'Charlie Hebdo': diez años de la matanza que silenció todas las risas

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El ataque contra la redacción de 'Charlie Hebdo' tuvo y tiene una doble dimensión histórica: por la violencia ensangrentada contra la libertad de expresión; por la crueldad asesina de la guerra santa islámica en el corazón de Europa.

Herido durante el atentado del 2015 y director de 'Charlie Hebdo', desde entonces, Riss, pseudónimo de Laurent Sourisseau, está amenazado de muerte. Es desde ese día víctima de una 'fatua' o 'fatwa', que significa 'la condena a muerte de un tribunal islámico'. Desde hace años, Riss debe someterse a la 'disciplina' de un «acompañamiento» policial permanente, en la redacción –bajo vigilancia militar–, en su domicilio, en su vida privada y en todos sus desplazamientos.

Al teléfono, mientras ultima los detalles de un número especial de 'Charlie Hebdo', consagrado a recordar la histórica matanza, Riss recuerda con emoción la historia que cambió su vida y la de muchos hombres y mujeres: «Nuestros amigos y compañeros están siempre vivos y presentes para nosotros. Nos acompañan en el trabajo de cada día. Su ejemplo nos sirve de guía. A veces me pregunto si estamos a su altura. Lo intentamos».

Durante las manifestaciones de solidaridad nacional e internacional apareció un eslogan legendario, 'Yo soy Charlie'. Era una manera de sumarse a un movimiento popular en defensa de la libertad de expresión y la crítica contra todo y contra todos, contra los personajes poderosos, contra los doctrinarios y sus doctrinas, incluso contra las religiones y sus dogmas potencialmente inquisitoriales.

«Nunca hicimos una encuesta para saber quién era o no era 'Charlie'», comenta Riss con una sonrisa entre orgullosa e irónica, agregando: «Pero es una evidencia que muchos jóvenes de muy diverso origen, nacionalidad y convicciones se sumaron al movimiento. Algunos de ellos se han integrado en la redacción y son colaboradores».

Siete días después del atentado del 7 de enero, 'Charlie Hebdo' publicó un primer número especial, igualmente, con una portada dibujada por Luz, seudónimo de Renald Luzier. Mahoma en persona enarbolaba una pancarta que decía: 'Yo soy Charlie'. Y un titular a toda página agregaba: «Yo os perdono».

Tras aquella portada, Luz decidió abandonar 'Charlie Hebdo'. Y ha terminado convirtiéndose en un dibujante excepcional, que publica libro tras libro para ilustrar y contar con imágenes la historias de algunas películas célebres de John Huston, la ascensión del nazismo, la adaptación gráfica de novelas célebres… Sin embargo, ante el aniversario, Luz no ha podido evitar su condición de testigo y superviviente, que asume con emocionada melancolía: «Hay algo de 'maldición' en esa condición de 'superviviente'. Al mismo tiempo, mi trabajo como dibujante había comenzado en la redacción de 'Charlie'. Cuando dejé la redacción, por razones personales, sabía que nunca podría olvidar. De hecho, la evolución de mi obra quizá esté marcada por aquella tragedia?.

Con motivo del aniversario, 'Charlie Hebdo' publicará un número especial el próximo martes, día 7, con una antología de los grandes maestros asesinados, Cabu, Charb, Honoré, Tignous y Wolinski. Será un homenaje subrayando la actualidad permanente de su legado crítico y creador.

Tras esa presentación, la revista satírica publicará otra antología internacional de dibujos de un concurso propio consagrado a este tema: 'Reírse de Dios'. Como complemento, el semanario ha programado una encuesta sondeo para intentar saber qué piensan los franceses del derecho a la caricatura, incluso la blasfemia. «Se piensa que los franceses son muy de derechas y muy críticos contra la blasfemia. El sondeo demostrará lo contrario. Más allá de izquierdas y derechas, los franceses son muy tolerantes con la libertad de crítica contra todas las religiones», comenta Riss, el director.

En ese terreno, la publicación ha recibido el apoyo y solidaridad de una institución religiosa importante, el Consejo representativo de las instituciones judías de Francia, CRIF, que ha justificado su decisión de este modo: «Hemos deseado reafirmar nuestro compromiso republicano en defensa de la libertad de expresión, el antisemitismo y el islamismo, por la laicidad».

