistas también en español. Las alarmas saltaron el mes pasado, cuando una encuesta de Pew mostraba a Trump y Biden empatados en el voto hispano, cada uno con 36%, y los republicanos soñaban con su primera victoria en este electorado.

La llegada de Harris a la candidatura demócrata ha supuesto una inyección de favorabilidad entre los hispanos. Según un sondeo reciente, también de Pew, un 52% apoya a la candidata demócrata -que busca ser la primera mujer en la Casa Blanca-, frente al 35% que se queda con Trump.