El asesinato de un colegial y los movimientos de tropas tensan la relación entre China y Japón
Un nuevo ataque contra un centro escolar nipón en suelo chino coincide con el aniversario de la invasión japonesa
La disyuntiva entre «progreso» y «estabilidad» bloquea a China
Hay heridas históricas que, por más tiempo que transcurra, intereses propagandísticos insisten en mantener abiertas. En sentido figurado, atañen estas a los punzantes vínculos entre China y Japón, casi ochenta años después del fin de la ocupación. En sentido literal, a aquellas que ... esta madrugada han acabado con la vida de un colegial nipón, apuñalado en la ciudad de Shenzhen.
Los hechos tuvieron lugar este miércoles a las ocho de la mañana –hora local–, cuando un niño de diez años fue acuchillado mientras acudía a un colegio para alumnos japoneses residentes en la ciudad china, cuando se encontraba a apenas doscientos metros de la puerta del centro educativo. El agresor, un varón de 44 años, fue detenido de inmediato en la escena del crimen y permanece desde entonces bajo custodia policial. El estudiante fue trasladado de urgencia a un hospital, pero ha fallecido a primera hora de este jueves a causa de las heridas recibidas, según ha confirmado el Gobierno japonés.
«Me tomo este incidente extremadamente en serio», ha denunciado hoy la ministra de Exteriores nipona, Yoko Kamikawa. «Esto no debería suceder nunca en ningún país. Lamento particular y sinceramente que este despreciable acto se cometiera contra un niño que iba de camino al colegio». Las autoridades del país han exigido a su contraparte china una explicación detallada de lo sucedido, así como la imposición de medidas que garanticen la seguridad de la comunidad japonesa.
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«China seguirá tomando medidas efectivas para proteger seriamente la seguridad de todos los ciudadanos extranjeros en China», ha afirmado esta tarde el portavoz del ministerio de Exteriores, Lin Jian, durante la rueda de prensa ordinaria del organismo.
Ataques reiterados
El pasado mes de junio, un hombre de 52 años atacó con arma blanca un autobús escolar nipón en la ciudad de Suzhou. El asaltante hirió a una madre y a su hijo, ambos de nacionalidad japonesa, y acabó con la vida de una mujer china, de nombre Hu Youping, que valerosamente trató de interponerse en su camino.
Su heroica actuación representa el reverso luminoso de la xenofobia que contextualiza ambos crímenes. La propaganda estatal diseminada a través del sistema educativo y medios oficiales mantiene un marcado tono antijaponés, edificado sobre el resentimiento histórico tras la brutal ocupación del Ejército imperial de 1937 a 1945.
«Esto es resultado de largos años de educación antijaponesa y recientes comentarios beligerantes bajo la 'diplomacia de lobos guerreros'», denunciaba en redes sociales Shingo Yamagami, antiguo embajador japonés en Australia y analista de política internacional.
El asalto perpetrado ayer coincide, de hecho, con el aniversario del 'Incidente de Mukden', un falso atentado organizado en 1931 por Japón contra su propia infraestructura ferroviaria en Manchuria para justificar la toma de la región, estratagema que daría comienzo a la invasión de China.
Esta fecha se ha convertido, por tanto, en una efeméride destacada en el 'Siglo de Humillación Nacional' que fundamenta la legitimidad histórica del Partido Comunista. Como es costumbre, varias ciudades chinas, entre ellas Shenzhen, hicieron sonar este miércoles sus alarmas antiaéreas urbanas a modo de conmemoración.
«Aunque la guerra terminó hace mucho tiempo, los acontecimientos recientes han reavivado las preocupaciones entre el pueblo chino, amante de la paz, y la comunidad internacional en general», incidía ayer el tabloide oficial 'Global Times'. «El presupuesto militar récord de Japón, sus provocadoras palabras y acciones sobre la cuestión de Taiwán y las cuestiones del mar de China Meridional, sumadas a la controvertida ofrenda ritual que el primer ministro japonés Fumio Kishida realizó en el infame santuario de Yasukuni el mes pasado, han elevado la alerta ante la peligrosa tendencia derechista de la política japonesa».
Operaciones militares
El asesinato del estudiante conecta asimismo con el movimiento de tropas cerca de aguas territoriales japonesas. El Gobierno nipón ha presentado una queja formal después de que un portaaviones y dos destructores chinos navegaran cerca de las islas Yonaguni y Iriomote el martes y el miércoles, respectivamente.
Estas dos islas, en el extremo meridional de Japón, se encuentran a poco más de cien kilómetros de la costa este de Taiwán y a ciento cincuenta de las Senkaku, cuya soberanía el gigante asiático reclama bajo el nombre de Diaoyutai.
«Este incidente es totalmente inaceptable desde la perspectiva del entorno de seguridad de Japón y la región, y hemos expresado nuestras serias preocupaciones a la contraparte china a través de canales diplomáticos», aseguraba ayer el portavoz gubernamental Hiroshi Moriya. Hace apenas un mes, un avión espía chino ya irrumpió en el espacio aéreo japonés sobre las islas Danjo.
Esta concatenación de provocaciones amenaza con influenciar la recta final de la campaña electoral en el seno del Partido Liberad Democrático, cuyo vencedor se convertirá la semana que viene en el próximo primer ministro japonés en sustitución de Fumio Kishida.
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