Enrico Letta: «Italia fue un motor de Europa con Draghi, con Meloni será un freno»

Elecciones en Italia

El ex primer ministro italiano y candidato del PD ve las elecciones de hoy como un referéndum sobre Europa y advierte en esta entrevista: «La derecha nos alejará de Bruselas»

Enrico Letta, secretario del Partido Democrático Reuters

Ángel Gómez Fuentes

Corresponsal en Roma

Para Enrico Letta (Pisa, 56 años), ex primer ministro y secretario del Partido Democrático (PD), las elecciones de hoy son casi un referéndum, porque «si gana la derecha, Italia se alejará de Europa». Considera que es el único que puede frenar a Giorgia Meloni, ... líder de Hermanos de Italia, partido que encabeza todas las encuestas y podría formar gobierno en coalición con la Liga y Forza Italia. En una entrevista con ABC el secretario general de los socialdemócratas, exdecano de la Facultad de Asuntos Internacionales en la prestigiosa Sciences Po de París, explica por qué en las elecciones italianas está en juego no solo el futuro de Italia, sino también en buena parte el de Europa.

–La campaña electoral se ha polarizado con dos bloques, que representan dos modelos de sociedad. Por una parte, el Partido Democrático; por otra, Hermanos de Italia. ¿Cómo cambia Italia si gana la izquierda o la derecha?

—Cambia muchísimo. El papel de Italia en Europa cambia y yo creo que el papel de Europa también cambia, porque Draghi había jugado un papel muy importante en poner a Europa en una posición muy filo–atlántica, muy anti-Putin y de mayor integración europea. Nosotros queremos seguir en esta línea, por una Europa más integrada, dar a luz a la Europa de la sanidad, eliminar el derecho de veto y los votos por unanimidad. Si vence la derecha, gana la Europa del derecho de veto, la Europa al estilo Orbán y de Vox; sería una Europa no comunitaria, sino una Liga de las Naciones. Además, la posición de Italia cambiaría, porque los dos gobiernos con los que Meloni y Salvini tienen más relaciones son el húngaro y el polaco, mientras que Italia está vinculada a Francia, Alemania y España.

—Usted ha advertido de una «alarma democrática», de un peligro para la democracia si la derecha gana las elecciones. ¿Qué riesgos ve con un gobierno presidido por Giorgia Meloni?

—Estoy muy preocupado por el tema de la Constitución. Nuestra Constitución ha ido cambiando con el tiempo, pero nunca en la parte central. Y el temor es precisamente que la derecha, en caso de victoria, cambie la Constitución y transforme Italia en una república presidencial –el jefe del Estado sería elegido por los ciudadanos y no, como actualmente, por el Parlamento–. Nosotros estamos en contra de alterar la Constitución. Y luego hay dos temas, el del medio ambiente y los derechos civiles, frente a los cuales la derecha tiene una posición diametralmente opuesta a la nuestra. Ellos mantienen un negacionismo climático. En materia de derechos, su idea es muy diferente de la posición predominante en Europa. Italia, en comparación con España, por ejemplo, está muy por detrás. En Italia no hay matrimonio igualitario ni ley sobre el final de la vida. Faltan muchas, muchas cosas. Entonces, tenemos el temor de que la derecha haga que Italia retroceda y no avance como nosotros queremos.

—El Parlamento europeo aprobó un informe en el que se denuncia al Gobierno húngaro de Viktor Orbán, definido como un «régimen híbrido de autocracia electoral». La derecha italiana se ha dividido: Forza Italia votó a favor del informe, mientras Italia Liga y Hermanos de Italia votaron en contra. ¿Qué importancia da a este voto?

—Ese voto es gravísimo. En los últimos días de la campaña electoral Giorgia Meloni trató de enmascarar sus posiciones y de moderar el tono y los contenidos. En cambio, vemos que, cuando vamos a las cosas esenciales, su posición es de proteger y cubrir a Orbán. Esto, obviamente, nos preocupa mucho, porque significa darle una ventaja al intento de Orbán de construir democracias iliberales en Europa. Además, está el hecho de que Orbán también dijo de inmediato que espera que un eventual Gobierno de derecha en Italia levante las sanciones a Rusia. Está claro que hay una conexión entre Orbán y Putin. Para mí es lo más preocupante.

«Estoy muy preocupado. El temor es que la derecha convierta a Italia en una república presidencial»

—Salvini representa una línea filo-rusa y euroescéptica, mientras Meloni se declara atlantista. Por otro lado, Berlusconi ha dicho que estará fuera del gobierno si no fuera europeísta. Con las contradicciones que se reflejan en la derecha, ¿qué gobierno espera si esa coalición gana las elecciones?

