El canciller alemán Scholz se hunde en las encuestas
El SPD alcanza el nivel más bajo de la historia de un partido con un miembro al frente de Alemania
La derecha populista alemana de AfD se consolida en las encuestas

Precisamente cuando se dispone a celebrar los 160 años de su fundación, en 1863 en Leipzig, el Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) se desploma en las encuestas hasta el 18%, el nivel más bajo de la historia de un partido con un canciller al frente de Alemania y lejos del 25,7% que obtuvo en las elecciones. Los titubeos en la primera fase de la invasión rusa de Ucrania, la gestión errática del cambio energético y el mejorable desempeño mediático de Olaf Scholz parecen estar detrás de este reseñable desgaste, del que solamente se salva el recién llegado al cargo de ministro de Defensa, Boris Pistorius.
Según la última encuesta de Allensbach para el Frankfurter Allgemeine, la oposición conservadora CDU/CSU obtendría hoy un 32% de los votos, desde el 24,1% que obtuvo en las urnas y con 14 puntos de ventaja sobre el SPD. En cuanto al resto de los partidos, Los Verdes y los populistas de derecha de Alternativa para Alemania (AfD) siguen en el 16% y el 15% respectivamente, mientras que la extrema derecha de Die Linke ni siquiera lograría entrar en el Bundestag si hoy se celebrasen elecciones.
«La gente registra lo difícil que es que los semáforos lleguen a un consenso en cada asunto que ocupa al gobierno y está claro que no aprecia eso», explica el investigador electoral Stefan Merz, «a los alemanes no les gusta que el gobierno se preocupe principalmente por sí mismo y que los partidos que forman la coalición discutan entre ellos», un defecto que es percibido como falta de liderazgo. «Los graves problemas relacionados con la inmigración y los refugiados se han vuelto más virulentos», apunta también como causa que, particularmente en el Este, «aumenta el potencial para que AfD sea incluso el partido más fuerte».
Los alemanes califican al canciller Scholz como «extremadamente cauteloso». La mayoría ve a Scholz con reservas, apenas un tercio está satisfecho con su trabajo. Para buena parte del electorado, resulta «demasiado vacilante», «demasiado reservado» y con «muy poco liderazgo». La aprobación de Scholz es «mucho menor que la de Angela Merkel; incluso cuando Merkel obtuvo sus calificaciones más miserables, sus valores fueron considerablemente mejores».
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