Un español en Gaza: «Estamos aguantando lo inaguantable»
Un español, de origen palestino, vive con su familia en una Gaza asediada por los bombardeos. Esperan agobiados a que el consulado en Jerusalén pueda garantizar una evacuación segura
La ayuda cruza la frontera a cuentagotas y la ONU tiene dudas de que llegue a su destino

Salir de Gaza es el objetivo, pero de momento, es imposible. «No nos queda otra, tenemos que salir de aquí. Estamos aguantando lo inaguantable», lamenta Salah Awad el Sousi un hispano–palestino de 73 años. Este doctor en Farmacia, que vive al sur de la ... ciudad de Gaza con su familia, sólo quiere abandonar la Franja y volver a Madrid.
Hace exactamente 54 años, El Sousi llegaba a la capital española. Lo recuerda perfectamente. «El 19 de octubre de 1969 llegué a Madrid para estudiar farmacia y allí completé mis estudios superiores hasta el doctorado», cuenta a través de mensajes de Whatsapp.
Las comunicaciones están cortadas y la única manera de hablar con él es a través de mensajes. Tras acabar su doctorado, El Sousi ejerció como profesor ayudante en la Universidad Complutense. «Mi vida en Madrid ha sido mi verdadera formación personal y profesional. Ahí goce de libertad plena», cuenta. Aquí nacieron cuatro de sus cinco hijos.
Pero la llamada de su tierra de origen llegó y no la pudo rechazar. «En 1994 volvimos todos a Gaza para contribuir en el proceso de Paz. Trabajé, ayudé a fundar la facultad de farmacia de la universidad de Al Azhar», recuerda. Justo un año antes, habían comenzado en Oslo (Noruega) las conversaciones de paz entre la Organización para la Liberación de Palestina (con Yasser Arafat) y el Estado de Israel (con Isaac Rabin) que acabaron con la firma de los Acuerdos de Oslo y la esperanza de que una paz en la zona era posible. Treinta años después, una segunda intifada de por medio, y años de violencia extrema, las peores imágenes de muerte y destrucción han vuelto a la Franja.
Vivir bajo los bombardeos
Vivir en Gaza hoy significa no sólo enfrentar ataques aéreos, sino también la amenaza de quedarse sin alimentos y la imposibilidad de acceder a atención médica. Tras el violento ataque de Hamás a Israel el pasado 7 de octubre, que acabó con la vida de más de 1.400 personas e hirió a otras miles, el Estado hebreo comenzó una campaña de asedio y bombardeos sobre la ciudad de Gaza. Aún a la espera de una operación terrestre por parte del Ejército israelí, las víctimas gazatíes suman las 5.000, entre ellas más de 2.000 niños.
«Están bombardeando cada rincón de norte a sur sin parar. No salvan ni las mezquitas ni las iglesias. Han destruido fábricas de pan, farmacias, viviendas, hasta hospitales. Se han agotado todas las reservas esenciales, comida, gas, luz, combustible, todo tipo de comunicaciones. Desde el primer día estamos esperando la confirmación del consulado español para una salida segura, pero Israel niega un alto el fuego para la salida de los extranjeros y seguimos esperando», se queja El Sousi.



Abuelo de nueve pequeños, viven junto a su mujer y varios de sus hijos en la única casa que les queda en pie. «Mis hijos pudieron venir a mi casa antes de que destruyeran las suyas». La situación es límite, pero no se rinde. «Nos hace falta de todo, pero lo más importante es salir de este infierno y llegar a España».
Lo que más entristece a este hombre es lo que sus nietos de cuatro, cinco y dos años están viviendo. Él fue hijo de refugiados y no quiere que sus nietos también lo sean. «Mis padres nacieron en la ciudad de Beerseba (ahora una ciudad israelí y una de las más antiguas de la zona), de la que tuvieron que huir hacia Gaza en 1948, tras la creación del Estado de Israel. Ahora mis nietos también tendrán que abandonar esta tierra».
Como ellos, hay al menos 200 personas con nacionalidad española. La única manera de salir de allí es dirigirse hacia el cruce fronterizo con Egipto de Rafah. Pero de momento llegar hasta allí es peligroso. «Solo un alto el fuego de Israel nos permitiría movernos hasta Rafah», señala El Sousi.
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