—Este tema me parece muy interesante, porque se puede hacer una reflexión de interés también para España. En Italia el centro derecha se ha convertido en derecha–centro. Es decir, la historia que hemos vivido todos estos años, en los que el centro derecha, moderado y europeísta, siempre ha sido una barrera frente a los extremistas de derecha, esa barrera ha caído. Así ha ocurrido en Suecia, donde es la extrema derecha la que lidera. Y la barrera está fallando en Italia, donde en mi opinión es escandaloso que Forza Italia –liderada por Silvio Berlusconi– esencialmente haya decidido subirse al carro de Meloni. Forza Italia es muy débil y es Meloni la que guía, y, por tanto, el centro derecha moderado ha decidido renunciar a su pasado y a sus valores, decidiendo esencialmente entregarse a la derecha más extrema. Así que para España esto es interesante, porque evidentemente se trata de entender cómo un voto de este tipo puede afectar a las relaciones entre el Partido Popular y Vox.

—Con la crisis energética y el alto costo de la vida, los próximos meses serán durísimos. ¿Qué soluciones propone para afrontar esos problemas?

—El tema principal es la energía. Hay que poner un techo al precio a nivel europeo y se debe separar el coste de la energía producida a partir de gas, del coste de la energía producida a partir de renovables (más barata). En segundo lugar, hay una necesidad muy fuerte de una intervención para ayudar a las empresas, porque tienen grandes dificultades en toda Europa para pagar sus facturas de electricidad. Esta ayuda debe ser tanto nacional como europea. En tercer lugar, queremos una reducción de los impuestos laborales, para que los trabajadores y trabajadoras tengan un salario más alto. El tema de los salarios en Italia es muy importante, porque los salarios son bajos y la inflación es muy alta, y esto está creando una situación socialmente explosiva.

—Tema central de su campaña es el de los jóvenes. Muchos se ven obligados a marcharse al extranjero en busca de oportunidades. ¿Qué se puede hacer para que Italia sea un país atractivo para los jóvenes?

—Me alegra ver que, según las encuestas, somos el primer partido entre los jóvenes. Para nosotros es fundamental poder poner en marcha propuestas para que el primer empleo de los jóvenes sea un trabajo real, y no unas prácticas como sucede hoy. Nuestra propuesta es desgravar el primer empleo de los jóvenes de forma que se incentive. Y también queremos que existan ayudas para la casa, para los alquileres. Este es para nosotros el principal objetivo: convencer a los jóvenes para que salgan temprano de casa y no a los treinta años, como sucede hoy en día. Para ello, hay que darles una mano muy fuerte sobre el trabajo y la casa.

«Si vence la derecha, gana la Europa del derecho de veto, la Europa al estilo Orbán y de Vox»

—En la campaña electoral hay una paradoja: Mario Draghi es con gran diferencia el personaje con más consenso, pero Meloni, que estuvo en la oposición, y Giuseppe Conte, líder del Movimiento 5 Estrellas, que causó la caída del Gobierno Draghi, son los que más han crecido en los sondeos. ¿Cómo lo explica ?

—Porque hoy el país está asustado. Italia había salido bien de la pandemia y con el Gobierno de Draghi le iba muy bien. Lo que creó una mezcla explosiva fue la guerra, que trajo el miedo a Italia. Creó el problema energético y la subida del coste de la factura de la luz. La guerra ha llevado a Italia a sus miedos anteriores. Y hoy estos temores son de nuevo el terreno fértil para populistas de todo tipo. Este es el fenómeno que estamos viviendo hoy.

—Italia podría seguir el ejemplo de Suecia donde se ha impuesto el bloque conservador. ¿Por qué en Europa vuelve el populismo que usted creyó que desaparecería con el Covid?

—Desgraciadamente, la guerra de Putin, el coste de la energía, el miedo por el futuro son una mezcla explosiva. Esto ayuda a los populismos y ayuda a la extrema derecha. Y esto es, en mi opinión, lo más preocupante de lo que ocurre hoy. Creo que también fue parte de la propia estrategia de Putin de desestabilizar completamente a Europa. Por desgracia, de momento lo está consiguiendo.

—Las encuestas indican que un porcentaje relevante de obreros y parados votarán a Giorgia Meloni. ¿Por qué parte de estos sectores que antes votaban a la izquierda se pasan a la derecha?

—El problema es el miedo y el hecho de que, lamentablemente, en el pasado nuestro partido no ha estado lo suficientemente atento a los problemas de los trabajadores y desempleados. Hemos comenzado a poner el tema de los trabajadores en el centro con una serie de propuestas, como bajar sus impuestos laborales. Pero, objetivamente, los miedos juegan hoy un papel muy importante.

—¿En qué medidas en las elecciones italianas está en juego una parte del futuro de Europa?

—Son unas elecciones muy importantes, porque, con el Gobierno de Mario Draghi, Italia estaba en el corazón de Europa y era un motor europeo. Con Giorgia Meloni, Italia sería un freno. Entonces, la verdadera diferencia es la transición del motor al freno. Y Europa en este momento necesita avanzar, no retroceder. Así que estoy muy preocupado.

—Italia es un gran país, pero puede verse condicionado por su alta deuda externa. Draghi ha dicho que tras las elecciones «cualquier gobierno saldrá adelante». Algunos se preguntan si Draghi es demasiado optimista.

—Creo que Italia tiene toda la fuerza para salir adelante. Las empresas van bien. Pero yo estoy más preocupado que Draghi, porque conozco a la derecha italiana. Creo que la derecha italiana es profundamente euroescéptica. Por eso mi preocupación es alta.

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