El CRIF ha decidido organizar una velada de reflexión cívica, con este lema: 'Nosotros somos la República'. Al mismo, tiempo, el Consejo celebrará dos ceremonias religiosas, judías, en recuerdo de las víctimas de 'Charlie Hebdo' y las víctimas del secuestro islamista del súper Híper Cacher, dos días después de la matanza.

El vespertino católico 'La Croix', por su parte, ha evocado el concurso internacional organizado por el semanario satírico, con una información que presenta con esta pregunta: «'¿Es posible reírse de Dios?'. Todo depende del contexto, el contenido y la intención». Y recordando, a continuación la posición oficial de Su Santidad, el Papa Francisco, a ese respecto: «Es posible reírse de Dios, sí, pero… como se juega o se hacen chistes con las personas queridas. Es posible hacerlo, sin ofender los sentimientos religiosos de los fieles».

En su día, el abogado de 'Charlie Hebdo', Richard Malka, hizo una legendaria defensa del derecho a la caricatura de las religiones, en nombre de la libertad de expresión. Años después, Malka piensa que la cuestión esencial es esta: «Quienes insultan a Dios son los asesinos de inocentes. Puede criticarse este o aquel comportamiento, aquella broma o chiste de presunto mal gusto. Pero, pero… Dios puede defenderse por sí solo, dice una obra que trató aquellos asuntos. De entrada, los imanes que lanzaron aquella matanza y las matanzas que vinieron lo hacían en nombre de su dios, pero mentían descaradamente, engañando a sus feligreses. Los atentados del 2015, contra 'Charlie' y contra la sala Bataclan fueron matanzas cometidas en nombre de un dios. Ningún chiste, ningún dibujo, ninguna caricatura mata a nadie. Los asesinos que matan hacen algo peor que insultar a Dios. No lo olvidemos».

IMAGEN DE CHARB, SU PAREJA, EN 2012

«Mi tragedia no es nada comparada con la que oprime y mata a mujeres en kabul»

Pareja del director asesinado y exministra de Sarkozy

Más allá de la gran tragedia y la fecha histórica, la matanza de 'Charlie Hebdo' también fue un abanico atroz de tragedias íntimas, vidas truncadas.

Jeanette Bougrab fue ministra de Nicolas Sarkozy, presidente conservador. Su compañero sentimental fue Charb, seudónimo de Stéphane Charbonnier, director de 'Charlie Hebdo', que fue asesinado. Diez años después, Bougrab sigue sufriendo de manera muy íntima aquella tragedia: «No he podido olvidar mi dolor. Más allá de mi tragedia personal, más allá del asesinato de Charb y los hombres de 'Charlie', la actualidad más candente nos recuerda la justicia de los valores que ellos defendían. Los imanes que ordenaron la matanza son los mismos o los hijos de los imanes que hoy oprimen a la mujer en Afganistán o Irán, los mismos que están al frente de organizaciones terroristas islámicas. Mi tragedia íntima no es nada en comparación con la tragedia que mata a las mujeres en Teherán o Kabul».

Maryse Wolinski, por su parte, es la viuda de Georges Wolinski, uno de los grandes dibujantes asesinados el 7 de enero de 2015. Diez años más tarde, recuerda aquel día trágico con una precisión turbadora: «Georges se marchó de casa, a media mañana, diciendo: 'Querida, me voy a Charlie'. No le di un beso de despedida. Y ese recuerdo es una obsesión, desde entonces. Aquella mañana tenía un reunión profesional. Tras el trabajo, tomé un taxi y miré mi portátil. Estaba lleno de mensajes. Todos decían. '¿Dónde está Georges? ¿Cómo está Georges? ¿Cómo estás tú?'. Así me enteré de la muerte del hombre de mi vida. El taxista no quiso llevarme a la redacción de 'Charlie'. Cuando me dejó en la puerta de casa, él también estaba llorando. Nunca olvidaré su rostro. No pude ver el cuerpo sin vida de mi marido hasta dos días más tarde. Los políticos, por el contrario, fueron los primeros en posar a la puerta de la redacción».

Continúa: «En el Instituto Médico Legal pensé lo que había pensado siempre. Que Georges era un hombre muy guapo. Quise hacerle una foto. Un psicólogo me lo desaconsejó. Hoy lo lamento. Tampoco tengo aquel último recuerdo, aquella última imagen. Los médicos me impidieron ver su cuerpo entero. Las balas de los Kalashnikov son muy potentes. Y causan estragos. Su sonrisa me acompaña siempre. Intento dormir un poco mejor».